Mario Luis Fuentes

Para entender el discurso del presidente

En el mensaje que dio ayer al país, el presidente de la República llevó a cabo un recuento administrativo de las acciones que ha implementado en los poco más de 15 meses que tiene como titular del Ejecutivo federal; y también un listado de nuevas acciones que habrá de implementar su gobierno a partir de hoy, para enfrentar la epidemia del coronavirus y también para reactivar la economía nacional.


Sigue al autor en Twitter: @MarioLFuentes1

El mensaje fue, para la mayoría, desconcertante, pues se esperaba el anuncio de una nueva estrategia general de gobierno, que modificara los criterios de las variables macroeconómicas (incrementar la deuda pública para reactivar la inversión, y elevar el margen del déficit primario, por ejemplo) y que, por otra parte, lanzara una propuesta sustentada en una nueva lógica de inversión productiva del Estado.

¿Por qué no lo hizo? La clave para comprenderlo está en su propio discurso. El presidente está convencido de que la crisis generada por el COVID-19 es transitoria; que una vez que pase la emergencia sanitaria volveremos a una normalidad “suspendida”, y que, con base en su proyecto original de gobierno, podremos salir adelante como país.

Si algo debe reconocerse es que la narrativa del presidente es consistente y congruente consigo misma, pues en su mensaje reiteró en repetidas ocasiones que es combatiendo la corrupción, poniendo primero a los pobres y generando pleno empleo como se va a lograr el bienestar generalizado en México, todo ello sustentado en principios y valores morales, a los que el Ejecutivo les asigna una relevancia primordial.

Lo que se esperaba

Frente al optimismo declarado del presidente, en las últimas semanas se han presentado diferentes documentos en los que se plantean alternativas; se proponen acciones viables y se presentan rutas transitables para la reactivación económica, la reducción de las desigualdades y un quiebre estructural en las condiciones estructurales de reproducción de la pobreza en nuestro país.

En el mensaje del día de ayer se esperaba una convocatoria a la nación, a un diálogo fructífero entre las diferencias; porque es momento de aprovechar la experiencia de todas y de todos y las mejores capacidades de las mejores mujeres y hombres que tienen vocación de patria en México, y que, por fortuna, son muchos.

En lugar de ello, el presidente dobló la apuesta. Anunció que la austeridad no sólo va a continuar, sino que se va a profundizar; que recortará aún más los salarios de sus “altos funcionarios”; que incrementará el presupuesto de los programas sociales; se incrementará el número de créditos, hipotecarios y personales; en resumen: hacer más de lo mismo que se ha venido haciendo, porque, debe insistirse, en su visión de la realidad, el escenario después de la epidemia seguirá siendo el mismo en el que ganó la elección y tomó posesión de su cargo.

Lo que vimos fue a un presidente convencido de que su visión de la realidad es la acertada; renuente a percibir o, al menos, aceptar como posible que las coordenadas de México en el mundo han cambiado; pero que la realidad de nuestro país también será radicalmente distinta en su vida interna una vez que termine la pesadilla que ha generado la pandemia del COVID-19.

“Sin vueltas al pasado”

El presidente afirmó en su mensaje que “ya rompió el molde”; que no habrá ninguna vuelta al pasado. Pero es difícil pensar que realmente alguien exija el retorno a un modelo económico y de desarrollo que excluye a millones y que concentra la riqueza en unas cuantas manos.

Lo que sí queremos la mayoría es un cambio estructural para el país; un quiebre de la desigualdad; la erradicación de la pobreza. No ver al pasado sino diseñar un nuevo futuro de prosperidad para la nación; pero ello implica otra lógica de gobierno; una política económica audaz y agresiva; y una nueva democracia incluyente y promotora del entendimiento en la pluralidad y diversidad que nos caracteriza.

No es bueno para la República un hombre solo en medio del patio central de Palacio Nacional. Se requiere un país convencido y con una visión compartida de futuro. Y eso sólo se construye con diálogo y más diálogo; y eso hoy está fracturado.

Lee también: “LLEGÓ A 94 EL NÚMERO DE DEFUNCIONES POR COVID19

Artículo originalmente publicado en el periódico Excélsior: https://www.excelsior.com.mx/opinion/mario-luis-fuentes/para-entender-el-discurso-del-presidente/1374312

mexico_social

Ver comentarios

Entradas recientes

¿Quién cuida de la salud mental?

Uno de los grandes problemas de salud pública, que está asociado directamente con las condiciones…

12 horas hace

Conocer México: la riqueza cultural de la Ciudad de México

La Ciudad de México, capital del país y una de las urbes más grandes de…

14 horas hace

El Chorumo del Balsas: Un Pez en Peligro de Extinción en México

El Chorumo del Balsas (Menidia balsana) es una especie de pez endémica de la cuenca…

14 horas hace

El primer mes de la misma República

Ya han pasado 34 días desde que la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo tomó posesión del…

2 días hace

El Tlacuache: Guardián Nocturno y Símbolo de la Sabiduría Popular Mexicana

El tlacuache (Didelphis virginiana), también conocido como zarigüeya, es uno de los animales más antiguos…

2 días hace

Día Mundial de la Concienciación sobre los Tsunamis: Destrucción, Riesgos y Preparación

El 5 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Concienciación sobre los Tsunamis,…

2 días hace

Esta web usa cookies.