Escrito por 12:00 am 2015, MS en Excélsior, Salud

La obesidad, la diabetes y los refrescos

por Mario Luis Fuentes

De acuerdo con estudios del Instituto Nacional de Salud Pública, las personas que consumen refrescos enfrentan riesgos hasta 80% mayores de enfrentar obesidad y diabetes; las niñas y niños que consumen refrescos tienen 2.4 veces más probabilidades de padecer sobrepeso u obesidad que aquellos que no lo hacen; en México, 6 de cada 10 defunciones en personas menores de 45 años están asociadas al consumo de bebidas azucaradas.


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El Artículo Cuarto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos tiene un conjunto de párrafos que justifican plenamente adoptar medidas de protección a la salud, y particularmente en favor de las niñas y los niños.

En efecto, el contenido del Artículo dice: Toda persona tiene derecho a la alimentación nutritiva, suficiente y de calidad. El Estado lo garantizara…Toda persona tiene derecho a la protección de la salud. La ley definirá las bases y modalidades para el acceso a los servicios de salud y establecerá la concurrencia de la Federación y las Entidades Federativas en materia de salubridad general…Toda persona tiene derecho al acceso, disposición y saneamiento de agua para consumo personal y doméstico en forma suficiente, salubre, aceptable y asequible. El Estado garantizara este derecho…”

Si lo anterior no fuese suficiente, el propio  Artículo 4º de la Constitución garantiza que en todo momento se debe vigilar el estricto cumplimiento del Interés Superior de la Niñez; el texto íntegro dice: “En todas las decisiones y actuaciones del Estado se velará y cumplirá con el principio del interés superior de la niñez, garantizando de manera plena sus derechos. Los niños y las niñas tienen derecho a la satisfacción de sus necesidades de alimentación, salud, educación y sano esparcimiento para su desarrollo integral. Éste principio deberá guiar el diseño, ejecución, seguimiento y evaluación de las políticas públicas dirigidas a la niñez”.

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Desde esta perspectiva, los problemas relativos a la obesidad, y en particular a la obesidad infantil, así como al comportamiento epidemiológico y la carga de mortalidad y morbilidad que representan padecimientos como la diabetes mellitus, las enfermedades hipertensivas, así como las enfermedades renales, obligan a plantear un conjunto de medidas, tanto de salud pública, como de corte fiscal, a fin de evitar que más personas enfermen de padecimientos que son altamente prevenibles y en los cuales influyen de manera sobresaliente las bebidas edulcoradas, fundamentalmente las conocidas como “refrescos”, en tanto sus efectos e impacto en la salud de las y los mexicanos.

La obesidad, la diabetes y los refrescos

Juan Rivera, Anabel Velasco y Ángela Carriedo han presentado -desde el Centro de Investigación en Nutrición y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública-, diversos resultados de estudios en los que se muestra el elevado impacto que tiene el consumo de refrescos en la salud de las personas; resulta pertinente citar los siguientes:

• Las bebidas que contienen azúcares añadidos (sacarosa, jarabe de maíz alto en fructosa), se asocian con un mayor riesgo de aumentar de peso y por lo tanto, desarrollar sobrepeso y obesidad, así como otras enfermedades cardiovasculares como diabetes, síndrome metabólico, hipertensión.

• El evitar consumir bebidas azucaradas o refrescos y sustituirlos por agua simple y bebidas no calóricas, ha demostrado que previene la ganancia de peso en individuos con sobrepeso. El efecto es muy pequeño en individuos con peso normal.

• En el estudio longitudinal de Framingham, aquellos sujetos que consumían más de un refresco por día presentaron un 37% más riesgo de tener obesidad en comparación con los no consumidores.

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• Niños con consumo habitual de bebidas azucaradas entre comidas tuvieron 2.4 veces más probabilidad de tener sobrepeso al ser comparados con niños no consumidores. El consumo elevado de bebidas azucaradas en niños y adolescentes predice una importante ganancia de peso en la edad adulta.

• Por cada 150 kilocalorías/persona/día (12 onzas bebidas azucaradas) introducido por persona al día en el sistema de alimentos de un país, la tasa de diabetes aumenta 1.1 %.

• Los países con mayor disponibilidad de jarabe de maíz de alta fructosa, endulzante ampliamente usado en México en las bebidas azucaradas, tienen alrededor de 20% de mayor prevalencia de DM2 independientemente de la obesidad.

• La evidencia sugiere que individuos con alto consumo de bebidas tienen hasta 83% mayor riesgo de desarrollar DM2 (Diabetes Mellitus Tipo II), frente aquellos que no consumen.

• En un estudio de mortalidad por consumo de bebidas azucaradas encontraron que en el mundo, 655,000 de las muertes fueron atribuibles al consumo de bebidas azucaradas, incluyendo 369,000 por diabetes, 258,000 por ECV y 28,000 por diferentes tipos de cáncer. En México 6 de cada 10 muertes se atribuyen al consumo de bebidas azucaradas en adultos de menos de 45 años.

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Un gasto de peso

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Gasto en los Hogares (INEGI, 2013), de los 31 millones de hogares que hay en el país, hay alrededor de 9.5 millones que no disponen agua entubada al interior de la vivienda; mientras que 1.21 millones obtienen el agua directamente de ríos, arroyos o pozos.

La propia Encuesta indica que el gasto promedio anual por hogar, en bebidas no alcohólicas y alimentos, una suma de 39,287 pesos; una suma muy alta si se considera que el 60% de las personas que laboran obtienen ingresos por debajo de los 2,400 pesos mensuales. En efecto, el capítulo señalado es el de más alto impacto para el bolsillo de los hogares pues uno de cada cuatro pesos que se gasta en el país, es justamente en el capítulo de alimentos y bebidas.

*Columna publicada con el mismo nombre en el periódico Excélsior, 25- Agosto- 2015, p.19

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