La guerra en Etiopía, que comenzó en noviembre de 2020 en la región de Tigray, ha causado una de las peores crisis humanitarias de la actualidad. Sin embargo, la visibilidad de este conflicto en los medios de comunicación y la atención diplomática de Occidente ha sido limitada. A pesar de la magnitud del sufrimiento, que ha dejado miles de muertos, millones de desplazados y una crisis alimentaria devastadora, la comunidad internacional ha reaccionado con lentitud y, en muchos casos, con indiferencia. Este artículo analiza los factores que originaron el conflicto, la magnitud de la crisis humanitaria, y la falta de atención por parte de las naciones occidentales.
Un Artículo de: México social/ Saúl Arellano
Origen del conflicto
El conflicto en Etiopía tiene profundas raíces históricas y políticas. Etiopía es un país que alberga una gran diversidad étnica, lo que ha sido una fuente de tensiones a lo largo de su historia. La guerra comenzó cuando el gobierno federal, liderado por el primer ministro Abiy Ahmed, lanzó una operación militar contra las fuerzas del Frente Popular de Liberación de Tigray (TPLF), el partido que había dominado la política etíope durante décadas antes de ser desplazado por Abiy en 2018. El TPLF había rechazado una serie de reformas impulsadas por el gobierno central, y su oposición culminó en una confrontación armada.
La ONU señala que “las tensiones se exacerbaron debido a la competencia por el poder político y los recursos económicos en una nación altamente centralizada, donde la marginación histórica de varias regiones, incluido Tigray, ha generado descontento y resentimiento” (ONU, 2022). El conflicto rápidamente escaló y atrajo la participación de actores internacionales, incluidos Eritrea y diversas milicias étnicas, lo que complicó aún más la situación.
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La crisis humanitaria
El impacto humanitario de la guerra ha sido devastador. Según informes de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA), más de 9 millones de personas en las regiones afectadas (Tigray, Amhara y Afar) necesitan asistencia humanitaria urgente, y al menos 2.5 millones han sido desplazadas. Además, la guerra ha causado una catástrofe alimentaria. “La falta de acceso a suministros vitales, el bloqueo a la ayuda humanitaria y la destrucción de la infraestructura agrícola han provocado que cientos de miles de personas enfrenten hambruna” (OCHA, 2023).
La ONU ha calificado la situación en Tigray como una emergencia de nivel 3, la designación más alta para crisis humanitarias, lo que sitúa al conflicto al mismo nivel que las crisis en Siria y Yemen. Sin embargo, a diferencia de estos conflictos, la guerra en Etiopía ha recibido mucha menos atención mediática y política en Occidente.
La invisibilidad en Occidente
A pesar de la magnitud de la crisis, el conflicto en Etiopía ha pasado casi desapercibido en gran parte del mundo occidental. Varios factores contribuyen a esta falta de visibilidad. En primer lugar, la naturaleza geopolítica del conflicto no se alinea con los intereses estratégicos inmediatos de las potencias occidentales. Etiopía no ha sido un foco tradicional de atención internacional como lo han sido otras regiones en conflicto, como el Medio Oriente.
Además, la complejidad del conflicto, que involucra a múltiples actores internos y externos, ha dificultado una comprensión clara y directa de la situación. Como señala el International Crisis Group, “la narrativa en torno al conflicto ha sido opacada por desinformación y falta de acceso a la región, lo que ha dificultado que el público y los medios de comunicación occidentales comprendan plenamente la gravedad de la situación” (ICG, 2022).
Esta invisibilidad también está relacionada con el escaso interés que los medios de comunicación occidentales han mostrado en África subsahariana en general, una tendencia que ha sido criticada durante décadas por organizaciones humanitarias. Según Médicos Sin Fronteras, “los conflictos africanos rara vez son cubiertos por los medios occidentales, lo que resulta en una falta de presión sobre los gobiernos para actuar” (MSF, 2022).
El conflicto en Etiopía representa una tragedia humanitaria de enorme magnitud que, lamentablemente, ha sido invisibilizada en gran parte del mundo occidental. Mientras la guerra sigue causando estragos en millones de personas, la comunidad internacional debe asumir un papel más proactivo para promover la paz y garantizar que la asistencia humanitaria llegue a quienes más la necesitan. La falta de visibilidad y la escasa atención que se le ha dado a este conflicto subraya la importancia de que los organismos internacionales, los medios de comunicación y los gobiernos occidentales amplíen su enfoque para incluir a las crisis humanitarias en regiones que, a menudo, son marginadas en la agenda global.
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Bibliografía
- International Crisis Group. (2022). Ethiopia’s Tigray war: A Deadly stalemate. Recuperado de https://www.crisisgroup.org/africa/horn-africa/ethiopia
- Médicos Sin Fronteras. (2022). The invisible war in Tigray. Recuperado de https://www.msf.org/invisible-war-tigray
- Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA). (2023). Ethiopia: Tigray Crisis – Humanitarian Overview. Naciones Unidas.
- Organización de las Naciones Unidas (ONU). (2022). Briefing on the Humanitarian Situation in Ethiopia. Naciones Unidas. Recuperado de https://www.un.org/humanitarian/situation/ethiopia
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