“El virus ha puesto al descubierto y ha exacerbado las desigualdades económicas, de género y raciales, a la vez que se ha alimentado de ellas”, así comienza el informe más reciente de Oxfam, titulado El virus de la desigualdad. Cómo recomponer un mundo devastado por el coronavirus a través de una economía equitativa, justa y sostenible.
Con más de 2.14 millones de personas fallecidas y cientos de millones cayendo en la pobreza, el mundo se ha enfrentado a unas de sus etapas más críticas, en la que una pandemia agravó la desigualdad en prácticamente todos los países del mundo al mismo tiempo.
¿Lo peor? Que, pese a ello, la mayoría de las personas y empresas más ricas del mundo continúan enriqueciéndose, mientras los más pobres se enfrentarán un decenio sumamente duro, reporta Oxfam:
“Las fortunas de los milmillonarios han recuperado el nivel previo a la pandemia en tan solo nueve meses, mientras que para las personas en mayor situación de pobreza del mundo esta
recuperación podría tardar más de una década en llegar”, asegura el organismo, al tiempo que lamenta que la actual crisis haya puesto al descubierto la fragilidad de las naciones, así como la incapacidad de las economías para beneficiar a toda la sociedad por igual.
Es muy probable que la pandemia pase a la historia como la primera vez en que la desigualdad se ha incrementado al mismo tiempo en prácticamente todos los países del mundo.
Oxfam
El informe recuerda al mundo que tanto el Fondo Monetario Internacional (FMI) como el Banco Mundial y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) coinciden en su alarma frente al crecimiento de la desigualdad a causa de la pandemia. Al respecto, destaca la declaración de Kristalina Gueorgieva, directora general del FMI:
“Tendrá un impacto profundo […] el incremento de la desigualdad generará agitación social y económica, dando lugar a una generación perdida en la década de 2020; las consecuencias de todo ello perdurarán en las décadas siguientes”.
El documento es resultado de una encuesta realizada por Oxfam a 295 economistas de 79 países refuerza este punto de vista; entre ellos, el 87 % consideró que la desigualdad de ingresos aumentará o aumentará mucho en sus países.
Además, más del 50% declaró que ve probable o muy probable que la desigualdad de género aumente, así como alrededor de 70% piensa lo mismo sobre la desigualdad racial, mismo porcentaje de economistas que piensan que sus no han adoptado planes concretos para combatir la desigualdad.
Oxfam apunta que los costos para la humanidad durante la pandemia han sido irreparables:
• Las mil mayores fortunas del mundo tan solo han tardado nueve meses en recuperar su nivel de riqueza previo a la pandemia, mientras que para las personas en mayor situación de pobreza del mundo esta recuperación podría prolongarse catorce veces más, a lo largo de más de una década.
• La fortuna acumulada por los 10 milmillonarios más ricos del mundo desde el inicio de la crisis es más que suficiente para evitar que ninguna persona del mundo se vea sumida en la pobreza a causa del virus, así como para financiar la vacunación contra la COVID-19 de toda la población mundial.
• A nivel mundial, las mujeres están sobrerrepresentadas en los sectores económicos más afectados por la pandemia. Si la presencia de hombres y mujeres en dichos sectores fuese totalmente equitativa, 112 millones de mujeres dejarían de tener un riesgo elevado de perder sus ingresos o empleos.
• El Banco Mundial ha calculado que, si los países empiezan ya a adoptar medidas para reducir la desigualdad, la pobreza volvería a los niveles previos a la crisis en tan solo tres años, en lugar de tardar más de una década.13 Sin embargo, cómo pasará a la historia la respuesta de los Gobiernos ante la pandemia es un capítulo que aún no está escrito.
“Los gobiernos de todo el mundo tienen una ventana de oportunidad cada vez más pequeña para construir una economía inclusiva tras la COVID-19: una economía más justa e inclusiva, que proteja al planeta y acabe con la pobreza”, señala Oxfam.
Sin embargo, postula que el camino para lograrlo es largo, pues debe transformarse el actual sistema económico, “que ha explotado y agravado el patriarcado, el supremacismo blanco y los principios neoliberales”.
“Este sistema ha impulsado la desigualdad extrema, la pobreza y la injusticia, y ha creado un mundo que no estaba en absoluto preparado para afrontar esta crisis. Ahora más que nunca, los Gobiernos tienen a su disposición una serie de ideas realistas y sensatas para construir un futuro mejor. Es una oportunidad que no pueden desaprovechar”, señala.
Foto de portada: Wikimedia Commons / Aranza Mendoza
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