por Mario Luis Fuentes
En nuestro país, siete de cada diez personas sostienen que no se puede confiar en la mayoría de la gente. El 50% cree que da lo mismo un gobierno autoritario a uno democrático; la participación en elecciones del Congreso de la Unión no rebasa 50%; mientras que casi 80% de la ciudadanía desconfía de las autoridades e instituciones. Todos ellos son signos de una profunda crisis de la democracia, que debe revertirse y pronto.