El gobernador Diego Sinuhé resultó el mejor alumno posible de su antecesor Miguel Márquez Márquez al frente del des-gobierno del estado de Guanajuato. Es factible decirlo así porque un buen alumno es aquel que supera a su maestro, y en este caso se aplica a la perfección. Mientras que Miguel Márquez sumió a la entidad en la más oscura de las etapas de violencia que se habían vivido en la historia en ese estado, Diego Sinhué la ha dirigido a la más siniestra y sangrienta que se pudo haber imaginado jamás en el Bajío mexicano, convirtiendo a su entidad en el camposanto más grande de México.
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El primer responsable de lo que hoy se vive en Guanajuato es precisamente el ex gobernador Miguel Márquez Márquez, quien además recientemente apareció entre los personajes que están intentando generar el bloque opositor a Morena rumbo a la contienda electoral de 2021. Tal señalamiento de su responsabilidad se sustenta en los siguientes datos.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en el año 2012, en el que tomó posesión como gobernador de la entidad, en Guanajuato se registraron 692 víctimas de homicidios intencionales; para el año 2013 no huho una variación significativa, pues la cifra se ubicó en 701 víctmas. Fue a partir de 2014 cuando las cosas comenzaron a salirse de control pues el indicador de homicidios intencionales llegó a 802 victimas, es decir, 14.4% más que el año previo.
Ante ese dato, Miguel Márquez cometió quizá el peor error de su administración, pues en lugar de despedir a su Procurador estatal y al secretario de seguridad pública, les envistió de mayor poder. El resultado fue desastroso. Para el año 2015 la cifra de homicidios dolosos creció nuevamente, llegando a 969 víctimas, es decir, 20.8% más que el año previo, pero 38.23% más respecto del 2013.
En 2016 la violencia se expnadió una vez más, llegando al cierre de diciembre de ese año, de acuerdo con los datos del INEGI, a 1,231 víctimas de homicidio intencional, siendo la primera vez en la historia de Guanajuato que se había rebasado la cifra de mil homicidios dolosos. De esta forma, el incremento respecto del año previo fue de 27%; pero de 75.6% respecto del año 2013, que propiamente fue el primero en que realmente ¿gobernó? de manera completa.
Fuimos varios los que en el ámbito local alertamos de la situación; ¿hubo de parte de Miguel Márquez una revisión crítica de su política de seguridad? Jamás, por el contrario, empoderó aún más a su aparato de seguridad, y encumbró políticamente a un personaje sumamente gris e incapaz, como Diego Sinuhé Rodríguez Vallejo, y comenzó a preparar todo para que, siendo un moumnetal desconocido en el estado, fuese su sucesor.
El deterioro de las condiciones de seguridad en la entidad llevaron a la instalción, literalmente del infierno en Guanajuato. En 2017 la cifra de homicidios intencionales se ubicó en 2,241 víctimas, una cifra 82% superior a la del año previo, pero 233.9% superior a la registrada en el año 2013.
Los últimos meses del gobierno de Máruqez Márquez considerando enero a septiembre del 2018, se registraron nuevamente más homicidios que todo el año previo, pues, considrando los datos dle Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en ese periodo se registrarín 2,649 víctimas de homicidio doloso en la entidad.
El saldo total del gobierno de Miguel Márquez fue, considerando solo del 2013 a septiembre del 2018, asciende a 8,593 víctimas de homicidio doloso, y esto sin contar la inmensa cantidad de personas que se reportaron como desaparecidas a lo largo de su administración.
El actual titular del poder ejecutivo del estado de Guanajuato puede ser explciado, desde una visión crítica, como una de las mayores expresiones de la necropolita mexicana. En efecto, el Diccionario de la Lengua Española define a la necrofilia como la atracción por la muerte o alguno de sus aspectos; de tal forma que ejercer el poder desde ella, convierte a quien lo hace necesariamente en un representante de la necropolítica o de la política que se arroga el derecho de decidir cómo mueren las personas.
Lo anterior puede adquirir mayor sentido para quienes no conocen el contexto estatal, pues a pesar de los casi 9 mil muertos que tenía de herencia del gobierno previo, Rodríguez Vallejo decidió ratificar exactamente al mismo equipo de ¿seguridad y procuración de justicia? de su antecesor; y peor aún, maniobró políticamente para darle el llamado “pase automático” al actual fiscal, para que permanezca otros años en el cargo, incluso trascendiendo su sexenio.
Con esto, y al mantener al frente de la Secretaría de Seguridad Pública al mismo titular, Rodríguez Vallejo consolidó de facto a un poder paralelo en la entidad, que hoy le tiene sometido y maniatado, por su propia decisión; pero que lo vuelven cómplice de lo que está ocurriendo en la entidad.
Rodríguez Vallego asumió el cargo de ¿Gobernador? el día 26 de septiembre del 2018. De ahí que en este texto se asume que su responsabilidad propiamente dicha podría considerarse a partir del inicio del mes de octubre. Así, considerando que el INEGI tiene un registro de 3,412 víctimas de homicidio intencional para todo el 2018, el promedio mensual que hubo en ese año es de 284, por lo que es válido asignarle una suma de 853 víctimas de asesinato para ese periodo del mandato del actual gobernador.
Para el año 2019, la cifra preliminar del INEGI 3,810 víctimas de homicidio intencional; es decir, 11.66% más respecto del 2018; pero si esa cifra se compara con la del año 2013, el incremento es de 443% en el número anual de homicidios en menos de 10 años.
El Gobernador de Guanajuato ha dado fechacientes muestras de ser totalmente reacio a la crítica; lo cual lo pinta de cuerpo entero como un político sumamente autoritario y que ha preferido dar rienda suelta a las peores fuerzas y poderes que pueden operar en cualquier territorio.
Para el año 2020, entre los meses de enero y septiembre de 2020, las cifras preliminares indican que ya hay, al menos, 3,401 víctimas de homicidio intencional en el estado, es decir, en los primeros nueve meses del año, ya se ha llegado al 90% del número de asesinatos registrados en el 2019, por lo que, de no cambiar la tendencia, Guanajuato romperá nuevamente el espantoso récord del año previo, consolidándose por tercer año consecutivo como la entidad más violenta del país.
La década que va del año 2011 al 2020, ha dejado hasta ahora un saldo de al menos 17,875 homicidios intencionales en el estado. Por eso la afirmación no es ni exagerada ni gratuita: hoy la indolencia es la característica definitoria de un estilo de gobernar que ha convertido a Guanajuato en el camposanto más grande del país.
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Frase clave: Guanajuato el camposanto más grande
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