Recientemente, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reveló las cifras relativas a la economía informal en México. El resultado no es sorprendente ya que, similar a otros años, cerca de un cuarto de la economía nacional se genera en la informalidad , sin embargo, son actividades poco productivas que además, mantiene a los trabajadores sin los derechos sociales que otorgan los trabajos formales.
Por Jonathan Rubio
De acuerdo con el INEGI, en 2018, el 22.5% del producto total de México se generó en la informalidad, esto significa que, de cada 100 pesos que se generan, 22 vienen de lo que se produjo en la informalidad.
Cabe mencionar que esta estadística se conforma por dos grandes conceptos. Por un lado, se tiene al “sector informal”, es decir, los establecimientos que no cuentan con los registros legales básicos para operar, y por el otro, también se contabilizan las “otras modalidades de informalidad”, concepto que incluye las actividades que se llevan a cabo en el sector agrícola (incluyendo la agricultura de subsistencia), el servicio doméstico de los hogares, así como todas las variantes de trabajo que, a pesar de estar ligadas a establecimientos formales, no cuentan prestaciones laborales.
Bajo esta perspectiva de medición, la economía informal se mantuvo prácticamente sin cambios para la última medición, ya que comparado con 2017, cundo esta modalidad de producción representó el 22.6% del PIB nacional, solo se redujo una décima de punto porcentual en 2018, para situarse en el mencionado 22.5 por ciento.
Esta cifra ha oscilado entre el 22.5 y el 24.4% del PIB desde que se tienen registros (desde 2003). Aunque a partir de 2013 ha ido disminuyendo el peso de la economía informal en el PIB, para 2018 esta disminución no ha alcanzado un punto porcentual.
El sector con más informalidad
De acuerdo con el Sistema de Cuentas Nacionales de México, el rubro que tiene un mayor peso dentro de la economía informal es el comercio al por menor, el cual representa el 24% del total, seguido del sector de la construcción con el 15%; las industrias manufactureras, con otro 13%; la agricultura con el 12.3%; el comercio al por mayor con el 7.2%, y los transportes, correos y almacenamiento, cuyas actividades representan el 5.6% de la informalidad.
En solo estos seis rubros de actividades económicas se concentra poco más de tres cuartas partes del total de la economía informal del país (el 78%).
En contraparte, los sectores menos informales es el de los corporativos y el de la generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, suministro de agua y de gas por ductos al consumidor final, ya que cada uno de ellos, representan el 0.1% del PIB.
Productividad e informalidad
Uno de los mayores y más conocidos retos que representa la economía informal es el de la recaudación de impuestos, ya que resulta complicado incorporar a las unidades económicas que operan bajo esta modalidad al régimen fiscal.
El último esfuerzo para disminuir la informalidad fue en 2013 con la Reforma Fiscal del expresidente Peña Nieto, en la cual se ofreció una serie de incentivos fiscales que buscaban que más personas y unidades económicas se mudaran hacia el sector formal y que pagaran sus impuestos; a cambio de ello, se les otorgaría seguro médico, cuentas de ahorro para el retiro y préstamos para adquirir viviendas, sin embargo, la estrategia fracasó.
Además de los problemas relativos a la recaudación de impuestos, la informalidad trae consigo grandes problemas sociales. Específicamente, destaca que la población que trabaja en la informalidad no es sujeto de los beneficios que otorga el trabajo formal, por ejemplo, la seguridad social, el ahorro para el retiro y el crédito para la vivienda.
Adicionalmente, la informalidad también se relaciona con problemas de distribución del ingreso, pero con los datos recientemente revelados por el INEGI, destaca el tema de la productividad: muchos trabajadores producen poco.
El 56.7% de toda la población ocupada se desempeña en la informalidad, sin embargo, solo generan los mencionados 22 pesos de cada 100 que producen de PIB. En contraparte, el otro 43.3% de los trabajadores que ejercen sus actividades laborales en el sector formal, producen los 78 pesos restantes.
En otras palabras, la economía informal que emplea a más de la mitad de los trabajadores de todo el país, produce menos de un cuarto del PIB, mientras que el sector formal, que emplea a menos de la mitad de la fuerza de trabajo, produce más de tres cuartas partes del producto total.
Reto de grandes magnitudes
Estas cifras representan la magnitud del reto, no solo en materia fiscal y de finanzas públicas en general, sino de derechos sociales para quienes trabajan en la informalidad y de productividad económica, sin dejar de lado los demás problemas que entraña esta modalidad de producción.
No debe de soslayarse que la informalidad también es consecuencia de la falta de fuentes formales y dignas de trabajo. Al enfrentarse a una situación de desempleo, la población no tiene más remedio que recurrir a esta modalidad de trabajo para no quedarse sin ingresos, sin embargo, también enfrentan el desamparo de no contar con los derechos sociales que otorga el empleo formal.