La evasión de los temas planetarios

En su texto, Gramáticas de la creación, el filósofo Georges Steiner escribió: “Hay una dinámica obviamente lunática en nuestro derroche de lo que queda de recursos naturales, de la flora y la fauna”. Esa dinámica lunática se ha hecho patente una vez más en la reciente edición de la COP27, la reunión planetaria más relevante para reducir los efectos del cambio climático, en la cual los acuerdos fueron sumamente limitados pues, lo pactado, no alcanzaría para reducir la emisión de gases de efecto invernadero y, sobre todo, evitar el incremento de la temperatura planetaria.

Escrito por:   Mario Luis Fuentes

Igualmente, el 20 de noviembre se conmemoró un aniversario más de la firma de la Convención de los Derechos de la Niñas y el Niño; al respecto, el informe del UNICEF, Estado Mundial de la Infancia alerta no sólo sobre las nefastas consecuencias que la pandemia de la COVID19 tuvo sobre la salud mental de las niñas y los niños en todo el mundo, sino también de factores y determinantes sociales que se profundizaron como lo son la pobreza, la discriminación y la violencia.

Mientras tanto, hay en todo el planeta al menos 11 conflictos armados entre países o a su interior, de gran escala, que producen destrucción y muerte todos los días; mientras que en países como México, aún sin guerra declarada, las muertes mensuales se cuentan por miles, con fenómenos sangrientos y macabros que todos los días erizan la piel y siembran el terror entre la población.

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A pesar de la gravedad de todos estos problemas, también actúa a nivel internacional una especie de evasión para enfrentarlos; una renuncia masiva a reflexionar y exigir frente a los gobiernos soluciones estructurales y duraderas: ¿qué la explica, cuáles son sus fuentes o factores de origen?

Si se piensa en los meses recientes, en términos de discusión planetaria, la preeminencia de los temas deportivos es infinitamente superior a la del cambio climático, el cual se ha convertido sí en una preocupación extendida, pero respecto de la cual se tiene un debate público enormemente reducido.

De acuerdo con Google trends, del 1º al 20 de noviembre el número de búsquedas y menciones sobre la Copa Mundial de Fútbol, respecto del cambio climático y la realización de la COP27 es exponencialmente superior. En efecto, en la medición que tiene sobre el nivel que un tema tiene a lo largo del tiempo, 100 implica la máxima popularidad del tema en un momento determinado; mientras que 0 implicaría que ni siquiera hay datos suficientes para determinar su relevancia. En esa escala, el 20 de octubre del 2022 el fútbol tuvo una relevancia de 24, el cambio climático, de 1. El 6 de noviembre, la copa del mundo tuvo una relevancia de 88; el cambio climático, menor a 1. Mientras que, a partir del 16 de noviembre, cuando la COP 27 estaba llegando a su fin, la copa mundial llegó a un interés de 100 mientras que el cambio climático se mantuvo en el mismo nivel de menos de 1.

¿Cómo llevar los temas de los cuales depende la existencia humana a un nivel de importancia similar a la que tienen temas relacionados con el deporte o los escándalos del llamado “mundo del espectáculo”? ¿Cómo llevar al mismo nivel de relevancia e interés las agendas prioritarias para garantizar a todas y a todos, un nivel de vida digno en contextos de libertad?

La “batalla” por la construcción de una opinión pública crítica, informada y preocupada por el bienestar, la paz, los derechos humanos y la democracia, por citar solo algunos ejemplos está perdida hasta ahora. Por lo que es urgente encontrar nuevos mecanismos de difusión, información y diálogo público, que pongan en el centro del interés planetario aquello que puede sacarnos de la dinámica lunática de la que somos presa, y que de continuar igual, podría llevarnos a la destrucción de una buena parte, si no es que a la totalidad, de nuestra civilización.

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