En septiembre de 2017 el Banco Interamericano de Desarrollo publicó un estudio sobre los mercados laborales titulado Índice de Mejores Trabajos: Índice de Condiciones Laborales de América Latina, en el cual mide la calidad y la cantidad de los trabajos para adultos y jóvenes, por país y por sexo
En ese sentido, medir las condiciones del empleo es un factor que refleja las debilidades del mercado laboral, así como la necesidad de implementar las políticas adecuadas para fomentar los empleos no sólo en cantidad, sino también en calidad.
La meta de crear 3.5 millones de empleos para este sexenio (que en diciembre de 2017 el IMSS reportó que estaba a punto de alcanzarse) no contempla el nivel de ingresos con el que se crearon. En el documento metodológico de este índice se reconoce que un “buen empleo” no sólo implica las condiciones actuales del mismo, sino que, en un contexto dinámico (incluyendo la variable tiempo) debe otorgar al trabajador una trayectoria de desarrollo permanente.
El BID calculó este índice con datos del Sistema de Información de Mercados Laborales y de Seguridad Social (SIMS, por sus siglas en inglés), con actualizaciones para 2015. En la dimensión de “cantidad”, el indicador se refiere al acceso y la disponibilidad del empleo, tomando en cuenta la participación laboral y la ocupación. En cuanto a la “calidad”, se toman en cuenta la formalidad y la suficiencia del salario.
Es relevante destacar que la suficiencia del salario fue calculada sobre cinco dólares por persona por día. Para México, con un tipo de cambio de 19.21 pesos, una familia de cuatro integrantes debería de recibir 480 pesos diarios por persona.
El resultado de dicho índice va del cero al 100, donde el máximo puntaje indica que toda la población económicamente activa de un país cuenta con un empleo formal y con salarios aceptables.
Destacó que, en análisis por grandes grupos de edad, el indicador de informalidad para los jóvenes mexicanos fue el peor de toda América Latina (con un resultado de 5.13), lo que indica una alta deserción escolar y hace urgente la necesidad de reforzar la política educativa para promover la retención de escolares, ya que este segmento de la población está en riesgo de permanecer en el desempleo o en el empleo informal.