Como comenté en la entrega anterior, recientemente se presentó en la UNAM la colección La década COVID en México, Los desafíos de la pandemia desde las ciencias sociales y las humanidades, y como parte de ella junto con Rolando Cordera y Armando Sánchez coordiné el tomo 2, El mundo del trabajo y el ingreso, que se puede descargar aquí
Escrito por: Enrique Provencio D.
Continúo con algunas consideraciones derivadas de este libro y cierro con algunos planteamientos de política. El confinamiento indujo el trabajo a distancia en diversos grupos sociales, fenómeno que hasta entonces era marginal y con baja presencia social. Con diferentes grados de penetración, esta modalidad se mantuvo junto con la recuperación post pandemia, introduciendo rasgos distintivos en el nuevo panorama del trabajo.
La pandemia aceleró la presencia de actividades con uso intensivo de tecnologías digitales, con su consecuente incidencia en el empleo de ciertas actividades laborales marcadas en algunos casos por la precariedad, o por condiciones de trabajo más adecuadas en otros.
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Los niveles de empleo se están recuperando, y también los ingresos laborales, y a la vez se registra una pérdida frente a las tendencias previas a la crisis de 2020. En otras palabras, hay un efecto duradero y probablemente estructural en el comportamiento del empleo tras la pandemia, al menos en el sector formal.
En congruencia con la conmoción que significó la crisis de la Covid-19 en cuanto al mundo del empleo, son tareas prioritarias las siguientes:
Promoción y adopción de un acuerdo o consenso social colectivo, entre sociedad y Estado, basado en el diálogo público plural, que coloque destaque el trabajo como centro del bienestar y el desarrollo humano.
Revaloración del trabajo como un eje no solo de la recuperación sostenida de la economía sino también de la reconstrucción del desarrollo nacional, bajo enfoques de empleo digno asociados a vulnerabilidad social, la pobreza y la desigualdad.
Estrategia laboral alineada con la política de ingresos, con un desempeño económico robusto enfocado a la creación de oportunidades laborales dignas por sus remuneraciones, con una protección social que incluya el seguro de desempleo, y con las previsiones derivadas de la transición tecnológica.
Fortalecimiento de la reforma laboral en curso, que puede tener efectos significativos en el futuro del trabajo en nuestro país: modalidades de contratación colectiva, organización y transparencia sindical, elección de dirigentes, acceso efectivo a la justicia laboral y la conciliación, y en otros ámbitos críticos del mundo del trabajo.
Sostener la política de recuperación de salarios mínimos, que vienen recuperando poder adquisitivo de forma significativa y continua desde 2017, al menos hasta cumplir con los criterios constitucionales.
Lograr ingresos salariales siempre por encima de las líneas amplias de pobreza, y compatibles con la redistribución funcional del ingreso.
Enfatizar el acceso al empleo, ingreso, seguridad social y condiciones de movilidad social de los grupos de jóvenes que demandan trabajo.
Desplegar estrategias efectivas de actualización educativa, formación para el trabajo, calificación adecuada para la transición tecnológica, promoción de habilidades para el emprendimiento, entre otras líneas de cambio.
Ojalá que los aportes de la colección La década COVID en México, Los desafíos de la pandemia desde las ciencias sociales y las humanidades sean conocidos ampliamente, pues tienen diagnósticos y planteamientos muy ricos y pertinentes para el debate nacional. Fue una gran iniciativa del Rector de la UNAM, Dr. Enrique Graue Wiechers, de la Coordinadora de Humanidades, la Dra. Guadalupe Valencia García; del Dr. Leonardo Lomelí Vanegas, Secretario General, y de Néstor Martínez Cristo, el Director de Comunicación.
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