por Nashieli Ramírez
Los quehaceres domésticos no remunerados están presentes en la vida de la mayoría de niñas, niños y adolescentes, y es necesario visibilizarlos e iniciar la generación de datos que permitan diferenciar entre lo que puede considerarse como trabajo formativo o labores familiares, y lo que, a pesar de generarse en el hogar y no en el mercado de trabajo tradicional, configura una explotación o una violación a su derechos