Escrito por 3:00 am Blanca Elena Gómez, Ciencia, Economía, En Portada, Guerra, Mundo, Política • 2 Comentarios

La ciencia y tecnología como un nuevo espacio geoeconómico en disputa

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El 2 de agosto pasado, Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos visitó Taiwan, durante su estancia aseguró que Estados Unidos “no abandonará” a la isla y que su país “haría todo lo necesario” para impulsar su capacidad de defensa frente cualquier ataque chino. Dicha visita despertó gran polémica entre la comunidad internacional, principalmente entre los especialistas en lo geoeconómico, ya que el hecho de que Taiwan sea el productor del 20% de todos los semiconductores del mundo, permitía asegurar que la visita estadounidense tenía como objetivo garantizar el flujo de estos productos a su territorio nacional.

Escrito por: Blanca Elena Gómez

Fortaleciendo la sospecha anterior, Joe Biden firmó el 9 de agosto la Ley Chips y Ciencia, mediante la cual liberó 52 000 millones en subvenciones para el desarrollo y la producción de semiconductores, con lo cual se espera Estados Unidos pueda ganar “la competencia económica del siglo XXI” según el mandatario. Además de esta inversión, se prevé una inversión de decenas de miles de millones de dólares en investigación y desarrollo de ciencia y tecnología.

Pero, aunque parece que la administración Biden toma la delantera, el mandatario parece olvidar que no basta con asegurar una gran inversión que detone el fortalecimiento de sectores a nivel nacional, sino que esta estrategia debe ir acompañada de la reproducción de esta forma de hacer ciencia en diversas dimensiones y regiones del mundo, y es allí donde China se posiciona a la vanguardia en la competencia.

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Desde 1995, el gobierno chino emitió la denominada “Decisión sobre la aceleración del desarrollo de Ciencia y Tecnología”, en dicho documento describió a la ciencia y la tecnología como la fuerza productiva principal y como el motor del desarrollo y progreso en China. Según este documento, la ciencia y la tecnología debían quedar estrechamente asociadas a las necesidades del mercado y, por lo tanto, las instituciones del Estado debían generar las condiciones necesarias para asegurarlo.

Sin duda la inversión se incrementó sustancialmente, y por tomar algunos datos, a partir del año 2000 se observa un crecimiento exponencial en el número de publicaciones de investigación en materia de inteligencia artificial por parte de China, según datos de OCDE, incluso en el periodo que va de 2009 a 2011, China se posicionó en el primer lugar del ranking, aunque en 2012 volvió descender. En el año 2021, China y Estados Unidos se colocaron en el primer lugar y para 2022, la tendencia indica que China superará a Estados Unidos en la materia.

Según el informe de Inteligencia Artificial de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual 2019, hay 167 universidades y centros públicos de investigación entre las 500 organizaciones principales solicitantes de registro de patentes, de estas, 110 son de chinas, 20 de los Estados Unidos, 19 de la República de Corea y 4 de Japón.

Además, China ha emprendido una política de cooperación internacional en materia de ciencia y tecnología muy activa, basta ver el ejemplo de América Latina. En Brasil, China colabora con la Universidad Federal de Pernambuco, para recopilar datos de superficie terrestre enviados por satélites de teledetección e información de especies, los datos recolectados sirven para construir modelos básicos del ecosistema de la selva amazónica, utilizando tecnologías digitales para extrapolar la futura cobertura vegetal de la superficie, de esta manera los expertos desarrollarán un modelo digital del ecosistema amazónico que ayudará al gobierno brasileño para que pueda implementar una política de conservación de la biodiversidad teniendo el desarrollo económico y social como guía.

En 2019, el Laboratorio Estatal de Tecnología y Sistemas de Realidad Virtual de China y la Universidad Santiago de Cali, Colombia, establecieron el Connected Universal Experiences Labs, un laboratorio que se enfoca en temas de investigación, desarrollo y aplicación de tecnologías de la información. Uno de sus principales usos ha sido para satisfacer la demanda del creciente volumen del negocio portuario y mejorar la eficiencia de las operaciones del puerto de Buenaventura.

Por otra parte, Perú y China han firmado una serie de acuerdos para estrechar y fortalecer los lazos para aplicar las tecnologías de la información en agricultura, salud, energía renovable y protección de la biodiversidad. Perú es el segundo destino de las inversiones chinas en América Latina, con alrededor de 170 empresas chinas y un capital de más de 30 000 millones de dólares.

En México, el pasado 25 de mayo se anunció el proyecto Tech4Nature, una entidad que suma esfuerzos con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y Huawei, para proteger el ecosistema en Dzilam de Bravo, a través de la instalación de audiomoths y cámaras trampa que buscan generar datos y desarrollar algoritmos de Inteligencia Artificial, que a través de la Universidad Politécnica de Yucatán (UPY) y Rainforest Connection (RFCx), permitirán un mejor monitoreo de las especies, y el diseño de planes de protección del entorno más asertivos por parte de la Secretaria de Desarrollo Sustentable (SDS) estatal.

Al parecer China ha aprendido la lección: la disputa por el control de los factores de la producción ahora se da en terrenos intangibles, además de que el poder se compone de diferentes dimensiones, y una de ellas, la fundamental viene de la mano de la generación de lazos estratégicos a través de la cooperación. Estado Unidos, parece no entender que la arrogancia nacionalista y geopolítica ha sido la característica común de los imperios agonizantes, definitivamente, el siglo XXI tiene dueño y este se encuentra en Asia.

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