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La democracia activa y el Estado de Bienestar

Han transcurrido aproximadamente 80 años desde que se enunciaron los primeros trazos de la política del Estado de Bienestar en Reino Unido, donde nació la idea y la experiencia que han transcurrido por gran número de avatares en los países de occidente y que ahora en México es luz renovada en este sistema de ideas emergente en simultáneo a los estados neoliberales y neofascistas.

Escrito por: Lorenzo León Diez

El “Informe Beveridge” es un documento gubernamental redactado por el economista y parlamentario liberal William Beveridge que fue publicado en 1942 y examinaba la situación del Estado de Bienestar en el Reino Unido y se proponían numerosas reformas sociales destinadas a paliar la necesidad, las enfermedades, la ignorancia, la ociosidad y la miseria.

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Antes de la Primera Guerra Mundial se había creado el Seguro Nacional y un sistema de pensiones de vejez, lo que dispondría más tarde al pueblo inglés abrazar y dar cabida al Estado de Bienestar surgido tras la segunda gran contienda del siglo XX.

En 1943 los 3 millones de efectivos militares votaron prácticamente en bloque por los laboristas con la esperanza de propiciar la llegada de ese Estado de Bienestar prometido en dicho manifiesto, pues el laborismo sintonizaba mejor con la escala de valores y las actitudes éticas surgidas a raíz de la guerra, presididas fundamentalmente por la defensa y la igualdad y la “distribución justa”.

El conservador Churchill declaró: “Deben contarme, tanto a mí como a mis colegas, entre los más firmes partidarios del establecimiento de un seguro nacional obligatorio soportado por todas las clases sociales y destinado a resolver todo tipo de problemas, de la cuna a la tumba”.

Churchill defendió con mediana claridad una alternativa conservadora y casi socialista al socialismo. En mayo de 1947 se publicaba un folleto informativo del Partido Conservador titulado The Industrial Charter en el que los conservadores amoldaban en buena medida sus puntos de vista económicos y productivos a lo establecido en el programa de los laboristas, incluidos los principios del estado de bienestar.

El 28 de octubre de 1947, durante un debate, Churchill defendió dicha alternativa conservadora y casi libertaria al socialismo, y empleó en el empeño una nueva frase llamada a perdurar: “Establezcamos unos niveles de vida y trabajo básicos, y proporcionemos a todo el mundo alimentos de primera necesidad. Una vez hecho esto, dejemos al pueblo en libertad. Apartémonos de su camino, dejemos que la gente se las arregle según su leal saber y entender, permitámosles obtener todas las ventajas que puedan para sus familias y para su país. Sólo de este modo podrá establecerse una democracia activa e independiente de ciudadanos propietarios. Su inspiración fue el libro de Friedrich von Hayek, Caminos de servidumbre.

El parlamento de la Legislatura, de 1945 a 1950, había promulgado nada menos que 377 leyes. Había llevado a la práctica, y desarrollado plenamente, todas las medidas que habían sido propugnadas en el Informe Beveridge –de entre las que destacan la Ley del Seguro Nacional de 1946 y la Ley de Ayuda Nacional de 1948– y había creado el Servicio Nacional de Salud, construido más de un millón de nuevas viviendas y elevado la edad de 15 años en el periodo de escolarización obligatorio. Los laboristas también habían nacionalizado las minas de carbón, los ferrocarriles, el suministro de gas y electricidad, el transporte por carretera y el banco de Inglaterra.

Churchill había señalado que “Debe garantizarse a la gente un mínimo vital, y más allá de eso que cada uno corra según sus fuerzas”. “Entre nuestros oponentes socialistas reina una gran confusión. Algunos de ellos consideran que la empresa privada es un tigre al que resulta imprescindible abatir. Otros lo ven más bien como una vaca a la que se pudiera ordeñar”.

Estos recuerdos son pertinentes en la hora de México, cuando parte un barco nuevo, con la estafeta y la bandera de la doctrina lopezobradorista, que tiene vertientes fundamentales en su obra escrita y en sus acciones públicas.

Cuando se refiere a la corrupción como el problema central a resolver, demuestra que es posible sostener programas sociales que llegan después de casi 100 años a nuestro país americano.

Si bien es cierto que la economía inglesa, luego de la instauración del Estado de Bienestar sufrió debido a factores externos (nada menos que protegerse y avanzar de la invasión alemana), los principios fueron sostenidos hasta la llegada de Margaret Thatcher, cuando surge la doctrina neoliberal, donde se cambia el rumbo en suprimir el Estado de Bienestar a favor del mercado, con sus leyes despiadadas.

Economía moral, revolución de la conciencia, humanismo mexicano. Sin hacer referencia siempre a los liberales ingleses, la política lopezobradorista es heredera de los conceptos clásicos del Estado de Bienestar.

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