Entendemos el fomento de la salud como bien público y meritorio, que favorece al desarrollo económico y a la lucha contra la pobreza, propicia la igualdad y la búsqueda en la equidad de oportunidades que implican el desarrollo humano
La salud es un objetivo esencial para el desarrollo económico y social de nuestro país que contribuye a la equidad y a la reducción de la pobreza, y las políticas de salud deben incluir por lo menos las siguientes áreas:
- Infraestructura y tecnología subyacentes de salud
- Condiciones ecológicas y sociales, incluyendo educación y equidad de género
- Globalización (la cual ofrece beneficios y amenazas potenciales a la salud en el mundo)
El establecimiento de una política en salud requiere la responsabilidad del Estado, la exigencia de una amplia participación social, comunitaria e individual y un entendimiento profundo de las condiciones sociales, económicas, demográficas y políticas, ya que todas ellas, afectan a la salud y, necesariamente, deberán ser abordadas en una estrategia de salud pública.
Las metas de salud acordadas para el año 2015 incluían, entre otras:
- Reducir (tomando como base los niveles de 1990) en dos terceras partes de la mortalidad infantil
- Reducir la mortalidad materna en tres cuartas partes
- Detener el incremento de la elevación del VIH/sida
- Continuar y sostener los apoyos a otras iniciativas internacionales crecientes, como el combate a la malaria y la tuberculosis
Se redujo la mortalidad infantil
La mortalidad infantil es el indicador demográfico que señala el número de defunciones de niños en una población de cada mil nacidos vivos registrados durante el primer año de vida.
Se trata de un indicador relacionado directamente con los niveles de pobreza y de calidad de la sanidad gratuita (a mayor pobreza o menor calidad sanitaria, mayor índice de mortalidad infantil), y el reducirla constituye uno de los objetivos del milenio de las Naciones Unidas.
La mortalidad nacional de menores de 5 años en 1990 fue de 43.6 por cada mil nacimientos y en el periodo 1990-2015 se redujo a 13 por cada mil nacimientos (Unicef). En 2015 México fue uno de los 62 países que alcanzó la meta de reducir en dos terceras partes la tasa de mortalidad de niños menores de 5 años[1].
Estas metas, además de ser una expresión humanitaria, son consideradas también como una inversión indispensable para el bienestar tanto para los países pobres como para los ricos, ya que al alcanzarlas ambos saldrán beneficiados.
Menos muertes maternas
La OMS define la defunción materna como la muerte de una mujer mientras está embarazada o dentro de los 42 días siguientes al término del embarazo, independiente de la duración y el sitio del embarazo, debida a cualquier causa relacionada con o agravada por el embarazo mismo.
En México se reportaron en el año 2003 1,339 casos de mortalidad materna[2] y en 2016, de acuerdo con cifras de Conapo a nivel nacional hubo 741 muertes maternas.
El caso del VIH/sida
Según el INEGI, en el año 2011 se reportaron 5,043 defunciones por VIH/sida. Para el año 2015 el Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH y el sida reportó 4,751 defunciones por esta causa.
Los nuevos heraldos
El mundo atraviesa por una serie de cambios en el orden mundial que hacen pensar en el desarrollo de una nueva etapa histórica. La salud, la economía y el cambio climático de 1997 a 2001 abrieron las puertas a la nueva ola de cambios que hoy vivimos.
La revolución de la agricultura, la tecnología y el internet ha transformado al mundo y nuestro sedentario estilo de vida y la contaminación a la que estamos expuestos son también fuentes de enfermedades.
Apenas un siglo atrás la esperanza de vida de una persona era en promedio de 30 años, cifra que desde nuestra aparición sobre la tierra se había mantenido constante; sin embargo, debido a los avances de la ciencia y la tecnología realizados en el siglo xx (principalmente tras la Segunda Guerra Mundial) todo cambió.
La mayor parte de los seres humanos alcanzaremos con facilidad los 65 o 70 años, acercándonos cada vez más al límite biológico de la vida humana. Se trata de un avance espectacular; como ha dicho el doctor Julio Frenk Mora, actual presidente de la Universidad de Miami, y el primer latinoamericano en ostentar dicho cargo: “realmente en el curso del siglo xx hubo una ganancia mayor de vida que en toda la historia de la humanidad”.
Otro de los grandes logros fue el descenso de la mortalidad infantil: en el año 1800 43% de los niños morían antes de los 5 años. El mejoramiento de la sanidad pública y la llegada de nuevos medicamentos y vacunas consiguió casi desaparecer estos males en muchos países, reduciendo la tasa de muertes infantiles.
¡Se nos acaba el tiempo!
En los avances en materia de salud sigue habiendo enormes desigualdades entre países y dentro de ellos: mientras en algunas naciones desarrolladas como Japón o Estados Unidos se habla de una esperanza de vida por encima de los 90 años, en regiones del África subsahariana apenas roza los 40 años.
En México las comunidades indígenas de las zonas rurales tienen peores condiciones de salud que las personas de las ciudades. Todavía tenemos una agenda inconclusa representada por: las infecciones comunes, la desnutrición y la mortalidad materna, que aún afectan a los países y poblaciones más pobres del planeta. Dar solución a esta problemática es el primero de los grandes problemas de la salud mundial.
Un segundo reto es provocado por nuestro propio éxito. La gente vive más y, por tanto, tiene mayores posibilidades de desarrollar enfermedades crónicas, tales como el cáncer, las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y los problemas de salud mental, que son mucho más complejas y costosas de prevenir y tratar.
A esta lista se suman también la obesidad y las lesiones derivadas de la violencia o de los accidentes, que también han aumentado. Se trata de problemas emergentes que, si bien en un inicio se limitaban a los países desarrollados, han comenzado a presentarse en naciones con pocos recursos, y conforman uno de los objetivos prioritarios de la Secretaría de Salud en nuestro país.
El tercer problema surge como una consecuencia más de vivir en un mundo tan interconectado: las enfermedades se distribuyen de un lugar a otro; no entienden de fronteras, se transmiten con facilidad entre países debido a los movimientos de las poblaciones.
Asimismo, nuestro sedentario estilo de vida y la contaminación ambiental en muchas áreas del país son factores que favorecen la existencia de muchas enfermedades.
La resistencia a los antibióticos y la resistencia al empleo de vacunas supone una amenaza fundamental para la salud humana, el desarrollo y la seguridad. Los compromisos asumidos hoy deben traducirse ahora en medidas inmediatas y eficaces para salvar vidas en los sectores de la salud humana, animal y ambiental[3].
Aunada a lo anterior está la lucha contra el cambio climático, que ya empezó y frente a la cual cada país está adoptando diferentes medidas de control[4]. El ser humano está matando al planeta, aunque se han identificado causas naturales del cambio climático, como el vulcanismo o variaciones de la órbita y el eje terrestre, gran porcentaje de su origen se debe a la actividad humana.
La civilización ha estado cavando poco a poco su propia tumba, y el cambio climático nos ofrece oportunidades para pensar en el futuro de nuestros hijos y en una vida distinta[5].
[1]En el empleo de las estadísticas de mortalidad de recién nacidos hasta los 5 años de edad es necesario ser muy precisos, en virtud de las diferentes terminologías que se utilizan. El 10 de diciembre de 2016 Wikipedia borró la página: “Anexo: países por tasa de mortalidad infantil”.
[2] mexico social.mario luis fuentes.marzo 2014
[3] Dra. Margaret Chan. Directora general de la OMS. Ginebra, noviembre, 2015.
[4] México social. El futuro nos alcanzó. Agosto, 2015.
[5] Patricia Romero. National Center for Atmospheric Research. Colorado, USA.
Manuel Campa Especialista certificado “In Tempore” por el Consejo Mexicano de Ginecología y Obstetricia. Es Profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Veracruzana (U.V.) desde 1966; fue Comisionado de Arbitraje Médico del Estado de Veracruz de 1999 a 2008 |