La Navidad victoriana y la influencia de la literatura escrita por mujeres.

El tercer artículo de Tinta Rosa, llega en una fecha muy festiva, Navidad. La cual quiero aprovechar para tomar como temática para el viaje literario de esta ocasión, trasportándonos a la Inglaterra del siglo XIX y su extenso periodo victoriano, el cual abarca de 1831 a 1901 siendo el de mayor esplendor del Imperio Británico. Aunque a nosotros nos atañe la literatura escrita por mujeres, es necesario primero contextualizar para después describir en que consiste el mercado literario navideño, así como las obras producidas por plumas femeninas.

Escrito por:  Silvia Tapia Poma

Si bien es cierto que la Navidad nació como una fecha religiosa, con el paso del tiempo la intencionalidad y objetivo se fue perdiendo como resultado de diversas cuestiones, convirtiéndose más en una festividad secular que se celebra en casi todo el mundo. Sin embargo, con el paso del tiempo la Navidad perdió su significado religioso original debido a una serie de factores históricos, entre ellos la Reforma Protestante. En 1534 Enrique XVIII se separó de la Iglesia Católica y estableció la Iglesia Anglicana, lo que marcó una serie de cambios en la celebración de la Navidad en Inglaterra. En 1647, el Parlamento inglés, dominado por los puritanos, aprobó una ley que prohibía la celebración de la Navidad, considerándola una festividad “papista” e “idólatra”. Esta prohibición duró hasta 1660, pero cuando la Navidad se reinstauró, su celebración nunca recuperó su anterior popularidad y significado religioso, en su lugar se convirtió en una festividad más secular. Es entonces, cuando en la época victoriana, la Navidad se transformó radicalmente, adoptando el sentido y las tradiciones que conocemos hoy en día. Se convirtió en una época para compartir con familiares y seres queridos, disfrutar de banquetes, música navideña (villancicos), reflexionar sobre los menos afortunados, compartir, intercambiar regalos, el sentido de comunidad, decorar el árbol de navidad.  

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Pero, ¿Qué otros factores influenciaron la idea de la navidad para los victorianos?,¿Cómo se popularizaron las nuevas tradiciones?, ¿Por qué fue tan importante la literatura?

La Navidad tal como la conocemos hoy en día se atribuye a menudo a la influencia de la reina Victoria y Charles Dickens. Sin embargo, la realidad es más compleja y multifacética. Para comprender la configuración de la Navidad victoriana, es necesario considerar una serie de factores históricos, culturales y sociales que contribuyeron a su desarrollo.

El primero de ellos es sin duda la Revolución Industrial y su economía capitalista, que sentaron las bases para una serie de cambios significativos en la sociedad victoriana, que a su vez influyeron en la configuración de la Navidad. Algunos de los efectos más notables incluyeron:

• La producción en masa, que hizo que los juguetes y otros artículos navideños fueran más accesibles para la población en general.
• El crecimiento de una clase burguesa más amplia y sólida, que tenía más recursos para celebrar la Navidad.
• La expansión de las ciudades y el aumento de las migraciones, que llevaron a una mayor diversidad cultural y social.
• El aumento del índice de alfabetismo que permitió a más personas acceder a la literatura e información navideña.
• El crecimiento de la industria editorial, que facilitó la publicación y difusión de literatura navideña, incluyendo cuentos, novelas cortas, poemas, revistas y canciones.

Dichas condiciones sentaron las bases para un contexto complejo que influyó de manera significativa en la configuración del nuevo sentido de la Navidad, la cual se ve reflejada claramente en los textos de autores y autoras de la época quienes captaron el espíritu y la esencia de la Navidad victoriana.

El segundo factor que contribuyó significativamente a la reconfiguración y popularización de la Navidad fue la Familia Real. La reina Victoria, en particular, jugó un papel fundamental en la difusión de muchas tradiciones navideñas que conocemos hoy en di. Debido a su conexión con Alemania, a través de su esposo el príncipe Albert y sus propias raíces alemanas, la reina estaba familiarizada con costumbres y tradiciones navideñas de la región.

Una de las tradiciones más conocidas que se popularizó gracias a la Familia Real es la decoración del árbol de Navidad. Fue la reina Charlotte, esposa del Rey Jorge III, quien en 1800 colocó el primer árbol de Navidad en el Queen´s Lodge, cerca del Castillo de Windsor. Inicialmente el árbol se decoraba con velas encendidas, dulces, frutos secos, decoraciones hechas en casa, madera. Con el tiempo, se introdujeron adornos de vidrio o metal, que se convirtieron en una parte integral de la tradición.

La costumbre de decorar el árbol de Navidad se extendió rápidamente entre la nobleza inglesa, quienes siempre buscaban imitar a la realeza. A principios del siglo XIX, prácticamente todos los nobles habían adoptado la tradición. Sin embargo, fue Albert quien consolidó este ritual y lo llevó a un nuevo nivel. Una de las razones fue que trajo consigo centenares de abetos desde su país natal, Alemania, y los trasplantó en los jardines del Castillo de Windsor. Cada Navidad el príncipe Albert adornaba varios de estos pinos en los salones del castillo, creando un espectáculo impresionante. Además, su entusiasmo por la Navidad era contagioso, y pronto la reina Victoria se unió a él en su pasión por esta fecha tan querida. 

Navidad, siempre es la época más feliz, también para Albert, quien lo disfrutó más en su feliz infancia (…) El mero olor de los árboles navideños trae recuerdos agradables…pensar que ya tenemos dos hijos (…) parece un sueño.

                                                                                                  Diario de la Reina Victoria

                                                                                                                  24 de Dic 1841.  

La reina Victoria era una celebridad y una creadora de tendencias en su época, lo que la convertía en una especie de influencer. Los periódicos, que estaban en pleno auge gracias al crecimiento de la industria editorial y al aumento del índice de alfabetismo, jugaron un rol fundamental en la difusión de sus gustos y preferencias. En 1848, el Illustrated London News publicó una ilustración de la Familia Real reunida alrededor de un árbol de Navidad decorado, lo que provocó que la tradición se pusiera de moda en todo el mundo. Esta imagen también transmitió un mensaje poderoso sobre la importancia de la unión familiar durante la Navidad, lo que ayudó a convertir estas fechas en días para pasar en familia reunidos en armonía.

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El crecimiento de la industria editorial permitió que el nuevo concepto y tradiciones de la Navidad se difundieran no solo en el Reino Unido, si no también en todo el mundo. En este contexto, la figura de Charles Dickens se convirtió en universal, gracias a la publicación de su clásico “Cuento de Navidad”, que se ha convertido en un referente de la época navideña.

Sin embargo, su importancia va más allá de esta historia navideña o de su labor como novelista. Él supo satisfacer el creciente mercado literario navideño, que se había vuelto más próspero y alfabetizado. La clase media estaba dispuesta a realizar gastos adicionales durante el periodo festivo, y existía un marcado gusto por reunirse frente al fuego y leer en voz alta todo tipo de textos.

En respuesta a la creciente demanda de literatura navideña, Charles Dickens y otros creativos de la época concibieron la idea de crear ediciones más accesibles y tiradas especiales para las festividades. Esto dio lugar a la creación de panfletos y revistas, que incluían números especiales navideños muy populares.

Los Journals de Dickens, primero Household Words (1950-1859) y luego All the Year Round (1859-1895), fueron revistas literarias de publicación semanal que contaban con números especiales navideños. A lo largo de la historia de estas revistas, Dickens contó con la colaboración de numerosos escritores y escritoras, lo que enriqueció aún más su contenido. 

Lo curioso es que muchas de las mujeres que contribuyeron a estas revistas permanecieron en el anonimato, ya que firmaban con seudónimos, iniciales o de forma anónima. Aunque abordaban los mismos temas que los hombres, sus nombres fueron ignorados debido a la falta de relevancia que se les otorgaba por ser mujeres. Es probable que se creyera que sus relatos serían menos leídos si se sabía que provenían de autoras mujeres. Esto refleja la paradoja de una sociedad victoriana gobernada por una monarca mujer, pero que aún mantenía valores muy conservadores y discriminatorias hacia las mujeres.

Elizabeth Gaskell es uno de los nombres que se escondían detrás de las 1,500 piezas firmadas como anónimas en los de All the Year Round. Fue solo hasta 2015 que se descubrió la autoría de muchos de sus textos, gracias al hallazgo de una de las colecciones personales de Dickens con los nombres anotados al margen.

Otro ejemplo es el de Charlotte Riddell conocida por sus excelentes cuentos de fantasmas. Sin embargo, Riddell firmaba sus obras como J. H. Riddell, probablemente con la intención de evitar la discriminación que sufrían las mujeres escritoras de aquella época. Al no estar ligada a un nombre femenino, Riddell pudo alcanzar mayo aceptación y reconocimiento por su trabajo.

En cuanto a la temática navideña, las obras de las damas victorianas no se diferencian significativamente de las de los hombres. Sus textos se centran en la festividad, el espíritu, y suelen tener en común que transcurren en Navidad, destacando valores como los buenos sentimientos, el amor generalizado, la reconciliación, la familia, el amor al prójimo, la caridad, la generosidad y la alegría.

Además, es sabido que los victorianos disfrutaban leyendo relatos de fantasmas o de misterio frente al fuego durante las fechas navideñas, y las damas victorianas demostraron ser hábiles en escribir este tipo de historias. Un ejemplo notable es el cuento “Un extraño juego navideño” (1868) de Charlotte Riddell, que muestra su maestría en el género.

Al igual que la narrativa corta victoriana, las hermanas Brontë también incluyeron la Navidad en sus obras clásicas, aunque no como tema principal. En novelas como “Cumbres Borrascosas” de Emily Brontë y “Jane Eyre” de Charlotte Brontë, la Navidad se utiliza como telón de fondo para describir la atmosfera y la celebración de la época.

Las hermanas Brontë ofrecen una visión única y vívida de cómo se celebraba la Navidad en la Inglaterra del siglo XIX. En sus obras, se describen, las noches de bailes, los banquetes, la nieve, los platillos tradicionales, el pastel de Navidad, los villancicos, la orquesta tocando y el espíritu de celebración y esperanza que invade a los personajes. Estas descripciones no solo añaden profundidad y riqueza a las tramas, sino que también proporcionan un vistazo fascinante a la cultura y las tradiciones navideñas de la época.

Fue durante el Porfiriato que la Navidad en México adquirió un carácter más europeo y aristocrático, influenciado por las tradiciones francesas e inglesas traídas por empresas extrajeras por las empresas mineras y petroleras. Las celebraciones se volvieron más sofisticadas, con cenas formales y adornos lujosos. Además, la popularización de la Navidad victoriana, que se había extendido por el mundo gracias a la industria editorial, también jugó un papel muy importante en esta transformación. A través de periódicos, revistas y libros, los mexicanos se familiarizaron con el referente de la Navidad victoriana y adoptaron muchas de sus costumbres, adaptándolas a su propia cultura y tradiciones.

Es cierto que leer nos hace viajar y leer este artículo nos permite descubrir las raíces de algunas de las tradiciones navideñas y, al mismo tiempo, sumergirnos en la literatura victoriana. A través de las obras de las damas victorianas podemos transportarnos a otro momento y otro mundo que, aunque ya no existe, sentó las bases de la modernidad. La sociedad victoriana fue el inicio de una construcción social compleja y variada.

La literatura navideña victoriana es un excelente reflejo de esa sociedad para la que fue escrita, revolucionada en unos aspectos y conservadora en otros, con gran crecimiento económico pero una brecha social terrible, con una mujer al mando, marcando tendencias, pero con la mayoría anónimas y silenciadas.

Después de conocer la tradición de leer frente al fuego en familia, tal vez, sería lindo retomarla, y quizás, sea buena idea que esta próxima Nochebuena o el día de Navidad leamos juntos en voz alta un texto navideño victoriano.

Espero que hayan disfrutado nuestro ultimo viaje literario del 2024 de Tinta Rosa y nos vemos en 2025. Les deseo una Feliz Navidad y un Prospero Año Nuevo. 

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Fuentes:

• Barasorda, Juan Mari. “NAVIDADES VICTORIANAS: DE DICKENS A CHESTERTON. EL ESPÍRITY DE LA NAVIDAD.” Moon Magazine, Dic 2020: 1-29. Accedido el 17 de diciembre de 2024 (Link unavailable).
• Flood, Alison. “Dickens’s marginalia reveal famous contributors to his journal”. The Guardian, 13 de julio de 2015.
• Pérez Pérez, Miguel Ángel. Cuentos Victorianos de Navidad. España, 2021. 2.^da Ed.

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