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Inocente palomita… entre al broma y la memoria cultural

El 28 de diciembre, el calendario mexicano se llena de risas, bromas y pequeñas travesuras. Este día, conocido como el Día de los Inocentes, es una fecha que, a primera vista, parece un juego colectivo, un momento para gastar chascarrillos a familiares y amigos, o incluso para “pedir prestado” dinero, objetos o favores con la promesa (que nunca se cumple) de devolverlos: todo inicia con la frase de “inocente palomita…”

México Social / redacción

Sin embargo, detrás de esta tradición aparentemente ligera, existe una historia arraigada en la memoria cultural que aporta una dimensión más profunda a la efervescencia festiva.

La celebración tiene su origen en el relato bíblico de la matanza de los Santos Inocentes, cuando el rey Herodes ordenó asesinar a todos los niños menores de dos años en Belén, buscando eliminar así la figura del recién nacido Jesús que, según las profecías, amenazaría su poder. En la tradición católica, esta fecha es un recordatorio de la injusticia, la crueldad y el abuso de autoridad contra los más indefensos.

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Ahora bien, ¿cómo una historia tan trágica devino en un día repleto de bromas? La respuesta se encuentra en la capacidad de la cultura mexicana para resignificar el dolor y la injusticia, convirtiéndolos en actos simbólicos que promueven el ingenio, el sentido del humor y la cohesión social. Tal como sucede con el Día de los Muertos, donde la muerte se transforma en motivo de encuentro y remembranza, el Día de los Inocentes metamorfosea la memoria del agravio en una jornada de humor y creatividad colectiva.

En México, esta tradición es más que un simple “día de bromas”. Se ha convertido en una especie de contrato social, donde las víctimas de las travesuras, lejos de molestarse, suelen reír y aceptar el engaño momentáneo con la frase: “¡Inocente palomita que te dejaste engañar!” Este juego cultural refuerza la idea de la confianza y la convivencia dentro de la comunidad. Al saberse que el 28 de diciembre es el día por excelencia para perder la guardia (o más bien, para andarse con cuidado), se genera un espacio único donde las relaciones sociales se ponen a prueba, recordándonos que la inocencia, la picardía y la complicidad forman parte de nuestro entramado cultural.

En algunas regiones del país, esta fecha no se limita a las bromas sencillas. Existen representaciones teatrales, desfiles y eventos locales en los que la burla hacia el poder o la figura de la autoridad adquiere relevancia, recordando el sentido original de la conmemoración: una denuncia velada —y a la vez festiva— contra la opresión y el abuso del fuerte contra el débil. En estos contextos, la risa se convierte en un arma simbólica para exorcizar el miedo y la injusticia.

El Día de los Inocentes invita a reflexionar sobre cómo las culturas resignifican sus relatos, adaptan sus costumbres y convierten la pena en alivio a través del humor. Es una cita con nuestra capacidad de reinvención, en la que se mezcla lo sagrado con lo profano, lo trágico con lo cómico y lo histórico con lo cotidiano. La fecha, tan cercana al fin de año, refuerza la idea de que, en medio de las dificultades, las comunidades encuentran en la fiesta, la risa y el ingenio una vía para fortalecer lazos y mirar el futuro con más esperanza.

Así, cada 28 de diciembre, México ríe, se divierte y, al mismo tiempo, recuerda una historia antigua que nos habla de poder, injusticia y vulnerabilidad. En ese contraste, en esa unión de la broma con la memoria, se despliega la riqueza de la cultura mexicana, siempre en movimiento, siempre viva, siempre encontrando en el humor una forma de resistir y reafirmar su propia identidad.


Bibliografía:

  • Bonfil Batalla, G. (1987). México Profundo: una civilización negada. Grijalbo.
  • Brandes, S. (1998). El poder del teetotum: folclore, ritual y memoria. INAH.
  • Carmichael, E. (1994). Los rituales y la religión en la vida cotidiana de México. UNAM.
  • Lomnitz, C. (1994). Exits from the Labyrinth: Culture and Ideology in the Mexican National Space. University of California Press.
  • Velasco Toro, J. (2004). Fiestas, cultura y poder en México. Fondo de Cultura Económica.

Frases clave: inocente palomita, inocente palomita que te has dejado engañar

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