por Maureen Birmigham / Enrique Gil Bellorin
La hipertensión –también conocida como presión alta– es el principal factor de riesgo de muerte y enfermedad en todo el mundo. A nivel mundial, uno de cada tres adultos tiene tensión arterial elevada, trastorno que causa aproximadamente la mitad de todas las defunciones por accidentes cerebrovasculares o cardiopatía
El Día Mundial de la Salud se celebra el 7 de abril de cada año para conmemorar el aniversario de la creación de la Organización Mundial de la Salud en 1948. Cada año se elige para ese día un tema que pone de relieve una esfera de interés prioritario para la salud pública mundial. Para el año 2013 el tema escogido es la hipertensión arterial.
El problema y sus complicaciones
La hipertensión no controlada (>140/90mm Hg) aumenta el riesgo de infartos de miocardio, accidentes cerebrovasculares e insuficiencia renal, y puede causar también ceguera, enfermedad vascular periférica, irregularidades en el ritmo cardíaco e insuficiencia cardíaca. El riesgo de que se presenten esas condiciones es mayor si se dan otros factores de riesgos como tabaquismo, consumo nocivo del alcohol, inactividad física, sobrepeso y obesidad, diabetes y colesterol elevado.
Se considera que ese problema fue la causa directa de 7.5 millones de defunciones en el año 2008, lo que representó casi el 13% de la mortalidad mundial. En Europa y África cerca del 40% y en las Américas cerca del 35% de la población mayor de 25 años está afectada por hipertensión, siendo mayor la prevalencia en los hombres que en las mujeres, y alcanzando al 50% de la población mayor de 55 años. Debido al aumento en el envejecimiento de la población, el número de personas con hipertensión no controlada aumentó de 600 millones en 1980 hasta 1,000 millones en 2008.
En casi todos los países de ingresos altos, el diagnóstico y tratamiento generalizado de esas personas con medicamentos de bajo costo ha propiciado una extraordinaria reducción de la tensión arterial media en todas las poblaciones, lo que ha contribuido a reducir la mortalidad por enfermedades del corazón. En países en desarrollo, muchas personas con hipertensión siguen sin estar diagnosticadas y se ven así privadas de un tratamiento que podría reducir significativamente su riesgo de morir y quedar discapacitadas por una cardiopatía o accidente cerebrovascular. Las evidencias demuestran que la atención integral de las personas en los servicios de salud evita oportunidades perdidas, mejora la calidad y disminuye los costos de la atención médica, de tal manera que el foco de la atención debe ser la persona y no la enfermedad, con lo que se garantizará que se puedan detectar diferentes enfermedades crónicas y factores de riesgo en una misma persona, para recibir un tratamiento integral y evitar oportunamente las complicaciones y muerte.
La hipertensión y sus complicaciones contribuyen al aumento de los niveles de pobreza de las familias y de los países en desarrollo, por el alto porcentaje de personas con hipertensión no controlada que no tienen acceso a servicios de salud con calidad, la capacidad de resolver el problema en el primer nivel de atención y la falta de acceso a medicamentos eficaces, lo que lleva al ausentismo laboral y en algunos casos a la discapacidad, reduciendo grandemente la capacidad productiva y el ingreso familiar, afectado por los niveles de pobreza o por el gasto de bolsillo para la compra de medicamentos o para recibir tratamiento especializado por las complicaciones. Por otro lado, este aumento en las tasas de enfermedades cardiovasculares ha llevado a un aumento de los gastos de los sistemas de salud nacionales para tratar las enfermedades y sus complicaciones.
Prevenir y disminuir el riesgo
Sin embargo, la hipertensión se puede prevenir y tratar con las tecnologías y conocimientos ya existentes en la actualidad, pero que muchas veces no están al acceso de las poblaciones, principalmente las más pobres. En algunos países desarrollados o en desarrollo los programas de prevención y las intervenciones de los servicios de salud como el tratamiento de la hipertensión y de otros factores de riesgo cardiovascular han hecho que disminuyan las muertes por enfermedades cardíacas.
El riesgo de padecer hipertensión se puede reducir mediante una serie de medidas que están directamente relacionadas con la conducta humana, pero también con factores del ambiente relacionados con la oferta de alimentos no saludables; la falta de regulación por parte del Estado; la violencia en la comunidad que no permite el uso de áreas libres para actividad física; la propaganda desmedida, principalmente en niños, de alimentos no saludables; y la falta de políticas públicas que intervengan en los ámbitos escolares y laborales de la población en general.
Las personas que tienen hipertensión pueden necesitar uno o más medicamentos para controlarla, pero, además, deben tomar medidas para reducir los otros factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares (consumo de tabaco; consumo nocivo de alcohol; inactividad física; consumo excesivo de sal; régimen alimentario de alto contenido energético por grasas y azúcares; diabetes; e hiperlipidemia).
El objetivo último del Día Mundial de la Salud 2013 es reducir el número de infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares, alcanzando las metas específicas relacionadas con: a) promover la toma de consciencia de la población general sobre las causas y las consecuencias de la hipertensión; b) animar a la población a modificar los comportamientos que pueden provocar la hipertensión; c) convencer a los adultos que se controlen la presión arterial periódicamente; d) aumentar el número de centros de salud en los que se puedan realizar los chequeos de la presión arterial y dispensar los medicamentos necesarios para el tratamiento; e) alentar a las autoridades nacionales y locales a crear entornos que favorezcan comportamientos saludables; y f) presencia activa del Estado con medidas regulatorias y elaboración de políticas públicas con ejecución multisectoriales.
Todas estas medidas a nivel de los países, comunidades y familias, están siendo complementadas con acciones a nivel mundial como fue la Reunión de Alto Nivel de Naciones Unidas en 2011, donde las agencias del Sistema de Naciones Unidas se comprometieron a incluir en sus programas de cooperación técnica intervenciones para la prevención y el control de enfermedades crónicas, y los Jefes de Estado presentes al desarrollo de programas integrales y multisectoriales a nivel de sus países.
Objetivos estratégicos de la OPS
Las actividades de la OPS durante el Día Mundial de la Salud y a lo largo del 2013 promoverán las siguientes prioridades y metas:
• Prevenir y tratar la hipertensión y los factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares, con el fin de conseguir una reducción del 25% de las muertes prematuras por enfermedades no transmisibles para el año 2025, de acuerdo con la declaración política de la Reunión de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre las Enfermedades no Transmisibles
• Promover el concepto del retorno de inversión aplicado a las intervenciones más rentables en la prevención y control de la hipertensión
• Implementar la evaluación del riesgo global de enfermedad cardiovascular para tratar a las personas con alto riesgo de sufrir un evento cardiovascular
• Promover un enfoque interprogramático integral y multisectorial para reducir la epidemia de las enfermedades no transmisibles
• Usando el tema de la hipertensión como motor y catalizador de la acción, la OPS compartirá y optimizará recursos y oportunidades para promover la salud, y prevenir y controlar las enfermedades no transmisibles a lo largo de 2013.•