por Mario Luis Fuentes
Entre los años 2003 y 2012, el INEGI informa que han sido asesinadas, como promedio anual, 1,742 mujeres; sin embargo, en los últimos tres años para los que se dispone información (2010-2012), el promedio creció alarmantemente a 2,625 casos anuales. Debe señalarse que, de cada 100 homicidios que hay en el país, en 11 casos las víctimas son mujeres; sin embargo, cuando se trata de niñas menores de 10 años, la violencia es mucho más cruda, pues en ese grupo de edad los homicidios de niñas representan el 44.2% del total
La violencia extrema que se perpetra en contra de las mujeres se ejerce de distintas maneras; la más extrema, sin duda, se expresa en el homicidio, y más aún, en los casos en los que el motivo por el que se da la agresión homicida son fundamentalmente el odio o la discriminación en contra de las mujeres.
Lamentablemente, en los espacios de procuración e impartición de justicia todavía no se ha comprendido a cabalidad el concepto del Feminicidio como un crimen de odio y, por lo tanto, que requiere de una clasificación específica y de un abordaje judicial y social distinto al que se ha tenido hasta ahora.
La cuestión es mayor, pues el número de homicidios de mujeres ha crecido aceleradamente en los últimos 10 años. En efecto, de acuerdo con los datos del INEGI, mientras que en 2003 se contabilizaron 1,316 homicidios perpetrados en contra de mujeres, para el año 2012 la cifra creció a 2,764, es decir, un incremento de 110% en sólo una década.
El mayor crecimiento en el número de homicidios se ha dado en los últimos cinco años; el promedio anual de homicidios en los cinco años que van del 2003 al 2007, es de 1,240 casos; es decir, una media diaria de 3 asesinatos de mujeres al día. De manera contrastante, entre el 2009 y el 2012, el promedio anual de homicidios contra mujeres fue de 2,625, es decir un promedio diario de 7 casos.
De esta forma, en nuestro país, uno de cada 10 homicidios son cometidos en contra de mujeres; pues, en efecto, del total de asesinatos que se han cometido a lo largo de los últimos diez años, en el 10.8% de los casos las víctimas fueron mujeres.
A pesar de lo anterior, hay estados en donde se rebasa de manera alarmante este indicador. El peor es el estado de Tlaxcala, en donde uno de cada cinco homicidios tiene como víctima a una mujer; en segundo lugar se encuentra el estado de Aguascalientes, en donde el 17.3% de los homicidios cometidos en la entidad tuvieron como víctima a una mujer.
En tercer sitio se encuentran Yucatán y Quintana Roo, con un 16.5% de homicidios perpetrados en contra de mujeres, seguidos de Baja California Sur, Hidalgo y el Estado de México, en donde los homicidios contra mujeres representan el 15.2% del total.
Es evidente que urge hacer mucho más para frenar la inmensa violencia que se está ejerciendo en contra de mujeres de todas las edades; y, sobre todo, comenzar a evidenciar que muchos de los crímenes que se cometen tienen como origen el odio, la discriminación y el machismo, una realidad que no puede ser aceptada ni tolerada más en nuestra sociedad.
Las niñas; las más vulnerables
La violencia que se ejerce todos los días en contra de las mujeres tiene un matiz mucho más crudo cuando se habla de las niñas, pues, proporcionalmente hablando, es en los grupos de menor edad en los que se encuentran los peores indicadores respecto de la violencia homicida, comparada con la que se ejerce en contra de los niños.
Los datos del INEGI no dejan lugar a dudas: a nivel nacional, durante los últimos 10 años para los que se dispone de información en el sitio electrónico del organismo (2003-2012), los homicidios de mujeres, respecto del total de los asesinatos perpetrados en el periodo señalado, representan un promedio anual de 10.8%, teniendo el peor indicador en el año 2005, en el que representaron el 13.1% del total, y el indicador más bajo en el 2010, año en que representaron el 9.4%.
Para los años 2011 y 2012 se registraron incrementos respecto de los dos años previos, pues los homicidios de mujeres representaron el 10.6% y 10.8%, respecto del total, respectivamente.
Estos indicadores contrastan severamente cuando se comparan con el comportamiento del fenómeno del homicidio por grupos de edad, pues los datos revelan que son las niñas quienes enfrentan una mayor violencia respecto de los niños, que la que enfrentan las mujeres adultas.
Por ejemplo, entre los años 2003 y 2012 se cometieron 161,402 homicidios; de éstos, en 17,425 casos las víctimas fueron mujeres, representando la ya mencionada cifra de 10.8%.
En contraste con lo anterior, en el mismo periodo se cometieron 724 homicidios de niñas y niños menores de un año, de los cuales, en 326 casos los crímenes fueron perpetrados en contra de niñas, cifra que en términos relativos representa el 45% del total de los homicidios cometidos en ese grupo de edad.
Un fenómeno similar ocurre en el grupo de edad que va del primer año de vida a los 4 años de edad, pues en el periodo señalado fueron cometidos 1,027 homicidios, de los cuales, en 459 casos las víctimas fueron niñas en el citado rango de edad, lo cual representa el 44.7% del total.
Para el grupo de edad que va de los 5 a los 9 años las cosas no funcionan de manera distinta. En el periodo señalado, se cometieron 690 homicidios, y en 296 de ellos las víctimas fueron niñas, lo que representa un 42.9%.
En el grupo de 10 a 14 años, a pesar de que el porcentaje disminuye, debe hacerse notar el importante incremento en números absolutos que se registra, pues en efecto, de 2003 a 2012 se cometieron 1,762 homicidios entre niñas y niños en este segmento etario, de los cuales, en 571 casos las víctimas fueron niñas, representando el 32.4% del total.
Finalmente, se encuentra el grupo de adolescentes de entre 15 y 19 años, en el cual se encuentra un importante descenso en el peso relativo que tienen los homicidios contra mujeres; empero, una vez más debe hacerse notar el importante incremento en números absolutos que se presenta respecto de los grupos de menor edad.
Así, los datos del INEGI muestran que de 2003 a 2012 se cometieron 13,756 homicidios en los cuales las víctimas tenían entre 15 y 19 años; entre ellos, en 1,984 casos se trataba de mujeres adolescentes, las cuales representaron el 14.4% del total.
Es a partir de este grupo de edad que el indicador desciende al promedio arriba señalado de 10.8% anual, lo cual, si bien tiene múltiples explicaciones, no deja de ser revelador de las condiciones de violencia generalizada que existen en contra de niñas, niños y adolescentes en nuestro país, y cuya peor expresión se encuentra precisamente en la violencia homicida.
*Columna publicada con el mismo nombre en el periódico Excélsior, 25- Marzo- 2014, p.25
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