por Mario Luis Fuentes
De acuerdo con el INEGI, la tasa de emigración internacional en México ha descendido entre 2008 y 2015; aun con ello, en esa última fecha habrían emigrado alrededor de 440 mil personas, siendo Michoacán, Zacatecas y Guanajuato los principales “estados expulsores”. Cabe destacar que quienes se van son mayoritariamente jóvenes, cada vez más escolarizados.
La orden ejecutiva del presidente de los Estados Unidos de América de construir el muro fronterizo entre su país y el nuestro es ofensiva por distintas razones; la más relevante es la ética, porque lo que está en juego es la seguridad y la vida de millones de personas, la posibilidad o no de tener oportunidades para una vida en dignidad y la posibilidad o no de reunirse con sus familias.
Se encuentra amenazado, además, un orden mundial que debería aspirar en todo momento a una actitud ética de los líderes de las naciones más poderosas, lo cual ha sido severamente puesto en tensión a partir del discurso de odio, racista y xenófobo del presidente Donald Trump.
En este contexto, resulta importante destacar que la migración mexicana y, en general, la latinoamericana, ha sido un proceso súper intenso desde la década de los 90 del siglo pasado, y hasta ahora; tema de suma relevancia porque determina no sólo la estructura demográfica mexicana, sino también la norteamericana, pues es innegable que hoy la primera minoría poblacional no afrodescendiente en aquel país es, precisamente, la mexicana.
Se van muchos, pero cada vez menos
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dio a conocer ayer sus cifras respecto a la población migrante internacional mexicana, con base en los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, para el periodo 2008-2015.
Lo que se muestra en tales datos es que la tasa de migración internacional descendió para el periodo de 2008 a 2015, en el orden de 43.5%, al haber pasado de una tasa de 64.1 personas emigrantes por cada 10 mil habitantes en 2008, a un indicador de 36.2 personas emigrantes por cada 10 mil habitantes en el país. Esta tasa implica, considerando una población de 122 millones de habitantes, una suma de aproximadamente 441 mil personas que emigraron de México hacia el exterior.
Los estados con mayor migración
Hay una serie de estudios especializados que muestran cómo en México se generaron, en la década de los 90 y hasta mediados de la década de los años 2000, regiones con una alta intensidad migratoria; sin embargo, al mantenerse muy elevados los niveles de expulsión de población, lo que ocurrió es que ahora, el INEGI ha logrado identificar que hay 14 entidades de la República que presentan altas tasas de migración internacional.
Entre ellas destacan Michoacán, en donde se registra una pérdida de población para el bienio de 2014 a 2015, de -136.1 personas por cada 10 mil habitantes; en segundo lugar, Zacatecas, con -115.8 personas por cada 10 mil; Guanajuato y Durango aparecen en tercer lugar con -108 personas por cada 10 mil habitantes; seguidos de los estados de Baja California, Tamaulipas y Aguascalientes, con tasas de -75.5, -72.9 y -60.4 personas por cada 10 mil habitantes, respectivamente.
Se van los jóvenes
La migración internacional mexicana sigue presentando un patrón: emigran mayoritariamente jóvenes en plena edad productiva. En 2008, los registros del INEGI muestran que la edad mediana del emigrante fue de 26.2 años, en 2009 y 2010 se ubicó en 27.6 años, en 2011 en 26.4 años, en 2012 y 2013 se ubicó en 27.3 años, en 2014 en 27 años y en 2015 mostró un descenso muy importante a 24.9 años.
Van a trabajar
Un dato fundamental que caracteriza a la migración internacional mexicana es que, ante la incapacidad de la economía nacional de generar empleos suficientes, bien remunerados y que den acceso a la seguridad social, las personas deciden buscar mejores oportunidades mayoritariamente en busca de un empleo, aunque esta tendencia muestra un descenso relevante en los últimos ocho años.
En efecto, en 2008, 77.4% de los migrantes lo hizo por la razón señalada; en 2009 fue 73.6%, en 2010 el dato fue de 69%, en 2011 de 66.9%, en 2012 se ubicó en 65.7%, en 2013 en 64.6%, en 2014 subió nuevamente a 60.3%, mientras que en 2015 se situó en 60.3%.
Otro dato de sumo interés es que la reunificación familiar creció como motivo de migración en el periodo señalado. Así, mientras que 9.6% de quienes emigraron del país en 2008 lo hicieron con el propósito de reunirse con su familia, en 2013, 2014 y 2015 los porcentajes fueron de 15%, 14% y 14.7%, respectivamente.
Se van más educados
Es interesante observar que, según el INEGI, entre quienes emigran está creciendo el porcentaje de aquellos que tienen una mayor escolaridad. En efecto, mientras que en el año 2008 el porcentaje de quienes contaban solamente con educación básica al momento de emigrar fue de 68.1%, en el año 2015 descendió a 57.9%.
Asimismo, quienes contaban con educación media al momento de emigrar representaron 18.2% del total de emigrantes en 2008, mientras que en 2015 pasaron a 21.8%.
Finalmente, están quienes contaban con educación superior al momento de emigrar; ellos representaron 8.9% del total de emigrantes en 2008, pasaron a 12.6% en 2012, llegando a 14.1% en 2015.
*Columna publicada con el mismo nombre en el periódico Excélsior, 31-enero-2017, p.16.