Una de las buenas noticias que se están registrando en México es la gradual erradicación del matrimonio infantil. En esta tendencia ha incidido notablemente la prohibición del matrimonio de personas menores de 18 años, lo cual ha comenzado a generar una conciencia social respecto de la relevancia de que las niñas y niños puedan tener un adecuado y libre desarrollo de su personalidad.
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El matrimonio infantil o precoz, es aquel en el cual las niñas y niños contraen matrimonio antes de llegar a la mayoría de edad, lo cual impide en la mayoría de los casos que continúen con su trayectoria escolar, que su incorporación al mundo del trabajo se dé en condiciones de precariedad; esto sin descontar que en muchos contextos, el matrimonio de niñas y niños se asocia al embarazo adolescente, pues culturalmente en algunas regiones del país, se asume que si una niña se embaraza, debe por lo tanto, como una opción, casarse con el padre de su hija o hijo.
El matrimonio infantil, en vías de erradicación
De manera reciente, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dio a conocer las estadísticas relativas a los registros administrativos de nupcialidad, con fecha de corte en el año 2018.
En estas, destaca sobremanera que en ese año sólo se registraron cuatro matrimonios de niñas menores de 15 años en todo el país, cifra récord que permite pensar que se está en vías de erradicación de esta práctica, por lo que el reto se encuentra en mantener esa tendencia.
También destaca que solo se registraron 17 matrimonios de niñas de 15 años de edad; 180 casos más entre quienes contrajeron matrimonio y tenían 16 años de edad al momento de las nupcias; y 317 casos en el grupo de 17 años; todas ellas cifras récord a la baja, y cuya tendencia debería ser aproximarse a cero en los próximos años.
En el mismo sentido, es una buena noticia que los matrimonios de mujeres de 18 y 19 años de edad al momento de contraer nupcias, ha disminuido de manera significativa, tanto en números absolutos, como en términos relativos. En efecto, según los datos del INEGI, mientras que en el año 2010 hubo 36,334 matrimonios de mujeres de 18 años de edad, en el 2018 la cifra se ubicó en 25,691 casos, es decir, una disminución de prácticamente 30% en menos de una década.
Por su parte, en el grupo de los 19 años, la cifra pasó de 38,764 casos en el año 2010, a 25,207 en el año 2018, es decir, una reducción de 35% en el mismo periodo señalado.
Matrimonios van para abajo
Debe subrayarse en ese sentido, que estas reducciones también se expresan en lo relativo al total de matrimonios registrados en el país. Mientras que en el año 2010, tanto los matrimonios de mujeres de 18 y 19 años, representaban respectivamente, el 6.4% y 6.8%, del total, en 2018 su peso relativo fue de 5.1% y 5%, respectivamente.
En lo que respecta al año 2018, debe subrayarse la estimación que hace el INEGI: “De los 556 matrimonios en los que al menos uno de los contrayentes es menor de edad, los estados con la mayor proporción son Sonora 62.4% (347), Guanajuato 14.4% (80), Chihuahua 12.6% (70), Querétaro 2.7% (15) y Guerrero 1.8% (10). Esta práctica va a la baja debido a que a partir de 2016 se ha impulsado un proceso para impedir el matrimonio en el que participen personas menores de 18 años”.
En México se están experimentando cambios culturales relevantes que se expresan en la decisión de contraer o no matrimonio y en qué momento hacerlo. En esa lógica, es importante hacer notar que, según los datos del INEGI, en el 2018 el promedio de edad de los hombres que contrajeron matrimonio fue de 32.3 años, y de 29.4 años para las mujeres.
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El contexto general
También es un asunto a destacar que cada vez se registra un menor número de matrimonios entre personas con baja escolaridad. Uno de cada cuatro se da entre quienes tienen educación secundaria o equivalente.
Otra proporción similar se da entre quienes tienen bachillerato o equivalente, así como entre quienes tienen educación superior. Es decir, en tres de cada cuatro matrimonios, las personas contrayentes cuentan al menos con educación secundaria.