“Los cuadros pintados por los enfermos mentales nos han proporcionado una visión fundamental de ciertas manifestaciones de los trastornos mentales, en ocasiones incluso han ayudado a formular un diagnóstico”. Philip Sandblom“Crear es vivir dos veces”. Albert Camus
En este ensayo hacemos un estudio de la experiencia de trabajo dentro de las instituciones de salud mental de la Ciudad de México con base en observaciones obtenidas en los talleres artísticos de pintura dentro del contexto de las instituciones de salud mental.
A lo largo de nuestra experiencia impartiendo talleres de arte dentro de las instituciones de salud mental de la Ciudad de México hemos desarrollado una metodología del trabajo con varias disciplinas artísticas dentro de diferentes contextos institucionales. A partir de la problemática y las características psicológicas, emocionales y ambientales de cada población hemos estructurado estrategias de trabajo que facilitan la comunicación entre las y los participantes y el equipo de trabajo. Nuestra metodología ha retomado aspectos de las terapias ocupacionales y el arte terapia; sin embargo, con el paso de los años, hemos aprendido que ninguna metodología de las utilizadas por estas disciplinas, principalmente en los países de primer mundo, es aplicable a los contextos de la mayor parte de las instituciones de salud mental en México.
La invariable situación de doble y triple estigma que se presenta en las mujeres y hombres con quienes hemos trabajado se caracteriza en primer lugar por el hecho de ser acusados de cometer un delito; en segundo, por el hecho de tener un diagnóstico de enfermedad mental; y, finalmente, por encontrarse en una situación de indigencia o abandono social. Estos factores de estigmatización son negativos y confrontan a las personas a una discriminación y desvaloración social múltiple.
Las personas con un diagnóstico de enfermedad mental enfrentan factores de estigmatización, discriminación y desvaloración social múltiple
Mujeres internas en una institución psiquiátrica de la Ciudad de México realizando una pintura colectiva durante la primer sesión de un programa de intervención mediante el uso de lenguajes artísticos
Es fundamental tomar en cuenta las circunstancias ambientales, físicas, psicológicas y emocionales, ya que éstas, mezcladas con otro tipo de factores y situaciones, afectan a los individuos en su comportamiento y convivencia cotidiana.
Tales son los ejes con los que en primer lugar debemos de sistematizar un plan de intervención mediante el uso de lenguajes artísticos, y de manera particular en un contexto psiquiátrico y de privación de libertad. Delannoy expresa de manera clara la importancia del arte y su relación con la leyes del cuerpo humano y la libertad del ser:
“Hacer arte es una actividad humana y como cualquier actividad humana obedece a las leyes y reglas del cerebro y alas relaciones dinámicas entre el cerebro, el cuerpo y los mundos que estructuramos y vivimos. El arte es la manifestación de un deseo humano sensible de expresarse estéticamente y con libertad. Sus manifestaciones son individuales, colectivas, comunitarias y culturales. El arte siempre se relaciona con la expresión de la libertad, independientemente de si la libertad es reprimida o fomentad. Así, hacer y vivir el arte es un acto político”[1].
Mujeres internas en una institución mental de la Ciudad de México, realizando un ejercicio de pintura colectiva como parte de un programa de intervención mediante el uso de lenguajes artísticos.
La importancia de tomar en cuenta estos elementos es el primer paso para programar el plan de intervención y dirigir el trabajo grupal; todos los lenguajes artísticos son importantes para la humanidad y más aun en un contexto de enfermedad mental y privación de libertad.
Cada lenguaje artístico tiene sus características esenciales: la pintura, el color; el dibujo, la línea; la escultura, el volumen; la música, el sonido; la danza, el movimiento. La esencia de cada uno nos marca las pautas y las posibilidades de trabajo de acuerdo con los límites y las capacidades de cada individuo. Las situaciones física, emocional y mental son factores individuales complementarios para decidir cuál es el lenguaje que mejor se adecua a cada persona.
Todos los lenguajes artísticos son importantes para la humanidad y más aun en un contexto de enfermedad mental y privación de libertad
En nuestra experiencia hemos podido observar los pros y los contras que se presentan cuando se utilizan lenguajes artísticos y se desarrollan actividades para personas que no están en condición de realizarlas. De manera particular, la pintura nos ha servido como el principal enlace entre nosotros como talleristas (agentes externos en el contexto) y los internos participantes, ayudándonos a hacer un diagnóstico general de la situación del contexto, del grupo y de los individuos. Las características del proceso y la expresión pictórica involucran aspectos plásticos y físicos como la materia, el color, la textura y el espacio, que amplían las posibilidades dentro y fuera de área de trabajo.
Históricamente la pintura ha sido utilizada como medio terapéutico en diferentes contextos, principalmente desde finales del siglo XIX. De manera particular, ha tenido un gran uso en el medio de la psiquiatría en el tratamiento de enfermedades mentales como la esquizofrenia. Como medio de expresión, el lenguaje pictórico ha representado una salida para manifestar sentimientos y emociones escondidas que usualmente son difíciles de mostrar por parte de las personas diagnosticadas con esta enfermedad: “El esquizofrénico esconde su excitación interior detrás de una máscara de distanciamiento y soledad”[2].
La pintura ha sido utilizada como medio terapéutico en diferentes contextos principalmente desde finales del siglo XIX, y de manera particular en el tratamiento psiquiátrico de enfermedades mentales como la esquizofrenia
En el proceso creativo pictórico se abre la posibilidad y se predispone al individuo a involucrarse en un espacio de diálogo interior que convierte a la superficie en un receptáculo emocional. Por supuesto, estas características se pueden observar en otras expresiones artísticas; sin embargo, la pintura y el dibujo han sido históricamente el medio más eficiente para abrir simbólicamente el espacio de trabajo y predisponer a los y las participantes a involucrarse en una experiencia creativa sin presentar el miedo que se manifiesta (sobre todo en las personas que nunca han tenido experiencia con medios artísticos) al confrontar la superficie blanca de la tela o el papel.
Ejercicio de dibujo realizado por un interno en una institución de salud mental de la Ciudad de México; Este ejercicio se puede comparar con el dibujo que podría realizar un niño de 3 años.
La psicología y la psiquiatría han utilizado desde finales del siglo XIX, con el surgimiento del psicoanálisis, la expresión grafica y pictórica para desarrollar una metodología y un proceso de recuperación en pacientes esquizofrénicos. Este proceso parte de la pérdida o desfasamiento de la personalidad del individuo y se enfoca en la recuperación de la estructura mental simbólica mediante el uso de la imagen para reestructurar la personalidad del individuo:
“El símbolo que primitivamente constituía un sustituto del objeto se transformaría en imagen y luego en concepto[3]”.
Mediante la realización simbólica muchos pacientes esquizofrénicos han salido de la psicosis partiendo de la imitación de los objetos imaginarios:
“La imitación, inicialmente simple copia del objeto, se liberó progresivamente de la percepción y se convirtió en representación[4]”.
En muchas ocasiones las características propias de la enfermedad hacen que los pacientes se involucren de manera voluntaria en la experiencia gráfica o pictórica, algunos de ellos incluso optan por el uso de estos medios como su única manera de comunicación con lo exterior.
El bloqueo o la fragmentación del lenguaje verbal, producto de la enfermedad, hacen de la pintura la única salida para la expresión de las emociones de estas personas
El bloqueo o la fragmentación del lenguaje verbal, producto de la enfermedad, hacen de la pintura la única salida para la expresión de las emociones de estas personas. En este punto es importante aclarar que las expresiones artísticas realizadas por pacientes esquizofrénicos no se les puede considerar arte, ya que, a diferencia de los artistas, cuyo trabajo busca una reacción social en la audiencia, la pintura esquizofrénica tiene un carácter exclusivamente interior:
“La producción gráfica de los psicóticos no es arte, pero los grandes artistas que están en el borde de la psicosis están en la posibilidad de producir grandes trabajos”[5].
De acuerdo con el análisis comparativo realizado por Otto Billig, el desarrollo de la integración espacial en el arte cultural y el proceso de desintegración espacial en fases de la obra de pacientes psiquiátricos presentan patrones similares. Este individuo, interno de una institución de salud mental de la Ciudad de México, realiza un ejercicio de pintura como parte de un programa de intervención mediante el uso lenguajes artísticos. En este ejercicio el individuo plasma la pintura como manchas, acercándose al concepto de sentimientos de separación indiferenciada del entorno propuesto en la tabla de Billig; sin embargo, su pintura puede ser interpretada también como la de un niño
Otto Billig estudió durante años la relación de las producciones artísticas de pacientes de occidente y las comparó con las producciones artísticas de pacientes de las tribus de Nueva Guinea con la finalidad de encontrar elementos universales en la expresión psicótica. Con base en algunos aspectos de su análisis comparativo, podemos encontrar algunas similitudes entre los trabajos realizados por los pacientes con los que trabajamos en las instituciones de salud mental de la Ciudad de México.
Interna de una institución de salud mental de la Ciudad de México realizando un ejercicio de dibujo con crayones de color
De acuerdo con la tabla de Billig, en este dibujo podemos observar una vez más un desarrollo espacial geométrico, que se encuadra en el nivel 1 de sentimientos de separación indiferenciada del ambiente
Las semejanzas más importantes las encontramos en relación con la estructura del espacio y las formas; los contrastantes cambios y diferencias son una proyección del brote psicótico en el que se encuentran, e incluso de la influencia de los medicamentos psiquiátricos que les son suministrados.
El aspecto más importante que observamos (tomando en cuenta el trabajo periódico realizado) es la espontaneidad de los dibujos y pinturas realizados. Billig señala al respecto de su estudio:
“Los pacientes esquizofrénicos intentan encontrar sustitutos para sus limitaciones. Frecuentemente comienzan a dibujar espontáneamente en el transcurso de su enfermedad. La expresión gráfica les habilita para representar pensamientos simultáneos incluso si estos tienen que ser puestos en papel o tela consecutivamente. Los procesos de ideaciones pueden modificarse continuamente y alterarse cuando son expresados gráficamente. Si la personalidad se reintegra, el pensamiento lineal y secuencial se restablece; la necesidad de expresión no verbal se reduce y lo pacientes frecuentemente pierden la necesidad de pintar”[6].
En este dibujo, realizado por un hombre interno en una institución de salud mental en la Ciudad de México, podemos observar una vez más la etapa 1 de desestructuración psicótica del cuadro de Billig
No podemos asegurar que en el caso de las personas con las que hemos trabajado la espontaneidad presentada sea pasajera o se reduzca cuando existe alguna mejoría, pues no hemos tenido la oportunidad de seguir casos individuales por más de tres meses; sin embargo, sí podemos observar múltiples rasgos en cuanto la espontaneidad y el manejo espacial de las composiciones desarrollados en varios de los participantes en nuestros talleres.
A partir del estudio de Billig, podemos entrelazar una serie de rasgos que concuerdan con muchos de los caracteres de su análisis comparativo:
Los sentimientos de separación indiferenciada del ambiente, la regresión psicótica severa, la regresión psicótica avanzada, el balance inadecuado entre la realidad externa y el ser, la desintegración moderada existente entre el ser y el ambiente, el retiro anticipado de la relación con los objetos, la concepción del espacio vacío, la figuras con sombras, la reintegración de la estructura de la personalidad, la posible exageración de la concepción profunda.
Debido a la falta de acceso a los expedientes y diagnósticos de las personas con la que hemos trabajado, no podemos tener la certeza de que el nivel de psicosis y el tipo de enfermedad o enfermedades corresponda a las características gráficas de la obra realizada a la manera de estudio de Billig, sin embargo, sí podemos elaborar un diagnóstico aproximado a su posible estado psicótico.
De acuerdo con la tabla de Billig este dibujo, realizado por una mujer interna en una institución mental de la Ciudad de México, pertenecería a nivel 3 de regresión psicótica severa
Como conclusión, podemos asegurar, con base a nuestra experiencia, que la pintura nos ha servido como un medio para identificar las capacidades de las personas a partir de la manera de trabajar y estructurar el espacio visual. Es evidente que muchos de los participantes en nuestros talleres no padecen enfermedades mentales como la esquizofrenia, sino que tienen algún tipo de retraso o deficiencia mental, esto resulta evidente en sus expresiones pictóricas, las cuales tienen más relación con el arte infantil que con el arte psicótico.
La pintura nos ha servido como un medio para identificar las capacidades de las personas a partir de la manera de trabajar y estructurar el espacio visual
El resultado de una primer experiencia visual para estas personas puede ser el inicio para mejorar su situación física y mental y abrir la posibilidad de una mejoría real. El lenguaje artístico de la pintura, más allá de su valor estético, trasciende y puede mezclarse con otras disciplinas para ampliar el conocimiento humano.
La materialización de los símbolos y la importancia de crear y adquirir conocimiento trasciende lo terapéutico para convertirse en una herramienta que facilita la existencia de estas personas dentro de las instituciones de salud mental
BIBLIOGRAFÍA
– BILLING, Burton-Bradley.,The Painted Message., Shenkman Publishing Company.,Toronto 1978.
– BRUSCIA, Kenneth E., Musicoterapia, Editorial Pax México, México 2007.
– DELANNOY Luc., Neuroartes, un laboratorio de ideas, Ediciones/metales pesados, Santiago de Chile, Marzo 2015.
– SECHEHAYE, M.A., La realización simbólica y diario de una esquizofrénica, Fondo de Cultura Económica, México 1958.
– MORIN, Edgar, La mente bien ordenada, Editorial Seix Barral, Barcelona, 2010.
[1] DELANNOY, Luc., Neuroartes, un laboratorio de ideas, Ediciones/metales pesados, Santiago de Chile, Marzo 2015, pp 24.
[2] BILLING., Burton-Bradley.,The Painted Message., Shenkman Publishing Company.,Toronto 1978
[3] SECHEHAYE, M.A., La realización simbólica y diario de una esquizofrénica, Fondo de Cultura Económica, México 1958. Pp, 200
[4] Ibídem, Pp 201
[5] Ibidem, pp 3
[6] Ibidem, pp 131.
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