Escrito por 3:00 am Cultura, En Portada, Mónica Muñoz, Notas • 2 Comentarios

HANNA HÖCH LA ARTISTA DADAÍSTA DEL COLLAGE

Hanna Höch (1889- 1978) perteneció al movimiento artístico de vanguardia conocido como Dadaísmo en el que fue conocida por sus fotomontajes, pinturas, acuarelas, grabados, escultura, entre muchas otras aportaciones. El dadaísmo es una de las vanguardias artísticas, que surge en 1916, con la intención de destruir todos los códigos y sistemas establecidos en el mundo del arte. La Primera Guerra Mundial ya había empezado y eran tiempos convulsos; Suiza en ese momento se comportó como un país neutral y fue allí donde se encontraba este grupo de artistas que estaban en contra de la guerra y su caos. Fue justamente en el Cabaret Voltaire en 1916 cuando el escritor Hugo Ball deciden allí fundar el arte dadá.

Sigue a la autora Mónica Muñoz en Twitter: @Monimunoz_mx

Algo de su historia

El dadaísmo como movimiento es antiartístico, antiliterario y antipoético, ya que cuestiona la existencia del arte, la literatura y la poesía. También promueve un cambio, la libertad del individuo, la espontaneidad, lo inmediato, lo aleatorio, la contradicción. Defienden el caos frente al orden y la imperfección frente a la perfección. Proclaman el anti-arte de protesta. Se basan en lo absurdo y en lo carente de valor e introducen el caos en sus escenas, rompiendo las formas artísticas tradicionales. Se valieron también del montaje de fragmentos y de objetos de desecho cotidiano.

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Hanna Höch nació en Gotha, Alemania, en 1889. En 1912 entró a la escuela de arte en Berlín, pero sus estudios se vieron interrumpidos por la guerra, pudiendo continuar con ellos hasta 1915.En ese año se involucra sentimentalmente con el escritor y artista dadaísta Raol Hausmann, quien fue quien la invitó a integrarse al grupo dadaísta.

El trabajo como editora

También, en 1916, Höch comenzó a trabajar para la editorial Ullstein, que publicaba revistas y periódicos, para la que ella realizaba diseños de bordados y ropa. No obstante, desde 1918 se especializó y fue pionera de la técnica de fotomontaje, la cual consistía en recortar y ensamblar imágenes preexistentes de revistas y panfletos, en nuevas imágenes que remitían al dinamismo de la nueva vida urbana.

Sin embargo, en cierta forma Hanna se sintió excluida por el grupo, y todo por ser mujer. Sintió el enorme rechazo de George Grosz o Hans Richter que limitaban su presencia en el movimiento. Inclusive intentaron dejarla fuera de la primera Feria Dadaísta de 1920, hasta que Raoul intervino a favor de ella. Justo en ese evento Hanna exhibió su maravillosa pieza “Corte con el cuchillo dadá de cocina a través de la última época de la cultura de barriga cervecera de la Alemania de Weimar” (1920), el cual es un collage que está formado por diferentes fragmentos que incluyen fotografías de personajes, máquinas, animales, utensilios industriales, palabras.

De hecho, la palabra dadá también irrumpe en la obra en medio del caos compositivo entre diversos personajes. Es un fotomontaje que se convertiría en su obra más conocida y que en pocas palabras, representaba la fuerza femenina de frente a la corrupción y al sexismo durante la Alemania de la posguerra. En lugar de firmar con su nombre puso un mapa con los países que le habían dado el sufragio a las mujeres.

Adiós al dadaísmo

En 1922 Hannah y Raoul se separaron y el grupo dadaísta se desintegró. Los políticos alemanes sentaron las bases para el fascismo, el antisemitismo, el racismo y la homofobia. Y por supuesto, Hanna continuó creando un arte que desafiaba esta intolerancia. Por ejemplo, en su serie de fotomontaje “Desde un Museo Etnográfico” (1934-1930) combinó imágenes de cuerpos, esculturas y máscaras de diferentes partes del mundo, allí Höch destruye aquí los estereotipos de identidad étnica y sexual, y los reconstruye; son collages de aire grotesco que combinan elementos originales de culturas primitivas con recortes de publicaciones europeas.

Asimismo, el partido nazi ascendería al poder en 1933 prohibiendo cualquier arte o literatura que lo desaprobara. Por supuesto, en 1934 el arte de Höch fue considerado “degenerado” para el partido. Muchos de sus colegas huyeron de Alemania, pero ella se quedó en una cabaña en las afueras de Berlín, donde siguió creando arte en su aislamiento y salvaguardando obras de amigos para que no fueran destruidas. Décadas después de la Segunda Guerra Mundial, su obra fue redescubierta y aclamada en museos de todo el mundo. Siguió creando hasta su muerte en 1978 (Ignotofsky, 2020).

Características de la obra de Hanna Höch

Höch hizo un uso político y satírico de sus fotomontajes en una época de constantes cambios políticos y sociales, con los que criticaba la cultura de masas, la decadencia política de la República de Weimar y el rol de la mujer. Ella fue abiertamente bisexual, usaba el cabello corto y muchas veces vestía con ropa masculina lo que era usual y al mismo tiempo peligroso en la Alemania de principios del siglo XX. Recordemos que desde el siglo XIX el travestismo había continuado siendo una práctica sospechosa, un indicio de hipersexualidad, de sodomía o de conducta femenina desordenada que violaba las prerrogativas masculinas, obviamente se consideraban conductas denigrantes.

De esta manera, Hanna exploró conceptos como el género y la identidad, la representación de la feminidad y la masculinidad, cuestionando la imagen y la superficialidad de la “Neue Frau” o “Nueva Mujer” alemana, que supuestamente ya había conseguido emanciparse y había alcanzado la igualdad. Ella a través de su trabajo, seguirá cuestionando el como era mal visto que una mujer se incorporará a trabajar, y que tuviera más presencia en ámbitos artísticos y sociales. Y a veces esa independencia que se lograba era más teórica que práctica.

Los fotomontajes

En sus fotomontajes llegó a utilizar imágenes de mujeres destacadas en la danza, el cine, el teatro, la política, el feminismo, o el arte. Y le gustaba jugar con la idea de usar ciertas partes de sus cuerpos -relacionados con el fetichismo-, como la boca, los ojos, las piernas, los pies, y los combinaba con partes de cuerpos masculinos creando seres híbridos carentes de un género concreto. Criticó convencionalismos sociales como el matrimonio o la maternidad, tan sólo ver sus obras: “La novia” (1927), “Mujer y Saturno” (1922), “El Parto”.

Antes de su muerte en 1978, se le dedicaron dos amplias retrospectivas en el Museo de Arte Moderno de la Villa de París y la Galería Nacional de Berlín, ambas en 1976, y tras su muerte, en el MoMA en 1997, en el Museo Reina Sofía en el 2004 o en la Whitechapell en 2014.

Reflexiones finales

Podemos reflexionar sobre la fuerza de la artista para poder crear su arte pese haber roto paradigmas de su época. Una vida valiente. Una mujer crítica. También podemos darnos cuenta de cómo el arte es reflejo de la sociedad, y el dadaísmo reaccionaba ante ese contexto horrendo de la Primera Guerra Mundial. Hanna Höch encontró la libertad en su presentación personal, su práctica artística y su vida personal. ¿A cuántas mujeres valientes, analíticas y criticas conocemos?, ¿Qué tan tolerantes somos con las personas que difieren de nuestra forma de pensar?… Podemos reflexionar sobre los retos de las mujeres ante diversos ámbitos y si hemos conseguido tener equidad.

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