Los esfuerzos actuales para contener la propagación de las ITS y sus consecuencias no han sido suficientes
Las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS), anteriormente llamadas “Enfermedades Venéreas o Enfermedades de Transmisión Sexual”, actualmente se conocen como ITS en virtud de que una persona puede tenerla sin manifestar los síntomas comunes de estas infecciones (flujo vaginal, secreción uretral en los hombres, úlceras genitales y dolor abdominal); por consiguiente, el concepto de ITS es más amplio que el de Enfermedad de Transmisión Sexual.
Las ITS han existido desde el principio de la humanidad; para conocer sus antecedentes debemos revisar las culturas de China, India, Medio Oriente y Egipto; en la nuestra se mencionan desde antes de Cristo en la Biblia (Antiguo Testamento en Levítico 15, 2 s.s. Siglo V a.C. Impurezas de orden sexual), el Señor habló a Moisés y Aarón: “digan a los israelitas (…) cuando un hombre padezca la gonorrea, es impuro (…)”, y fueron bien identificadas hasta 1879 por Neisser; la sífilis, conocida como “mal napolitano”, alarmó a Europa en el Siglo XV; y en los últimos 30 años el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) representa un grave problema de salud universal.
Las ITS integran una importante preocupación de salud pública en todo el mundo, afectan a mujeres, hombres y niños por nacer. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que anualmente unos 500 millones de personas contraen una de las cuatro ITS siguientes: clamidiasis, gonorrea, sífilis y tricomoniasis. Más de 530 millones son portadoras del virus que provoca el Herpes Genital tipo 2, y alrededor de 200 millones de mujeres están infectadas por el Virus del Papiloma Humano (VPH). Algunas ITS triplican el riesgo de infección por el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH-SIDA).
¿Qué son las ITS y cómo se contagian?
Las ITS son causadas por más de 30 bacterias, virus y parásitos diferentes y se propagan predominantemente por contacto sexual, incluidos el sexo vaginal, anal y oral; otras se pueden contagiar por contacto sexual cutáneo. Los organismos causantes de ITS también se pueden propagar por medios no sexuales, por ejemplo, las transfusiones de productos sanguíneos y los trasplantes de tejidos. Además se pueden transmitir de la madre al niño durante el embarazo y el parto; durante la gestación puede dar lugar a muerte prenatal, muerte neonatal, bajo peso al nacer y prematuridad, septicemia, neumonía, conjuntivitis y deformidades congénitas.
Las ITS como la gonorrea y la clamidia son causas principales de Enfermedad Inflamatoria Pélvica, desenlace adverso del embarazo e infertilidad. Anualmente la infección por VPH produce a nivel mundial 530,000 casos de Carcinoma Cérvicouterino y 275,000 defunciones (OMS).
Las ITS pueden tener todo tipo de complicaciones, que van desde las gineco-obstétricas, sociales y económicas, hasta la pérdida de la vida. Muchas de ellas son consecuencia de los cambios en los patrones de comportamiento sexual y falta de programas de prevención. Por la gravedad de sus consecuencias y su incremento acelerado se deben conocer para tomar medidas de protección y aprender a evitar su transmisión. Pueden transmitirse más fácilmente del hombre a la mujer por mayor área de exposición: la vagina favorece mayor tiempo a las secreciones y mayor riesgo de trauma durante el coito. Las mujeres y sus hijos tienen mayor riesgo de secuelas que los hombres.
El IMSS advirtió que de los más de 22 millones de adolescentes que hay en México, 50% inician su vida sexual a los 14 años, en el caso de hombres, y a los 15 en mujeres, lo que incrementa los índices de ITS que pueden derivar en infertilidad y muerte.
La incidencia anual de las ITS y SIDA en el grupo de los 16 a 24 años presenta, en todos los casos, niveles muy superiores a los registrados para la población total.
Alrededor de 797 mil adolescentes que alguna vez han tenido relaciones sexuales no utilizan algún método anticonceptivo, de los cuales 48.9% son mujeres y 51.1% hombres –esta es la etapa de mayor riesgo para adquirir una ITS-.
El Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH-SIDA (CENSIDA) reportó que en 2012 hubo 531 casos de mujeres embarazadas SIDA y 61 casos de transmisión perinatal, así como 76 casos de sífilis congénita. En 2014 menciona que las nuevas infecciones de VIH disminuyeron un 38% en los últimos ocho años y la mortalidad por SIDA se redujo un 10% (4.7% a 4.2% de muertes por 100,000 habitantes).
La OMS considera que cada año alrededor de 1.4 millones de mujeres en el mundo, viviendo con VIH quedan embarazadas y, si no reciben tratamiento, existe hasta un 45% de posibilidades de transmitir el virus a sus hijos. Recientemente (Excélsior 1-VII-15) esta organización certificó a Cuba como el primer país en eliminar la transmisión de madre a hijo de la sífilis y el VIH.
Las ITS se descubren en los Centros de Salud, Consulta General de las Instituciones de Salud, planificación familiar y control prenatal, por lo que es primordial insistir en la aplicación de los Programas de Salud Reproductiva del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva (CNEGSR).
Las ITS se dividen en curables e incurables y se clasifican de acuerdo con sus manifestaciones y comportamientos clínicos; las producidas por bacterias, hongos y parásitos son curables. De los 30 agentes patógenos que sabemos que se transmiten por contacto sexual, ocho se han vinculado a la máxima incidencia de enfermedades.
De esas, cuatro son actualmente curables: sífilis, gonorrea, candidiasis y tricomoniasis. Aunque la farmacorresistencia, especialmente con la gonorrea, es un obstáculo importante que dificulta la reducción de este problema.
Dentro de las que se consideran incurables, Hepatitis B, Herpes Genital, VPH y Sida, disponemos de vacunas efectivas para la Hepatitis B y el VPH, que aplicadas oportunamente previenen estas enfermedades. Nuestra Cartilla Nacional de Vacunación las recomienda en menores de 9 a 12 años y personas de alto riesgo.
Para el manejo del VIH-SIDA existen nuevos medicamentos que pueden mitigar o atenuar el problema, reduciendo en forma significativa la mortalidad, con el inconveniente del alto costo.
Actualmente podemos identificar a los agentes responsables de las ITS, lo que nos permite diagnósticos más exactos y tratamientos oportunos. En los países de altos ingresos se utilizan ampliamente pruebas de diagnóstico de ITS muy confiables; estas pruebas son particularmente útiles para diagnosticar infecciones asintomáticas. En los países de ingresos bajos y medianos -como el nuestro- las pruebas de diagnóstico generalmente no están disponibles, y cuando lo están suelen ser costosas y geográficamente inaccesibles, además, con frecuencia los pacientes tienen que esperar mucho tiempo (o deben regresar) para recibir los resultados. En consecuencia, el seguimiento puede ser difícil y la atención o el tratamiento pueden quedar incompletos. En el control prenatal es recomendable investigar ITS.
El concepto de ITS ha evolucionado a través de los siglos; esto nos exige la necesidad de informar en todos los niveles de población sobre estas infecciones y generar el concepto de “Percepción de Riesgo”; para ello debemos impartir educación sexual integral y progresiva -no exclusivamente genitalidad- desde la instrucción primaria (Educación Sexual en Salud Reproductiva. México Social. Mayo, 2014); y la prevención en todos los niveles, especialmente en los jóvenes entre 16 y 24 años que en México registran niveles de ITS muy superiores a los consignados para la población total. Los jóvenes se exponen a las ITS en los actos sexuales sin protección, que no buscan la reproducción y algunas pueden ser transmitidas por otras vías.
La prevención incluye el asesoramiento sobre prácticas sexuales más seguras y reducción de riesgos, así como la promoción del uso de los preservativos. CONSIDA en 2014 repartió 173,269,438, reportando su uso en 38% de hombres entre 20 a 49 años y el 78% en adolescentes de 12 a 19 años.
Cuando se usan correcta y sistemáticamente, los preservativos son uno de los métodos de protección más eficaces contra las ITS, incluido el VIH. Los preservativos femeninos son eficaces y seguros, pero en el marco de los programas nacionales no se utilizan tan ampliamente como los preservativos masculinos.
Ante la sospecha de una ITS se recomienda acudir de inmediato con el médico de acuerdo con la situación social del paciente y preferentemente con un especialista, a fin de establecer un diagnóstico, tratamiento oportuno y el seguimiento estrecho del paciente y su pareja, para prevenir el impacto psicológico y sexual, así como consecuencias.
Esta conducta implica un alto costo económico, lo que impide llevarla a cabo en la mayoría de los mexicanos. Nuestras instituciones de salud en el primer nivel de atención carecen de estos recursos con las consecuencias señaladas anteriormente.
Consideramos además, que la educación sexual necesita complementarse con estrategias y recursos para reducir las desigualdades en términos de ingresos y poder adquisitivo, a fin de modificar las diferentes estructuras sociales en algunas áreas del país, como nos está mostrando CEIDAS.
Manuel de J. Campa G. Especialista certificado “In Tempore” por el Consejo Mexicano de Ginecología y Obstetricia. Es Profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Veracruzana (U.V.) desde 1966; fue Comisionado de Arbitraje Médico del Estado de Veracruz de 1999 a 2008. |
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