Desde hace aproximadamente 30 años se observa un decremento en la tasa de fecundidad en México. Es decir, cada vez hay menos nacimientos. De acuerdo con el INEGI, en los años 70, una mujer tenía en promedio siete hijos o hijas. Para el 2014 la cifra había bajado a 2.2 y en 2020 la tasa de fecundidad se encontraba en 1.9 hijos(as) por mujer, cifra que se considera por debajo de la tasa de reemplazo y que desde el punto de vista demográfico es lo recomendable, para poder tener un crecimiento poblacional equilibrado.
Escrito por: Ana Luisa Nerio Monroy
Existen factores de salud, sociales, culturales y económicos que pueden contribuir a explicar el porqué de este cambio. En este texto me voy a referir a uno que ha sido explorado, visibilizado y defendido en años recientes, sobre todo en Europa y Estados Unidos, pero todavía muy poco en México: la no maternidad elegida.
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El deseo de ser madre no es universal ni innato, esa es una creencia cultural que por años ha perseguido a las mujeres. No existe eso del instinto natural de ser madre, aunque a muchas personas les cueste trabajo entenderlo, aceptarlo y respetarlo. En 2011 la psicóloga Jody Day acuñó el término NoMo, que significa “not” y “mother”, para referirse a la decisión y situación de “no madre” en la que se encuentran muchas mujeres. NoMo nació como un término que se convirtió en un movimiento que surgió para apoyar emocionalmente a las mujeres que, como Day, no podían ser madres por distintas razones, entre ellas, los problemas de fertilidad. El movimiento se ha ampliado para hacer visibles los derechos de mujeres que eligieron no ser madres o aquellas con otros motivos para no procrear.
Y es que como han señalado muchas feministas, la maternidad no es un destino, es un trabajo de amor y como todo trabajo debe ser deseado y elegido. Elegir no ser madre es una experiencia tan única y diferente como sí serlo. Pero aún hoy en día, con todo el avance de los derechos de las mujeres y del feminismo, resulta que elegir no ser madre es una especie de lucha constante para no ser discriminada o estigmatizada. Medios de comunicación, familia y sociedad bombardean a las mujeres con mensajes que cuestionan su falta de deseo de tener descendencia. ¿Y para cuándo un hijo? ¡Se te están pasando los años! ¡Te vas a arrepentir de no tener hijes! ¿Te vas a perder de la experiencia maravillosa de ser madre? ¿Quién te va a cuidar cuando seas vieja?
Alrededor de la no maternidad elegida (y también de la que por otras razones no se da, por supuesto), se presentan un montón de cuestionamientos. Pero considero que es sobre la no maternidad elegida sobre la cual existe aún mayor estigma. ¿Cómo es que una mujer puede decidir, elegir, de manera libre, voluntaria, consciente que no quiere ser madre, ni ahora no nunca? Aún resulta chocante para muchas culturas y sociedades que una mujer no tenga “instinto maternal”, aún pareciera que, al nacer mujer, ya naces con el “chip” de la maternidad, con ese instinto. Y resulta que no. Que hay mujeres que desean ser madres y otras que no.
Las mujeres que eligen no ser madres no tienen problemas psicológicos, no son odiadoras de niñas y niños y no son seres egoístas. Existen historias personales, razones culturales, sociales y económicas, circunstancias de vida que pueden llevar a una mujer a decidir no ejercer su derecho a la maternidad. Si bien se ha observado que las mujeres con más años de estudio y en zonas urbanas suelen tener menos hijos o no tenerlos, por lo que el proyecto de vida profesional puede ser un importante factor para elegir no ser madre, esta no es la única razón. Muchas mujeres no encuentran la pareja adecuada con quien compartir un proyecto de materno-paternidad o de familia.
En países como México y en el resto de América Latina, las mujeres son las principales responsables de la crianza y no existen las estructuras culturales y sociales, ni los apoyos institucionales para que puedan gozar de sus maternidades con derechos como salud, educación, trabajo, esparcimiento y seguridad, sin perder autonomía, independencia e individualidad.
Alrededor del “Día de las Madres”, celebrado en nuestro país cada 10 de mayo, se señala la importancia de la maternidad y los derechos, retos y desafíos que nuestra sociedad tiene para que las mujeres puedan elegir ser madres de manera sana, libre, feliz y gozosa. Pero también es tiempo de que reflexionemos sobre el derecho que tienen las mujeres de elegir no ser madres. Dejar de estigmatizar y discriminar a las no madres, es necesario para avanzar en el reconocimiento de los derechos humanos de las mujeres desde un verdadero enfoque integral y con perspectiva de género.
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Fuentes consultadas:
INEGI: Nuevo escenario de baja fecundidad en México a partir de información censal, enero 2022. En Edición: Vol.12, Núm. 3 por Cecilia Inés Gayet and Fátima Juárez.
Gaceta UNAM: “Mujeres NoMo: Decisión de no tener hijos”, enero 2020.
Gaceta UNAM: NOMO´s, diciembre 2016.
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