El diputado federal por Veracruz, Sergio Gutiérrez Luna, quien compitió para ser coordinador de los comités de Defensa de la Transformación de Morena en el estado, y que fue presidente de Cámara de Diputados, promocionó y organizó una audiencia pública en el Congreso de la Unión, para que en un salón abarrotado, se presentará el “ufólogo” Jaime Maussan, con unos muñecos, supuestas momias de extraterrestres, encontrados en una mina de las líneas de Nazca, al sur del Perú, según dijo.
Escrito por: Lorenzo León Diez
El acontecimiento, “un evento de importancia mundial” apuntó a su lado el diputado, provocó respuestas no solamente en el ámbito académico y científico mexicano y peruano, sino incluso de la NASA, donde un científico riendo, comentó que, de ser cierto, el gobierno mexicano tendría que compartir esas supuestas evidencias con el circuito científico internacional.
En Perú la respuesta fue más seria, pues, de comprobarse que son piezas arqueológicas peruanas, el “investigador” mexicano estaría violando las leyes que prohíben la extracción ilegal de restos prehispánicos.
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Luis Castillo Butters, arqueólogo y ex ministro de cultura de Perú, apuntó: “Nos parece una broma y nos sorprende que una cámara de diputados pueda ser partícipe de una humorada como esta, de una burla”.
El suceso sensacionalista, como es lo que realiza este periodista desde hace décadas, obligó a una reunión de científicos de la UNAM, donde Alejandro Frank, ex director del Instituto de Ciencias Nucleares, expresó: “Es triste reunirnos para hablar de las fechorías de un charlatán profesional”.
En una entrevista posterior, Maussan respondió que le parecían “muy desafortunadas” las calificaciones que le habían hecho los astrofísicos, entre otros científicos, como físicos teóricos y filósofos, de la universidad mexicana. Y cuando el entrevistador le pregunta quien o cómo había obtenido esas piezas, Maussan perdió la compostura y exclamó que estaba en su derecho de periodista de guardar el anonimato de su “fuente”.
Estamos ante un espectáculo que le hubiera encantado presenciar al situacionista Guy Debord y que a nosotros, en Veracruz, nos pone en la mira por la naturaleza intelectual de nuestro representante, que afortunadamente obtuvo solo un voto en el consejo electoral morenista para seleccionar a los precandidatos a la gubernatura de uno de los estados más importantes de México.
De Sergio Gutiérrez Luna hemos visto desde hace muchos meses, su rostro en los espectaculares de una intensa y costosa campaña promocional. Ahora, con esta fresa en el pastel político, nos damos cuenta de la que nos salvamos.
Sin duda pensaría del diputado que ponerse en las pantallas y planas nacionales y mundiales con tan lamentable espectáculo lo favorecería en sus desmesuradas aspiraciones, sin embargo esa abundantosa votación que obtuvo habla bien de los electores y señala la dimensión psíquica de quienes se dedican (no todos, afortunadamente) a la politiquería.
Hemos reseñado en un anterior artículo (La conciencia no humana), los descubrimientos del paleoantropólogo Lee Berger en un sistema de cuevas en Risingstar, al sur de África, de restos óseos y evidencias materiales, de una especie de homínido desconocida con una antigüedad de 150 mil años (La cueva de los huesos. Netflix), más del doble de años de los primeros huesos y objetos registrados del homo sapiens (70 mil años).
Presentar restos orgánicos e inorgánicos de una especie no humana requirió no solamente el hallazgo concreto (en este caso un depósito de fósiles y una herramienta de piedra en una de las manos de la entidad estudiada con los más sofisticados métodos de la arqueología y la antropología evolutiva) sino un escaneo integral de la caverna, donde se halló un tallado en la roca, un primer signo realizado por esos ignotos habitantes de un sitio funerario.
Si Gutiérrez Luna y sus destacados asesores, tuviesen algún sustento o una suficiente formación cultural, debieron argumentar ante los representantes del pueblo, pues dijo el diputado que siendo el congreso la “casa del pueblo” Maussan tenía tanto derecho como todos de presentar sus genialidades, que quien iba a subir a la alta tribuna tendría la dimensión intelectual requerida para sostener lo que marcaría -dijo el diputado y el locutor de televisión-, un antes y un después en la “historia de la humanidad”.
Gutiérrez Luna. Tache. 1 voto.
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