Las actividades del crimen organizado en México como el tráfico de drogas, cobro de piso, secuestros, extorsiones, tráfico de personas, prostitución forzada, entre otras, dejaron de sorprender y asombrar a la sociedad porque antropológicamente hubo la necesidad inconsciente y colectiva de acostumbramiento a los hechos de crimen organizado (Martínez Pacheco, 2016) siendo abrumadora y en crecimiento la participación de las infancias en todos estos actos mencionados, la crueldad en su realización y deterioro social.
Escrito por: KEREN E. REYES CASTRO
La marginación, falta de oportunidades, la pobreza, presiones, amenazas o engaños para que colaboren con estas organizaciones criminales o grupos violentos los pone en una situación de gran vulnerabilidad, en la cual se facilita su captación voluntaria y utilización por grupos criminales y que en ocasiones es forzada. Durante el desarrollo de los niños y adolescentes, intervienen primeramente la familia como primer agente socializador y desarrollador de este nuevo humano en crecimiento, posteriormente, el segundo agente es la escuela, otros agentes pueden ser las amistades u otros contactos siendo estos últimos, de relevante interés cuando ocurre algún hecho criminal, pero también, es invitación obligada a mirar la dinámica familiar.
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De acuerdo con el estudio Niñas, Niños y Adolescentes Reclutados Por la Delincuencia Organizada elaborado por Reinserta en 2021[i], los grupos criminales reclutan a infantes y jóvenes por su disponibilidad y maleabilidad, ya que acatan órdenes de manera adecuada, no exigen tanto como un adulto y transportan y usan con facilidad las armas y municiones que se les brindan.
En el informe Violencia Armada y Afectaciones a la Niñez y Adolescencia, de 2022, de Tejiendo Redes Infancia en el país había “por lo menos 30 mil niños y adolescentes menores de 18 años que cooperan activamente con la delincuencia organizada en actividades que van desde la extorsión y tráfico de personas hasta la piratería y el narcotráfico”.
En el estado de Puebla el caso de un adolescente conocido como “niño sicario” causo conmoción pues en menos de un año ha enfrentado diversos procesos penales y como ha sido su contacto con el sistema integral de justicia para adolescentes.
El Comité de Derechos del Niño de la ONU instó al Estado mexicano a tomar acciones para contrarrestar el reclutamiento de niñas, niños y adolescentes en las filas de la delincuencia organizada, haciendo hincapié en las consecuencias que ello trae para la niñez mexicana y en la urgencia de desplegar estrategias de seguridad que les protejan (Redim, 2019)[ii]
¿Reclutamiento forzado o voluntario?
Realmente las infancias entienden las dimensiones del querer hacer delictivo o es una respuesta al haber propiciado actos violentos desde la sociedad, familia y Estado que son consecuencia de lo que no se hizo en las estructuras de su desarrollo.
La respuesta a lo referido por parte del Estado Mexicano ha sido lamentable porque en los programas prioritarios no se visualiza a la niñez y por ende considerando a niñas, niños y adolescentes como “objetos de protección” de su grupo familiar, siguiendo con una mirada adultocéntrica sin que se reconozca su “equivalencia humana” frente a las personas adultas, por lo que continúan recibiendo un trato desigual en todas las acciones del Estado y al interior de sus núcleos familiares.
Por lo que atender el problema, no solo es solicitar que dé seguimiento al núcleo familiar por parte del sistema integral de la familia de las entidades federativas, sino un análisis desde las detenciones, investigaciones, sanciones y prevención del delito para atender las áreas de oportunidad y con ello liberar a las infancias de la criminalidad.
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[i] REINSERTA, 13 de Septiembre de 2023, veáse en https://reinserta.org/wp-content/uploads/2021/12/ESTUDIO-RECLUTADOS-POR-LA-DELINCUENCIA-ORGANIZADA.pdf
[ii] REDIM, 13 de Septiembre de 2023,veáse en https://derechosinfancia.org.mx/v1/