La Cumbre de las Américas es la reunión de Jefes de Estado del Continente Americano en la que se discuten temas de interés para la región, con el fin de generar acuerdos y soluciones en conjunto, relacionados con desafíos y oportunidades hemisféricas, como la inclusión social, la recuperación económica, la democracia, la transformación digital y el cambio climático.
Autor Jorge Mier y de la Barrera
Este año el evento se celebra, en su edición número IX, en la ciudad de Los Ángeles, California, en Estados Unidos, del lunes 6 al viernes 10 de junio. Es la primera vez, desde la primera edición del evento en 1994, que Estados Unidos es sede de la Cumbre.
En esta ocasión, la Cumbre ha sido polémica dado a que el país sede no invitó a Cuba, Venezuela ni Nicaragua, por considerarlos “contrarios a los valores de la democracia”. La razón por la que los países señalados no fueron invitados es porque sus dirigentes no se eligieron democráticamente. La carta fundacional de esta cumbre especifica claramente que éste es el principal requisito para que sean considerados. Aunado a lo anterior, no hay que olvidar que ni Nicolás Maduro ni Rosario Murillo (esposa de Daniel Ortega) pueden entrar a territorio estadounidense sin ser detenidos.
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Ante esta situación, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció el lunes que no asistirá de manera personal al evento porque no se invitó a todos los países de América. El Estado Mexicano será representado por el canciller Marcelo Ebrard.
El mandatario mexicano expresó que está consciente de los grupos políticos en el vecino país del Norte que “apuestan a la confrontación, y que quisieran tener de rehenes a los pueblos de América Latina y el Caribe, como es el caso del bloqueo de Cuba, promovido por políticos cubanos con mucha influencia en Estados Unidos”, pero, comentó, que dicho bloqueo es “inhumano”. Puntualizó que en el caso de que hubiera una unión continental, América se convertiría en una de las regiones más fuertes del mundo por su potencial económico, social, cultural, fuerza de trabajo y tecnológica.
López Obrador considera que su postura no dañará la relación de México con los Estados Unidos dado que el presidente Biden “es un hombre que busca la conciliación y el diálogo, no la confrontación ni la discriminación”. Por su parte, el embajador estadounidense, Ken Salazar, ha explicado que para Estados Unidos es muy importante que México participe en la Cumbre. Cabe señalar que para la Casa Blanca, como lo han manifestado funcionarios del gobierno norteamericano, es crucial que América del Norte debata una agenda compartida en temas como la política migratoria, la seguridad o la integración económica; de ahí la importancia de la participación de México. Como sostuvo el director del Consejo de Seguridad Nacional para el Hemisferio Occidental, Juan González, el Presidente de Estados Unidos deseaba personalmente que su homólogo mexicano asistiera a la Cumbre, pero confía en que, a pesar de no haberlo hecho, no se generará un impacto en la cooperación con México.
Al igual que en el caso de México, el gobierno de Argentina demoró su decisión sobre asistir a la cita regional, aunque al final confirmó su presencia. El presidente Alberto Fernández está aprovechando su condición actual de presidente de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), donde Cuba, Venezuela y Nicaragua tienen voz y voto. Al respecto, López Obrador sostuvo pláticas con el mandatario argentino para buscar que él, como presidente de la CELAC, hable en su representación y aclare que “no estamos de acuerdo en las exclusiones”.
Es de reconocerse que, a pesar de la evidente importancia de la relación que tiene México con Estados Unidos, la postura del presidente López Obrador ha buscado conseguir equilibrios hemisféricos en la Cumbre, independientemente de las tensiones entre las naciones del continente. Como han señalado especialistas, su postura lo empoderó en un principio cuando “tras hacer pública su posición, un día después de regresar de Cuba, Biden relajó sanciones económicas a Cuba y Venezuela”. Sin embargo, no hay que dejar de lado que tanto el presidente de Argentina, como los de Brasil y Chile, sí asistieron a la cita, siendo el mandatario mexicano el único de las principales economías de América Latina que no lo hizo.
Más allá de la discusión sobre qué mandatarios estarán presentes en la Cumbre de las Américas, habrá que centrarse en los pronunciamientos de fondo. El encuentro puede ser exitoso para México en materia de recuperación económica y, sobre todo, en los temas de inclusión financiera, energía y, como se señaló, de migración. En ese sentido, México, a través de su canciller, tendrá que aprovechar la Cumbre y su liderazgo en América Latina, para buscar acuerdos más globales con alcance para toda la región.
Por lo tanto, México tiene que ser muy estratégico y no olvidar que nuestro principal socio comercial y con quien se comparte la agenda más extensa es Estados Unidos, por lo que habrá que priorizar la buena relación con el vecino del Norte.
Desafortunadamente, como han mencionado doctos en el tema, “a pesar de las declaraciones de la Casa Blanca sobre la no afectación de las relaciones entre México y Estados Unidos por la no asistencia del mandatario mexicano, su ausencia será considerada como un desaire a Biden directamente y, en parte incluso, a la ciudad donde hay más mexicanos (4.4 millones) que en cualquier otra, excepto la capital mexicana”. Por otro lado, las fricciones políticas no solo han desviado el foco de las importantes razones que justifican la cumbre, sino que ponen en peligro temas de importancia global, como los mencionados en la presente entrega.
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