De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, alrededor de 7 mil personas integran la caravana de migrantes centroamericanos que el pasado 13 de octubre salió de Honduras con el objetivo de llegar a Estados Unidos de América
Hoy miles de hondureños, guatemaltecos y salvadoreños transitan por nuestro país huyendo de la pobreza y la violencia que viven en sus países.
De acuerdo con expertos como Carlos Heredia, las causas de la violencia en Centroamérica son principalmente cuatro: la economía extractiva, el sistema político, la crisis ambiental y la violencia relacionada con el avance de las pandillas y del crimen organizado.
Sorprende observar que, ante el éxodo de la pobreza centroamericana, hay amplios sectores de la población nacional que sacan a relucir expresiones racistas, xenófobas y estereotipantes, respecto de quiénes son y por qué quieren cruzar el territorio nacional, las personas que hoy huyen de las condiciones de violencia, desigualdad y marginación que se vive en sus naciones.
México no le puede dar tampoco la espalda a su historia. Ya hemos recibido en otros momentos a miles de inmigrados, que en su mayoría nos enriquecieron.
En ese sentido, las autoridades migratorias de nuestro país deben dar respuesta inmediata a las más de 1,500 personas que integran la caravana y que, de acuerdo con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, ya han solicitado asilo. Mientras tanto, más de 3 mil migrantes han decidido seguir hacia el norte y aproximadamente 500 hondureños han pedido el retorno asistido a su país.
Frente a este panorama, el Estado mexicano se enfrenta hoy ante la caravana migrante, a una definición trascendental que habrá de determinar en buena medida el futuro de siguiente administración. Lo esperable es que la posición del equipo de transición apunte a una solución sustentada no solo en los principios de política exterior de nuestro país, entre los que se incluyen la solidaridad con los perseguidos o vulnerables de otros países, sino además en la perspectiva de los derechos humanos.
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