De acuerdo con el doctor, Gerardo Estrada, “la cultura constituye uno de los elementos esenciales de integración e identidad para todos los pueblos organizados; sin ella, las colectividades humanas carecen de bases firmes para su consolidación y autorrealización”
Sin embargo, si algo ha sido olvidado, desde el discurso estatal en México, es la promoción de la cultura y la garantía efectiva de acceso a los bienes y servicios culturales para toda la población.
De acuerdo con información de Inegi del Módulo sobre Eventos Culturales Seleccionados (MODECULT, 2018), en los doce meses previos al levantamiento, únicamente 58.1% de las personas mayores de 18 años asistieron a algún evento cultural.
Sólo 8.9% de quienes viven en zonas urbanas muestra “mucho interés” de asistir a obras de teatro; 6.6% a exposiciones y 3.6% a espectáculos de danza. En tanto, el 22% se muestra “muy interesado” en asistir al cine y el 15.9% a conciertos o presentación de música en vivo.
Destaca que 59.6% de la población recibió estímulos en la infancia para asistir a estos eventos tanto en el hogar como en la escuela y que cuando el estímulo para la asistencia a estos eventos proviene exclusivamente de alguno de los dos ámbitos, ya sea hogar o escuela, el porcentaje de la población es menor. Cuando no hay estímulo en la infancia, la asistencia a eventos culturales es de 12.4%.
Otro dato a subrayar es el relativo al gasto total por la asistencia y consumo de bienes y servicios culturales, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Consumo Cultural de México, 2012 el gasto realizado por asistir o participar en alguna actividad cultural en nuestro país ascendió a 122 mil 268 millones de pesos, cifra que representó el 3.8% del gasto total de los hogares según cifras de la ENIGH de ese mismo año.
Por su parte, el gobierno mexicano destinó durante la administración anterior, un total de 78 mil 872.2 millones de pesos al sector cultura; no obstante, debe señalarse que en 2017 estos recursos ascendieron a 13 mil 594.9 millones de pesos, cifra que implicó un decrecimiento del 28%, en comparación con 2012 que fueron de 17 mil 393.3 millones de pesos y que, de hecho, a lo largo de la administración de Enrique Peña Nieto, estos recursos mantuvieron una tendencia a la baja.
Frente a estos datos, la administración actual tiene la oportunidad de dar un auténtico giro. El reto es inundar de cultura al país, romper con los moldes y esquemas con que se ha venido trabajando en los últimos años; y generar una nueva política de Estado en la materia.
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