La participación ciudadana de la Consulta Popular

La Consulta Popular a celebrarse el próximo primero de agosto, en menos de dos meses de la elección del pasado 6 e junio, es la primera que, a nivel federal se lleva a cabo de acuerdo con lo dispuesto tanto por nuestro marco Constitucional como por la Ley General de Consulta Popular.

Sigue al autor Mtro. Fernando Díaz Naranjo en Twitter @fdodiaznaranjo

Este ejercicio esta considerado como un mecanismo directo de participación de la ciudadanía en la que puede, con su opinión manifestada en una papeleta, aprobar o rechazar una o varias propuestas planteadas sobre temas que se consideran de interés público.

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En esta ocasión, las y los ciudadanos inscritos en el listado nominal de electores podrán participar para responder SI o NO respecto de la siguiente pregunta:

¿Estás de acuerdo o no en que se lleven a cabo las acciones pertinentes con apego al marco constitucional y legal, para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos, encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas?

Asimismo, la papeleta tendrá algunos parámetros de identificación para ordenar la participación ciudadana como la entidad, el distrito electoral y municipio o alcaldía en caso de residir en la Ciudad de México.

Ahora bien, es importante referir, de acuerdo con lo que mandata nuestra propia Constitución Política como la Ley en la materia, para que dicho ejercicio sea vinculante deberá participar el 40% de la ciudadanía inscrita en el listado nominal.  Esto significa que, si para la elección de junio se tenía un listado de 93 millones, 528 mil, 473 ciudadanas y ciudadanos, será necesario la participación de 37 millones, 411 mil, 390 personas.

En este sentido, ¿podríamos considerar que para este ejercicio pueda participa un porcentaje de esta magnitud?  De entrada, existen varios supuestos.  El primero, es que hay quienes han asegurado que, si bien en la elección de junio participó casi el 53%, la mayor asistencia a las urnas para una elección intermedia en el presente siglo, éste puede ser un ingrediente para considerar que habrá una óptima participación.  Mi punto de vista es distinto.  No es lo mismo un ejercicio en donde la gente vota por cargos de elección popular que conoce las propuestas de los contendientes a través de campañas que un ejercicio de participación ciudadana que, además, es novedoso a nivel federal.

Para poder comprender la magnitud de lo que estoy refiriendo, es relevante voltear a ver lo que sucede, por ejemplo, en la Ciudad de México en donde desde hace muchos años se llevan a cabo ejercicios de participación ciudadana para obtener elementos de identidad que permitan delimitar diverso territorio de algún pueblo originario, para opinar sobre la reforma energética, para la realización de una Consulta Verde, un Plebiscito sobre los segundos pisos del periférico, las Consultas del Presupuesto Participativo, por mencionar algunos.

Lo característico de estos ejercicios es que, los que han coincidido en su realización con alguna elección constitucional, registran una participación ciudadana muy por abajo del ejercicio electivo.  Así, en 2018, año en que en la Ciudad de México la población pudo votar por Presidente de la República, Senadores, Diputados o Diputadas Federales, por los y las legisladoras del Congreso local, por Alcaldes, Concejales y, por supuesto, por la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, en la Consulta sobre el Presupuesto Participativo de ese mismo año donde la población puedo elegir diversos proyectos que beneficien su entorno, participaron poco más de 290 mil ciudadanas y ciudadanos.  En cambio, en la elección participaron poco más de 5 millones, 260 mil electoras y electores.

Esto significa que no porque se haya registrado una óptima participación en la elección de junio, pueda esperarse el mismo porcentaje de participación en la Consulta Popular del 1º de agosto.  No obstante, estos ejercicios se inscriben como herramientas de participación directa de la población que siempre serán importantes en un sistema democrático como el nuestro.

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