Estratón de Lámpsaco y su Concepción sobre la Estética, el Arte y la Belleza

Estratón de Lámpsaco (c. 335 – 269 a.C.) fue uno de los filósofos más influyentes de la escuela peripatética y un importante sucesor de Aristóteles en la dirección del Liceo. A lo largo de su vida, se destacó no solo por sus contribuciones en áreas como la física y la biología, sino también por sus reflexiones sobre la estética, el arte y la belleza. Aunque su obra se encuentra fragmentada, los textos de sus discípulos y los testimonios de autores posteriores nos permiten comprender las ideas de Estratón sobre estos temas, que se enmarcan en su visión naturalista del mundo.

Un Artículo de: México social/ Saúl Arellano

La vida de Estratón de Lámpsaco estuvo marcada por el auge de la escuela peripatética, que fue fundada por Aristóteles. Este filósofo, nacido en la ciudad de Lámpsaco, ubicada en la región de Misia, fue discípulo de Aristóteles y asumió la dirección del Liceo tras la muerte de su maestro. La filosofía de Estratón se caracterizó por un enfoque empírico y materialista, oponiéndose a las ideas más idealistas de Platón. En este contexto, su concepción de la belleza y el arte se sustentaba en la idea de que la naturaleza era la fuente primordial de lo bello, y que el arte debía ser una representación de la armonía natural.

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Estratón de Lámpsaco, al igual que su maestro Aristóteles, veía la belleza como una propiedad inherente a los objetos del mundo natural. Para él, lo bello no era algo separado de la realidad física, como lo había planteado Platón en sus teorías sobre las Ideas, sino que debía ser comprendido como una cualidad intrínseca que se manifestaba en la proporción y la simetría que se encuentran en la naturaleza misma. Según su visión, el arte debía reflejar estos principios de armonía natural, ya que cualquier intento de representar lo bello de forma artificial o desproporcionada distorsionaba la naturaleza de las cosas.

Una de las ideas clave de Estratón es que la belleza no se limita a lo que comúnmente se percibe a través de los sentidos, sino que tiene un fundamento en la estructura natural del mundo. En este sentido, su concepción de la belleza estaba profundamente ligada a su comprensión de la física. Estratón afirmaba que lo que se considera bello es aquello que responde a un orden natural, y que la belleza de un objeto o de una obra de arte reside en su capacidad para reflejar dicho orden. Para Estratón, la belleza no era una cuestión puramente subjetiva, sino que se encontraba en las propiedades objetivas del mundo material, como la simetría y la proporción, las cuales son fundamentales tanto en la naturaleza como en el arte.

Aunque no se conservan muchos de sus escritos, los testimonios de autores posteriores, como Diógenes Laercio y Simplicio, nos han permitido conocer su enfoque sobre el arte. Estratón consideraba que el arte debía ser un medio para capturar la esencia de la naturaleza, y en este sentido, el pintor o el escultor debían trabajar con la realidad tal como es, sin intentar idealizarla o distorsionarla. Esto lo posiciona en una línea de pensamiento que se aparta de la visión platónica, que veía en las representaciones artísticas una imitación imperfecta de las Ideas perfectas. Para Estratón, el arte no era solo una imitación de la naturaleza, sino una manera de revelar las propiedades subyacentes y naturales que definen la belleza.

En relación con la ética, la concepción estética de Estratón estaba vinculada a su visión de la virtud y el equilibrio. En su pensamiento, la belleza no solo se apreciaba en el arte, sino que también debía ser un reflejo de una vida virtuosa y equilibrada. La moderación y la armonía no solo eran principios fundamentales en la naturaleza y el arte, sino que también constituían la base de una vida ética adecuada. Estratón sostenía que la belleza era una manifestación de la perfección moral, y que una vida bien vivida estaba naturalmente alineada con las leyes estéticas que rigen el universo.

En cuanto a su legado, la influencia de Estratón fue considerable, aunque su pensamiento se vio eclipsado en parte por las corrientes filosóficas posteriores, como el estoicismo y el epicureísmo. Sin embargo, su concepción de la belleza y el arte continuó siendo una referencia en el pensamiento peripatético y fue retomada por algunos filósofos helenísticos que vieron en la naturaleza la fuente primordial de lo bello. Su énfasis en la simetría y la proporción influyó en el desarrollo de la teoría del arte en la Grecia helenística y, más tarde, en la tradición romana, que adoptó muchos de estos principios en su propio enfoque de la belleza y el diseño artístico.

La concepción de Estratón sobre la belleza como algo inherente al orden natural tuvo también un impacto en la reflexión filosófica medieval y en el Renacimiento, cuando los pensadores comenzaron a redescubrir la importancia de la proporción y la armonía en la naturaleza como base para la creación artística. Además, su enfoque materialista influyó en corrientes filosóficas modernas que tratan de abordar la belleza de manera objetiva y en términos de sus propiedades físicas.

En conclusión, Estratón de Lámpsaco desempeñó un papel fundamental en la filosofía peripatética, especialmente en lo que respecta a la relación entre la estética, el arte y la naturaleza. Al integrar la belleza en el orden natural del mundo, contribuyó a una visión de la estética que valora la proporción, la simetría y el equilibrio, no solo en la naturaleza, sino también en el arte y en la vida humana. Su legado continúa siendo relevante en el pensamiento contemporáneo, particularmente en el estudio de la filosofía del arte y la estética naturalista.

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Bibliografía

• Diógenes Laercio. (S. III). Vidas de los filósofos ilustres.
• Simplicio. (S. VI). Comentario sobre la Física de Aristóteles.
• Long, A. A., & Sedley, D. N. (1987). The Hellenistic Philosophers. Cambridge University Press.
• Sorabji, R. (1991). Aristotle Transformed: The Ancient Commentators and Their Influence. Cornell University Press.
• Schofield, M. (1999). The Stoic Idea of the City. University of Chicago Press.