En nuestro país, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) es el órgano del Congreso responsable de la revisión y auditoría de la cuenta pública. La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y la Ley de Fiscalización y Rendición de Cuentas de la Federación son los principales ordenamientos jurídicos que dan origen y norman su actuación
De conformidad con dicha normatividad, la misión de la Auditoría Superior es fiscalizar la Cuenta Pública – dada su autonomía técnica y de gestión- mediante auditorías que se efectúan a todo ente que haya captado, recaudado, administrado, manejado o ejercido recursos públicos federales, incluyendo a los particulares.
De este modo, el propósito fundamental de su mandato legal es “verificar el cumplimiento de los objetivos contenidos en las políticas y programas gubernamentales, el adecuado desempeño de las entidades fiscalizadas, y el correcto manejo tanto del ingreso como del gasto público”.
Destaca que de acuerdo con este órgano, en México subsisten severos problemas de rendición de cuentas: hay opacidad en el uso de los recursos públicos, se pagan obras que no se ejecutan, y se asignan subsidios sin padrones adecuados.
Además, de acuerdo con el documento Marco de referencia sobre la fiscalización superior, 2017, en las diversas auditorías practicadas el año pasado se determinaron insuficiencias que se reflejaron en: la revelación inadecuada de información contable y financiera, la integración inapropiada de expedientes de algunos procedimientos de contratación (destaca la documentación referente a estudios de mercado) y el resguardo deficiente de la documentación que respalda la aplicación de los recursos.
Frente a ello, la ASF ha sostenido que es necesario que en todas las dependencias gubernamentales se generen procesos para fortalecer los valores inherentes al concepto de “integridad gubernamental”, es decir, en torno a los compromisos de honestidad y honradez.
Ya desde 2013, este organismo afirmó en su informe sobre la Cuenta Pública que “en los países donde se han aplicado programas de integridad institucional se manifiestan como elementos centrales para prevenir, identificar, evaluar y disuadir la ocurrencia de actos corruptos, así como corregir las fallas estructurales detectadas para evitar la reincidencia de los hechos irregulares ya cometidos”.
Al respecto, debe subrayarse el objetivo central de la función de este organismo en el país que es el de servir como un instrumento efectivo para el combate a la corrupción y la impunidad. Además, hoy la ASF cuenta con nuevas facultades en materia de investigación y substanciación de faltas administrativas graves lo que suma a la reestructura organizacional que actualmente está en curso en la Auditoría, la cual busca atender los viejos y nuevos desafíos que enfrenta la institución.
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