por Mario Luis Fuentes
La Encuesta Nacional de Gasto en los Hogares, 2012, en México hay 30.3 millones de hogares, de los cuales, 8.57 millones son jefaturados por mujeres. En promedio, los hogares mexicanos destinan alrededor del 25% de su gasto cotidiano a la compra de alimentos; 20% es dirigido a los gastos de la vivienda como la renta, agua, electricidad y gas; mientras que el 13% se destina a los gastos de transporte.
La población mexicana sigue estando muy lejos de tener acceso pleno al cumplimiento de sus derechos económicos, sociales, culturales y ambientales; más de 52 millones de personas se debaten día con día frente a extenuantes condiciones de pobreza; más de 27 millones viven cotidianamente la vulnerabilidad por carencia de acceso a la alimentación; y más de 27 millones carecen del acceso a servicios de seguridad social.
Estas condiciones tienen como uno de sus principales condicionantes los bajos ingresos que se obtienen, producto de empleos precarios y de actividades desarrolladas en condiciones de informalidad, que terminan reflejándose en restringidas capacidades de acceso a bienes y servicios, pues su capacidad de consumo es muy limitada.
Es de destacarse que el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) ha desarrollado diferentes instrumentos para medir el grado de avance o retroceso que se tiene en el país en torno a los ingresos y las capacidades u oportunidades que tienen las personas de participar en los diversos mercados que existen en el territorio nacional.
Uno de los de más reciente creación es la Encuesta Nacional de Gasto en los Hogares (ENGASTO, 2012), la cual permite conocer el nivel de recursos que se erogan en los hogares mexicanos, por objeto o rubro de gasto, lo cual a su vez permite perfilar qué tanto se ha avanzado en lo que al combate a la pobreza se refiere.
Una compleja demografía
Los primeros datos que destacan respecto de la ENGASTO, son los relativos a la complejidad demográfica que nos caracteriza; en el 2012, éramos 117 millones de mexicanos, de los cuales, el grupo más numeroso tenía entre 4 y 12 años de edad, con 22.18 millones de niñas y niños en ese segmento.
En segundo sitio se encuentran las y los adolescentes de 14 a 19 años, con 13.71 millones; y en tercer sitio se encuentra el grupo de los 20 a los 29 años de edad, entre quienes se contabilizó, en año pasado, un total de 19.61millones de jóvenes, suma mayor a la registrada entre los menores de 19 años, pero en la consideración de que este segmento incluye un periodo de 10 años, frente a los cinco comprendidos entre los 14 y los 19 años de edad.
No debe dejarse de lado el acelerado proceso de envejecimiento que estamos enfrentando; por ejemplo, en el grupo de 50 a 64 años de edad, ya hay 14 millones de personas; mientras que los mayores de 65 suman más de 8.3 millones de personas que, en un país de bienestar, deberían tener –todas- acceso al menos a los servicios de salud; ya no se diga a los de seguridad social.
En efecto, según los datos del ENGASTO, aún cuando hay avances, el reto que tenemos se encuentra en la inmensa suma de personas que todavía ahora carecen de servicios de salud; pero también en la calidad de los servicios y la oportunidad con la que se tiene acceso a la atención médica.
Un bajo nivel educativo
Considerando que la educación básica en México debiera iniciar a los 3 años de edad, la ENGASTO señala que hay 110.74 millones de personas que tienen esa edad o más. Teniendo esto en consideración, habría en el 2012 un total de 36.58 millones con primaria incompleta; dato relativamente comprensible pues millones de niñas y niños cursan aún ese nivel educativo.
Aún con ello, hay 23 millones de personas que han terminado únicamente el nivel de educación primaria; una verdadera tragedia porque implica menores oportunidades y capacidades para el aprendizaje en niveles de educación posteriores, o bien, en el mercado laboral.
Hay además apenas 27.33 millones de personas que han concluido los estudios de educación secundaria; así como 23.77 millones que han logrado concluir los estudios de bachillerato o de educación superior.
Marginación persistente
Sin duda, uno de los elementos más relevantes que se consideran en la medición del bienestar de las personas y sus familias es el estado y calidad de las viviendas en que habitan. Desde esta perspectiva, es relevante destacar que de los 30.37 millones de hogares que hay en el país, hay 513,609 que habitan en viviendas con paredes frágiles, es decir, hechas de materiales como el cartón, láminas de asbesto, bambú u otros materiales fácilmente destructibles.
Hay además un millón de hogares que habitan en viviendas con pisos de tierra; así como 681,148 hogares que habitan en viviendas con techos frágiles, es decir, los ya mencionados materiales endebles tales como el cartón, las láminas metálicas o de asbesto, o incluso, desperdicios de distintos tipos.
Finalmente, en este tema debe destacarse que hay 7 millones de hogares que carecen de acceso al agua en sus viviendas; que tienen que acarrearla de la calle o de llaves públicas, o que definitivamente tienen la necesidad de recurrir a viviendas cercanas para tener acceso al vital líquido; esto sin considerar que hay 6 millones de hogares, que aún cuando algunos de ellos pueden tener agua entubada en sus viviendas, sólo la reciben cada tercer día o en periodos mucho más largos.
Gastos escasos y en bienes prioritarios
En México hay 30.3 millones de hogares; y en 8.57 millones la principal proveedora económica es una mujer. Debe decirse que en la gran mayoría de los hogares mexicanos, el mayor gasto se destina a alimentos y bebidas no alcohólicas. En efecto, la ENGASTO muestra que uno de cada cuatro pesos que se erogan en los hogares se destinan a este rubro.
El segundo rubro al que más recursos se destina en los hogares es el relativo a todo lo que implica la vivienda; desde el pago de renta hasta el mantenimiento y compra de enseres domésticos; a esta dimensión se le destina uno de cada cinco pesos en el hogar.
En tercer lugar se encuentra el gasto que se destina al transporte, el cual representa el 12% de los gastos de los hogares; así, como puede verse, aproximadamente el 67% de los recursos que se erogan en los hogares están destinados a la comida, la vivienda y el transporte.
Otros rubros relevantes son los del gasto en restaurantes y hoteles, el cual representa el 8% de las erogaciones de los hoteles; el 7% se destina a la compra o adquisición de bienes y servicios diversos; mientras que en vestido y recreación y cultura se eroga el 5%, respectivamente.
Llama la atención que en los rubros de salud, educación y comunicaciones se gasta, en cada uno de ellos, alrededor del 3%, es decir, hacen un acumulado de casi el 10% de los recursos que los hogares destinan a la satisfacción de sus necesidades.
*Columna publicada con el mismo nombre en el periódico Excélsior, 05- Noviembre- 2013, p.25
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