Escrito por 12:00 am 2013, Agendas locales, MS en Excélsior

El “tercer sector” y el desarrollo

por Mario Luis Fuentes

De acuerdo con los datos del INEGI, en México el trabajo voluntario genera actividades anuales con un valor aproximado a los 50 mil millones de pesos. De acuerdo con la Junta de Asistencia Privada del DF, las IAP´s erogaron poco más de 22 mil millones de pesos; mientras que el Centro Mexicano para la Filantropía estima que en el 2012 se realizaron más de 197 millones de acciones de voluntariado. A pesar de estas cifras, hay apenas 16 mil Organizaciones de la Sociedad Civil en todo el territorio nacional, aún muy pocas si se considera la magnitud de nuestro país


Una de las principales características de las democracias consolidadas es el nivel de participación de la ciudadanía. De acuerdo con el Diagnóstico sobre la democracia en América Latina, elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, en nuestra región y en particular en nuestro país, existe un severo déficit de ciudadanía.

Lo anterior significa al menos tres cuestiones: a) una muy alta desconfianza de la población respecto de las instituciones públicas; b) una importante debilidad de las instituciones para cumplir con el mandato que tanto la constitución como las leyes les otorgan y; c) una muy baja participación ciudadana tanto en la exigencia de los derechos, como en la participación individual y organizada en los procesos democráticos de la sociedad.

Este déficit de ciudadanía se ha traducido en opiniones que desde el punto de vista de la viabilidad democrática son delicadas; por ejemplo la idea unida por más del 50% de la población, relativa a que estaría dispuesta a ceder libertades a cambio de mayores niveles de bienestar.

Desde esta perspectiva es importante avanzar en el fortalecimiento de los valores que impulsan y potencian la participación de las y los ciudadanos en los procesos, tanto de consolidación institucional, como de solidaridad, apoyo mutuo y asistencia a quienes más lo requieren.

Una mirada general a la participación social

En el año 2012, el Centro Mexicano para la Filantropía (CEMEFI) desarrollo la Encuesta Nacional de Solidaridad y Acción Voluntaria (ENSAV, 2012), en la cual se concluyen los siguientes puntos:

1. El grupo población que en mayor medida participa en acciones voluntarias es el de los adultos jóvenes es decir, aquellas que tienen entre 30 y 49 años.

2. La encuesta capta que en la medida en que se incrementa el ingreso y nivel educativo de las personas, mayor es la participación en acciones de voluntariado.

3. El sur del país es la región en el que mayores acciones de voluntariado se identifican.

4. Las zonas rurales registran una mayor participación en acciones de voluntariado, que en las zonas urbanas.

5. Aquellas localidades y zonas en donde las personas declaran sentirse más amenazadas por la violencia o la vulnerabilidad, es en donde se registra también un mayor número de acciones voluntarias.

Cuántos y en qué ayudan

La participación social en México tiene una doble dimensión. Una de ellas está relacionada con lo que puede llamarse “solidaridad espontánea”, la cual consiste en otorgar apoyos a terceros, tanto en especie como monetarios, frente a eventos catastróficos tales como los grandes accidentes o los desastres naturales.

El segundo tipo de ayuda consiste en una participación mucho más estructurada, la cual sigue siendo en el país todavía muy limitada, pues se concentra, cuando se trata de organizaciones de la sociedad civil, en las principales zonas metropolitanas y capitales de las 32 entidades federativas.

De acuerdo con diversos estudios, en México habría aproximadamente 16,000 organizaciones de la sociedad civil que cuentan con una estructura formal, y de las cuales aproximadamente 11,000 cuentan con autorización de la Secretaría de Hacienda para recibir donativos deducibles de impuestos.

El dato revela, comparativamente hablando, el bajo nivel de organización y participación ciudadana en temas de las agendas públicas. Por ejemplo en la zona metropolitana de Washington, D.C., Se tiene registro de al menos 15,000 organizaciones de la social civil activas; y en una ciudad como Portland, Oregón, la cual no llega el millón de habitantes, se considera que hay alrededor de 8,000 organizaciones sociales trabajando.

Lo anterior es paradójico porque, de acuerdo con la citada ENSAV, 2012, el 75% de las personas mayores de 15 años en el país, declaran haber participado en el lapso del año previo al levantamiento de la encuesta, en actividades de voluntariado en el marco de organizaciones instituidas.

Pese a lo anterior debe destacarse, que la mayor parte de quienes participan en actividades organizadas, lo hacen para mejorar los ámbitos escolares que están inscritos, o bien a los cuales acuden sus hijos o familiares. En segundo lugar se encuentra la participación al interior de organizaciones religiosas en las cuales declara como primera opción la participación del 21% de la población nacional.

Desagregados por sexo, son las mujeres quienes en mayor medida participan en las actividades voluntarias. La más alta participación será, con un 68%, en el cuidado de niñas y niños; 66% participan en actividades religiosas; el 62% participa en actividades de promoción o cuidado de la salud; y el 58% lo hace en las escuelas.

Por su parte los hombres, participan mayoritariamente en actividades deportivas; en efecto el 68% de los hombres mayores de 15 años que han participado en organizaciones lo han hecho en aquellas que promueven los deportes. En segundo lugar con el 42%, se encuentran quienes participan en actividades relativas a escuelas; mientras que en el ámbito religioso y en acciones de cuidado a la salud los hombres participan con un 38%, respectivamente.

Otra dimensión: la asistencia privada

En el marco de las organizaciones de la sociedad civil se encuentran aquellas cuya figura jurídica es la de ser Instituciones de Asistencia Privada, las cuales son reguladas por organismos públicos denominados Juntas de Asistencia (JAP) Privada, las que tienen la responsabilidad de fiscalizar y regular las actividades que desarrollan este tipo de organizaciones.

Para el caso del Distrito Federal la JAP tiene registradas 389 instituciones de asistencia privada; las cuales prestan servicios a una gran cantidad de personas, destinando además una cuantiosa suma de recursos. Solo en el 2012 la JAP estima en más de 17 millones de personas a los usuarios que acudieron alguna de las instituciones registradas.

El servicio de asistencia  más solicitado es el préstamo prendario, con más de 13 millones de personas que hicieron uso de este servicio. En segundo término se encuentran las actividades de asistencia social en el ámbito de la salud y la prevención de adicciones, con más de 2.6 millones de usuarios; y en tercer lugar se encuentran los servicios de apoyo a la educación, atención a personas adultas mayores y atención a las personas con algún tipo de discapacidad.

En suma, la junta de Asistencia Privada del Distrito Federal calcula en 22,873 millones de pesos, la cantidad de recursos totales ejercidos en el año 2012; asimismo es importante destacar que en las instituciones de asistencia privada laboran de manera remunerada 25,553 personas; y de manera voluntaria lo hacen 34,812 más.

Los datos del INEGI

De acuerdo con la información de la Cuenta Satélite relativa a las Instituciones sin Fines de Lucro, en México trabajaron en 2011, un total de 1.4 millones de personas de manera voluntaria, es decir sin recibir remuneración económica o en especie en actividades de apoyo a terceros

Esa suma sería equivalente, al compararse con el valor generado por puestos de trabajo remunerados, a una suma 422,000 puestos formales de trabajo. Según los datos del INEGI el valor total generado por el trabajo voluntario en 2011, asciende a poco más de 49,500 millones de pesos, la cifra más alta registrada desde el 2008 en que inició la medición formal de este sector.

Esta cantidad es de tal magnitud que prácticamente iguala a las remuneraciones totales generadas en el sector de la agricultura y la ganadería México. En síntesis es de destacarse que el valor del trabajo voluntario es equivalente al 4% del PIB Nacional.

*Columna publicada con el mismo nombre en el periódico Excélsior, 02- Julio- 2013, p.26

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