De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades del corazón pertenecen a la gran categoría de enfermedades cardiovasculares, las cuales son un grupo de desórdenes del corazón y de los vasos sanguíneos. Dentro de ellas, las también llamadas cardiopatías tienen una carga muy importante de mortalidad en México y el mundo.
En nuestro país, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía registró 128 mil 731 muertes en 2015 por enfermedades del corazón. Así se constituye como la primera causa de muerte en México desde hace más de una década, por encima de la diabetes y el cáncer.
Dentro de esa cifra de cardiopatías, tan sólo las enfermedades isquémicas del corazón sumaron 88 mil 144 muertes. Las enfermedades isquémicas provocan que el corazón no reciba suficiente sangre y derivan en todos los tipos de infartos en distintos lugares del corazón, en angina de pecho y otros síndromes.
Las enfermedades hipertensivas, también pertenecientes a las enfermedades del corazón, son otras de las afecciones que presentan una carga importante de mortalidad en nuestro país, con 23 mil 263 fallecimientos en 2015. La hipertensión consiste en el aumento de la presión arterial y una de sus características es que no presenta síntomas claros.
Algunas de las causas más comunes de las enfermedades del corazón son una dieta malsana, con consumo excesivo de sal, grasas y colesterol, así como la inactividad física y el consumo nocivo de alcohol y tabaco.
Cabe destacar que las personas que tienen sobrepeso, obesidad o diabetes son más vulnerables de padecer una cardiopatía, lo cual es muy relevante en México, país donde 7 de cada 10 adultos presentan sobrepeso u obesidad y la diabetes tiene una carga epidemiológica principal.
Siendo así, el panorama de salud en México se vuelve cada vez más complejo. El incremento de 200% de las muertes por enfermedades del corazón del año 2000 al 2015 indica la urgencia de llamar la atención de la población para el conocimiento y la prevención de las cardiopatías.
No obstante, fundamentalmente demanda un cambio y fortalecimiento de la política pública y de las instituciones de salud para abatir los condicionantes sociales de la enfermedad que causan más muertes, lo cual se replica en otros países de ingresos medios y bajos.
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