Siempre es oportuno recordar lo fenomenal que resultan los sentidos para el ser humano. Recibimos y evocamos el mundo a través de la vista, el tacto, el olfato, el gusto, la audición, el sexto sentido que alude a la posición y movimiento, es decir a la propiocepción, Acosta (2020). Pero existe un séptimo sentido y hoy en día es un acierto hablar de este, el sistema inmunológico.
No hay enfermedades del cuerpo desligadas de la mente”. Sócrates
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Una visión sistémica
Es menester considerar al sistema inmunológico en estos tiempos de incertidumbre, incluso de depresión. Al sopesar que esta última se vislumbra como la cuarta ola de la pandemia. Cabe recordar que la primera ola es la mortalidad y la morbilidad resultado del Covid-19, en la segunda ola se ubica la saturación de los servicios de salud, la tercera se caracteriza por la limitada atención a quienes padecen enfermedades crónicas. Recuperado de https://www.lapatria.com/opinion/columnas/luis-f-gomez/pandemia-cuatro-olas
Gracias al resultado de investigaciones científicas se conoce que ante cualquier patología lo óptimo es enfocar al sistema inmunológico antes de emitir un diagnóstico precipitado. Tanto pacientes como médicos deberían escuchar primero lo que grita el cuerpo desde su barrera de protección. Las interleuquinas [i] alertan al individuo para que se proteja de la enfermedad. Desde lo biológico las células inmunes no dañan el cerebro, lo ayudan.
Así que todos los sentidos informan al cerebro para preservar la salud. De esta manera, se confirma la máxima, por medio de ellos percibimos la salud y la enfermedad. Pero también gracias al poder de la intuición y de la información de los sentidos el individuo es capaz de adelantarse a las situaciones de estrés y así disminuir la depresión por algún padecimiento.
Lo anterior se logra gracias al trabajo de una parte del cerebro llamada Locus cerúleo (“sitio azul” en latín), el cual está relacionado con las emociones de alerta por su conexión con el sistema límbico.
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Las emociones en alerta
Se vive en un ambiente donde prevalece la alarma, las personas se exaltan con facilidad. Todo apunta a una perdida de control de las emociones, lo anterior también es una señal del sistema inmunológico. Los especialistas afirman que la inflamación se traduce en un aviso para el organismo. La relación que existe entre las emociones y la inflamación está determinada por una sustancia conocida como cortisol.
El cortisol mejora el estado de ánimo, disminuye el estrés y mejora las defensas. Para entender por qué nuestro cuerpo se enferma o está en un proceso tóxico, la recomendación es buscar la respuesta en el cerebro. Realizar una introspección holística que implique cuerpo y mente. Si se es un poco más exigente en la respuesta de los padecimientos seguro la cura será más oportuna y benévola.
Esta “nueva normalidad” debería ser la nueva oportunidad para reconocer la vida por medio de lo maravilloso que resulta ver, escuchar, saborear, oler, mover el cuerpo, sentir el lenguaje del organismo cuando el sistema inmunológico emita una alerta. Desafortunadamente el Coronavirus también puede atacar dos de los sentidos, el olfativo (anosmia) y el gustativo (ageusia). Es un virus que llegó desafiante para toda la integridad del humano.
Pero justo, ser el ancla de la supervivencia es la meta de los sentidos, en virtud de representar aquella puerta hacia los placeres, aunque también hacia los recuerdos más aterradores. Así reafirman que son la alerta para el cerebro de lo que pasa en el medio ambiente, a fin de que este se prepare para subsistir.
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¿El ocaso de los sentidos?
Aunque el ocaso de los sentidos y las percepciones es inevitable. Con la edad avanzada no sólo se pierde la sensibilidad, sino la capacidad de nombrar, se pierde la memoria y con ella la construcción de toda una historia. Y si a la perdida de condición para involucrarse con el mundo, se le suma la violencia, el abandono y la pobreza a las que uno de cada cinco adultos mayores son víctimas el panorama en más desolador.
En México, las políticas públicas entorno al cuidado de las personas mayores están en vías de desarrollo, no existe mucho interés por parte del Estado para que sean parte importante y viable de la agenda gubernamental.
“Los derechos de las personas mayores son vistos como una carga financiera incosteable, lo que lleva a una escasa acción gubernamental y a la desarticulación de políticas públicas” Aleida Alavez Ruiz –presidenta de la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados. Recuperado de https://www.contralinea.com.mx/archivo-revista/2020/06/20/faltan-politicas-publicas-para-proteger-a-los-adultos-mayores/
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Bibliografía
Acosta, Daisy. 2020. Conferencia “El sistema inmune como órgano sensorial”. Simposio de neurociencias, México, CDMX.
[i] Proteínas segregadas, que actúan como moléculas mensajeras químicas a corta distancia, en la comunicación celular, Recuperado de https://es.wikipedia.org/wiki/Interleucina