La región presentó avances en cuanto a consolidación fiscal; sin embargo, los ingresos tributarios son insuficientes y la evasión fiscal en América Latina es de 6.3% del PIB.
Esta situación incrementa las dificultades para lograr los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que, entre otras cosas, incluye acabar con la pobreza y el hambre y mejorar la educación y los servicios sanitarios.
Recientemente, la CEPAL publicó su estudio “Panorama fiscal de América Latina y el Caribe”, donde se dieron a los altos niveles de evasión fiscal en América Latina.
De acuerdo con ello, el incumplimiento de las obligaciones fiscales de las empresas que generan actividad económica en los países de la región, sigue siendo un reto para la política fiscal de los países de América Latina.
Según las estimaciones más recientes (de 2017), las pérdidas que se asocian al incumplimiento del impuesto a la renta y al valor agregado (IVA), alcanzaron un monto de 335 mil millones de dólares.
Mientras que en los países de América Latina se recauda un 6.6% del PIB de la región por concepto de impuesto sobre la renta, la evasión a esta obligación tributaria alcanza un 4%, es decir, de eliminar la evasión a este impuesto, se recaudaría el equivalente al 10.6% del PIB de la región.
Algo similar sucede con el IVA, ya que en los países latinoamericanos se recauda un monto equivalente al 6.7% del PIB, sin embargo, la evasión a este impuesto asciende a un 2.3% del PIB, por lo que si esta proporción de evasión se redujera a cero, América Latina estaría recaudando el 8.9% de su PIB por este concepto.
Los 335 mil millones de dólares que se evaden por eludir estos dos impuestos, equivalen a casi tres veces el gasto de capital que los gobiernos centrales de los países de la región ejercieron en 2016, el cual ascendió a 115 millones de dólares.
Frente a ello, la Cepal afirma que si los países pudieran reducir la magnitud de la evasión fiscal, tendrían más recursos para lograr las metas sociales y económicas que forman parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Medidas como la facturación electrónica que ya se aplican en varios países y el cruce de información con otras bases de datos, permiten detectar irregularidades con las declaraciones patrimoniales de los contribuyentes, apoya la formalización del comercio y reducen el espacio para la evasión y la elusión fiscal del IVA.
Al respecto, en México se implementó un programa de declaración y repatriación de capitales, el cual contempla una tasa preferencial para el pago del impuesto sobre la renta. Este capital debía de invertirse en el país por un período no inferior a dos años, sin en embargo, estos programas tuvieron una recaudación menor comparado con los programas de regularización tributaria que se implementaron en Argentina, Brasil y Chile.
Manipulación de precios
Otra manera de eludir las cargas fiscales es manipulando los precios del comercio internacional.
Si bien los montos de estos flujos financieros ilícitos han presentado una tendencia a la baja, de acuerdo con las estimaciones de este informe de la Cepal, en 2016 ascendió a 85 mil millones de dólares, es decir, el equivalente al 1.5% de PIB de la región.
La reducción de las salidas brutas derivadas de la manipulación de los precios presentó una disminución de 15 mil millones de dólares, comparado con los máximos históricos que se registraron en 2013 y 2014, cuando esa cifra alcanzó los 100 mil millones de dólares.
Sin embargo, este descenso se debe principalmente a Argentina, Brasil, Chile, Colombia y Costa Rica, por lo que no es una mejora en todo el sistema fiscal de la región.