La Importancia de lo Invisible es un artículo dividido en tres partes. Esta es la primera de ellas.
“En realidad es un error metodológico suponer que sólo lo que se ve existe y al revés, que lo que no se ve no existe”.
Hugo López-Gatell[1].
Por Ricardo de la Peña**. Sígue al autor en Twitter: @Ricartur59
Siempre es más sencillo aceptar lo que dicen las autoridades que construir teorías de conspiraciones que luego resultan muy difíciles de documentar. Ello viene a cuento dado que en las semanas recientes ha sido un tema recurrente el cuestionamiento a las cifras oficiales en torno a la pandemia por la COVID-19 en México, enfermedad infecciosa causada por el virus SARS-CoV-2 que produce síntomas similares a los de la gripe, que puede conducir a la muerte y tomó por sorpresa al mundo y a nuestro país desde principios de este año, aunque los primeros casos factiblemente se hayan presentado desde meses antes.
La vigilancia epidemiológica
Partamos del reconocimiento de que la estadística oficial de México sobre la COVID-19 corresponde en lo fundamental a los criterios establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuyos estándares de vigilancia asumen definiciones que no tienen necesariamente la intención de capturar todos los casos, sino de describir tendencias a lo largo del tiempo, en el entendido de que el uso de una definición común a nivel mundial permite a las autoridades sanitarias nacionales interpretar sus datos en un contexto internacional[2].
De conformidad con lo demandado por las agencias internacionales, la vigilancia epidemiológica en el mundo cuenta con dos componentes: la vigilancia rutinaria para la notificación de casos; y la llamada vigilancia centinela, para obtener información nominal detallada. La vigilancia centinela es así una modalidad complementaria que debe realizarse centrada en establecimientos de salud con la capacidad física y humana para realizarla, que brinden atención a un número elevado y variado de personas. Las agencias internaciones asumen que lo más importante es la calidad y no la cantidad de datos que se generen, aunque lo ideal es que los sitios de vigilancia se elijan a fin de que sean representativos de la población, para que la información recopilada pueda aplicarse a su totalidad[3].
Es en este punto dónde surge el problema de si es posible, a partir de los datos compilados por métodos establecidos tanto mediante procedimientos rutinarios como a través de los mecanismos centinela, realizar inferencias relativas al universo de personas afectadas por una enfermedad sujeta a vigilancia, en el entendido de que su objetivo primario no es estadístico.
Al respecto, la vigilancia epidemiológica para COVID-19 en México es centinela en 475 unidades activas para el Sistema de Vigilancia Epidemiológica de Enfermedad Respiratoria Viral (SISVER). La selección de las Unidades de Salud Monitoras de Enfermedades Respiratorias (USMER) en cada entidad federativa considera diversos aspectos: densidad poblacional, zonas de afluencia turística, de granjas avícolas y porcinas, aeropuertos y centrales camioneras, paso de migrantes y costas. Esta vigilancia es por laboratorio bajo una proporción de muestreo mínimo del diez por ciento para los casos ambulatorios (ETI), o mayor cuando se cuenta con recursos, seleccionados mediante un esquema sistemático; y censal para los casos graves hospitalizados (IRAG)[4]. Son estos mismos datos los que luego pasan al sistema de acopio para la consolidación de los casos que se definen como confirmados.
Un problema de diseño estadístico
Con base en esta información se puede afirmar que el procedimiento para la selección de unidades para la vigilancia epidemiológica del COVID-19 no es probabilístico[5], sino determinista, puesto que no toda unidad tuvo una probabilidad conocida y mayor de cero para ser incluida en muestra, y no existe evidencia de que dicha probabilidad sea utilizada para la estimación de valores que se obtienen del ejercicio, condiciones indispensables que debe cumplir un muestreo científico. Esto incide en la lógica misma de recolección de información para los reportes diarios, para la integración de la base de datos con los casos estudiados y del modelo centinela que se desarrolla de manera complementaria. Por ello, estos datos sólo pueden tomarse como un referente, pero son los únicos datos oficiales disponibles y eventualmente el agregado que aportan pudiera ser indicativo del comportamiento general que pudiera estar teniendo el fenómeno bajo estudio.
Es de mencionar que, adicionalmente, se desconoce si existe algún sesgo que pudiera ser introducido en las estimaciones oficiales debido a problemas en la validación de las muestras tomadas para corroborar la presencia del SARS-CoV-2, dado que dicha validez depende de múltiples aspectos, como de que se respalde en la definición operacional del padecimiento, que el caso este capturado en la plataforma de información, que incluya el estudio epidemiológico como caso sospechoso y que el material empleado para su toma, conservación (temperatura) y transporte haya cumplido con estándares de calidad establecidos[6].
Todo lo anterior dejando de lado el desfase entre la fecha de ocurrencia de los eventos de inicio de síntomas, ingreso al sistema de registro y fallecimiento respecto a los acopios reportados cotidianamente, que corresponden siempre a una recuperación rezagada de datos que necesariamente se complemente con registros posteriores[7].
** Ricardo de la Peña es sociólogo y analista político-electoral Es presidente de Investigaciones Sociales Aplicadas (ISA)
También puedes leer: “Panorama Social de México, 2019”
Fuentes y referencias
[1] Secretaría de Salud, Conferencia de prensa. Informe diario sobre coronavirus COVID-19 en México, 8 de abril de 2020, 29:19. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=qPvXQ_MiZ4A.
[2] Organización Mundial de Salud, 2020. Definiciones de casos de vigilancia de la OMS para ILI y SARI; disponible en: https://www.who.int/influenza/surveillance_monitoring/ili_sari_surveillance_case_ definition/en/.
[3] Organización Panamericana de la Salud-Organización Mundial de la Salud, septiembre de 2014. Guía operativa para la vigilancia centinela de la Infección Respiratoria Aguda Grave (IRAG.; disponible en: https://www.paho.org/revelac-i/wp-content/uploads/2015/10/2015-cha-guia-operativa-vigilancia-centinela-irag.pdf.
[4] Secretaría de Salud, Manual para la vigilancia epidemiológica de influenza, octubre de 2014; disponible en: http://187.191.75.115/gobmx/salud/documentos/manuales/12_Manual_VE_Influenza.pdf. Secretaría de Salud, Aviso Epidemiológico (CONAVE /09/ 2020/COVID-19), 6 de abril de 2020; disponible en: https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/545445/AE_Enfermedad_COVID-19_SARS-CoV-2_2020.04.06.pdf.
[5] Aunque debe considerarse que ningún país que se sepa ha aplicado pruebas para COVID19 de forma aleatoria. Al respecto, véase: Arturo Erdely, post en Facebook, 12 de mayo de 2020, 12:04; disponible en: https://www.facebook.com/100001778284109/posts/2801281009941148/.
[6] Secretaría de Salud, Lineamiento estandarizado para la vigilancia epidemiológica y por laboratorio de la enfermedad respiratoria viral, abril de 2020; disponible en: http://cvoed.imss.gob.mx/secretaria-de-salud-lineamiento-estandarizado-para-la-vigilancia-epidemiologica-y-por-laboratorio-de-enfermedad-por-201-ncov/. Sobre la posibilidad de que la toma de muestras pudiera ser fuente de error para las estimaciones del modelo centinela, puede verse: Rodrigo Salazar Elena, El debate sobre el modelo Centinela. Comentarios a la Estrategia de Comunicación. Laboratorio de Métodos de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales. Conferencia para Gobierno y Análisis Político AC, 6 de mayo de 2020; láminas disponibles en: https://drive.google.com/file/d/1PjrnF0ryQlgrzpwFpXfOe2N5i_tctR2z/view.
[7] Al respecto, véase: Ricardo de la Peña, “La macabra danza de los contagios”, etcétera, 22 de abril de 2020. Disponible en: https://www.etcetera.com.mx/opinion/macabra-danza-contagios-covid-mexico/. Jorge Andrés Castañeda y Sebastián Garrido, “¿Cómo entender los datos de defunciones por COVID-19 en México?”, Nexos, 19 de mayo de 2020. Disponible en: https://datos.nexos.com.mx/?p=1351.
Frase clave: La importancia de lo Invisible