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La pobreza oficial y la Pobreza laboral

El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) publica dos cuantificaciones de prevalencia de la pobreza: una es la medición multidimensional de la pobreza, y la otra la pobreza laboral. El propósito de estas líneas es indagar acerca de las relaciones conceptuales entre ellas intentando establecer sus vínculos.

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La medición multidimensional, hasta ahora, se ha calculado bienalmente a partir de 2008 empleando datos de las Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y a fines de julio o principios de agosto del presente año (2023) se dará a conocer la pobreza en México, del año 2022. La segunda, la pobreza laboral, se calcula trimestralmente con los datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) y se da a conocer pocos días después de que el INEGI hace pública la información relativa al comportamiento del mercado de trabajo. La serie del índice de tendencia laboral de la pobreza inicia el primer trimestre de 2005.

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A partir del año 2009 el CONEVAL ha dado a conocer los resultados de la medición multidimensional de la pobreza los años impares, referidos al año inmediatamente anterior. La medición oficial se apega a las normas de la Ley General de Desarrollo Social (LGDS) que define siete grandes dimensiones que se deben considerar para dar cuenta de la pobreza: bienestar económico, rezago educativo, acceso a la seguridad social, acceso a la salud, calidad y espacios de la vivienda, servicios de la vivienda y acceso a la alimentación nutritiva y de calidad. La combinación de estas dimensiones da origen al porcentaje de pobres y pobres extremos de acuerdo con las definiciones establecidas por la medición multidimensional de la pobreza (CONEVAL 2009). Las series estadísticas con el porcentaje y el número de mexicanos en condición de pobreza, así como la evolución de las carencias en las siete dimensiones están disponibles desde 2008 en adelante.

Si bien las ENIGH se levantan en años pares, sus resultados suelen darse a conocer hacia fines de julio del año siguiente y pocos días después se publican las cifras de pobreza. Así cada administración conoce sólo dos mediciones de pobreza útiles para informar a su política pública, por ejemplo, el gobierno actual supo en 2021 la prevalencia de la pobreza en el año 2020 y hacia fines de julio o principios de agosto de este año (2023) tendrá los datos de pobreza 2022. En 2025, ya fuera del período de esta administración, se dará a conocer la pobreza en 2024. El ritmo del cálculo entrega sólo un dato útil para orientar la política de atenuación de la pobreza en cada período presidencial (2021 en el ejemplo), o en el mejor de los casos dos, si se considera que el dato de este año (2023) referido a 2022 pudiese gatillar modificaciones en la política social, tomando en cuenta que a la fecha ya ha empezado la contienda electoral de cara a la elección presidencial de 2024.

Para satisfacer la demanda de información oportuna y útil para enmendar o enfatizar los programas sociales dedicados a paliar la pobreza “El CONEVAL creó el Índice de Tendencia Laboral de la Pobreza (ITLP) que permite conocer cada trimestre la evolución del poder adquisitivo del ingreso laboral a nivel nacional y para cada una de las 32 entidades federativas. La fuente de información empleada es la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) que genera el INEGI. Este índice muestra la tendencia del porcentaje de personas que no puede adquirir la canasta alimentaria con el ingreso laboral. Si el Índice sube, significa que aumenta el porcentaje de personas que no pueden comprar una canasta alimentaria con su ingreso laboral”. (https://www.coneval.org.mx/Medicion/Paginas/ITLP_ITLP_IS.aspx). La serie del ÍTLP inicia en el año 2005.

El propio CONEVAL publica el comportamiento de la prevalencia de la pobreza laboral, cada año a partir de 2013, definida como la proporción de personas en los hogares cuyos ingresos per cápita son inferiores a sus correspondientes líneas de pobreza alimentaria (urbana y rural)[1]. (https://www.coneval.org.mx/Medicion/Paginas/Indice-de-la-tendencia-laboral-de-la-pobreza-(ITLP).aspx).

Para calcular la pobreza laboral (ya sea su tendencia o su prevalencia) se compara el valor de la canasta de bienestar mínimo o valor de la canasta alimentaria promedio de cada trimestre en los ámbitos rural y urbano, con el ingreso laboral per cápita que resulta del cociente entre la suma de los ingresos laborales mensuales de los integrantes de los hogares (provenientes de la ENOE) divididos entre el total de miembros. Se genera así el ingreso laboral per cápita de cada hogar que se atribuye a cada uno de sus integrantes. La suma de personas que tienen un ingreso laboral per cápita inferior al valor de la canasta alimentaria, según su ámbito de residencia (rural o urbano) se catalogan como pobres. La prevalencia de la pobreza resulta de dividir esta última suma entre el total de habitantes del país. (https://www.coneval.org.mx/Informes/ITLP/Anexo%20tecnico%20ITLP.pdf).

Por otra parte, la medición multidimensional de la pobreza distingue el espacio del bienestar, y el de los derechos sociales. En el primero se catalogan como pobres extremos todos los hogares, y cada uno de sus miembros, en los casos en que el ingreso corriente total per cápita de cada hogar resulte ser menor a la línea de bienestar mínimo per cápita (valor de la canasta alimentaria por persona), o como pobres si el ingreso por persona es menor que la línea de bienestar per cápita (valor de la canasta completa que incluye la línea de bienestar mínimo), distinguiendo ámbitos rural y urbano. Para referirse a la pobreza extrema por ingreso suele usarse la expresión “Población con ingreso inferior a la línea de bienestar mínimo” y a la pobreza por ingreso con la etiqueta “Población con ingreso inferior a la línea de bienestar.

Adicionalmente se calcula el “índice de privación de los derechos sociales” que sintetiza las carencias en el segundo espacio, el de los derechos sociales. Mide, en esencia, el número de derechos vulnerados a cada persona (CONEVAL 2009: 40 y 41).

Las definiciones de la medición multidimensional de la pobreza se basan en ambos espacios. De este modo, se define que una persona está en situación de pobreza multidimensional “cuando no tiene garantizado el ejercicio de al menos uno de sus derechos para el desarrollo social, y si sus ingresos son insuficientes para adquirir los bienes y servicios que requiere para satisfacer sus necesidades” (CONEVAL 2009: 38), y una persona está en situación de pobreza multidimensional extrema “si dispone de un ingreso tan bajo que, aún si lo dedicase por completo a la adquisición de alimentos no podría adquirir los nutrientes necesarios para tener una vida sana; y además presenta tres o más de las seis carencias sociales” (CONEVAL 2009: 43).

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De los conceptos de pobreza incluidos en la medición multidimensional el que más se aproxima al de pobreza laboral es el “porcentaje de población con ingreso inferior a la línea de bienestar mínimo”, o sea el porcentaje de personas con ingreso inferior al valor de la canasta alimentaria. En efecto, ambas se limitan a la dimensión económica (o de bienestar en la terminología de la medición multidimensional) y miden la pobreza en relación al valor de la canasta alimentaria, definida y evaluada en los ámbitos rural y urbano. Además, las dos formas de medir la pobreza asignan a cada persona el ingreso per cápita de su hogar. Sin embargo, difieren en que los ingresos que proporciona la ENOE corresponde a las entradas monetarias obtenida por sueldos, salarios o jornal o “lo que le deja su negocio”,  en tanto que el ingreso corriente total que proporciona la ENIGH, que se usa en la medición multidimensional incluye, además, otras fuentes de ingresos que forman parte de las remuneraciones del trabajo, tales como comisiones, pago por honorarios, propinas, bonos, pago en vales, así como ingresos no monetarios imputados, transferencias (jubilaciones y pensiones, remesas, los apoyos de los programas sociales, etc.), ingresos provenientes de rentas del capital y otros ingresos. Como consecuencia de estas consideraciones, el porcentaje de población en situación de pobreza extrema por ingresos en la medición multidimensional tenderá a ser siempre menor que la pobreza laboral.

En fin, volviendo al tema central de este artículo, el posible uso del índice de pobreza laboral para estimar la pobreza extrema por ingresos, que es parte del índice oficial de medición de la pobreza, debe tomar en cuenta que a pesar que las prevalencias de la pobreza en ambas mediciones difieren, aún cabe la posibilidad de tener buenas predicciones (por ejemplo, si se identificase una relación estrecha y estable entre ambas series),  cuyo éxito depende del comportamiento en el tiempo de las fuentes de ingreso que no registra el ingreso de la ENOE, pero sí la ENIGH: parte de las remuneraciones del trabajo, rentas del capital, el ingreso no monetario, los otros ingresos y las transferencias. En efecto, si estos componentes del ingreso corriente total tiene un despliegue conocido a lo largo del tiempo será posible disponer de estimaciones relativamente precisas, como sería el caso, por ejemplo, en que el porcentaje de las fuentes de ingreso no consideradas en la ENOE, respecto a las incluidas, se mantuviese constante, o presentara un crecimiento, o un decrecimiento, regular en el tiempo; pero la estimación se debilitará en aquellas situaciones en que predominasen fluctuaciones irregulares, como sería el caso, por ejemplo, si las remesas provenientes del exterior sufriesen variaciones fuertes y no sistemáticas a lo largo del tiempo, o la política de transferencias monetarias gubernamentales experimentase variaciones no sistemáticas, ya sea por aumentos en los montos de los apoyos, o por la mejora irregular en la cobertura temporal de los programas sociales.

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Referencia

Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (2009), Metodología para la medición multidimensional de la pobreza en México, México D.F. CONEVAL


[1] Nótese que en esta cita la definición del CONEVAL se refiere a la prevalencia de la pobreza laboral (porcentaje de trabajadores cuyo hogar tiene un ingreso laboral per cápita menor que el valor de la correspondiente línea de pobreza- rural o urbana), lo que difiere del índice de tendencial laboral de la pobreza que informa sobre sus variaciones trimestrales  con respecto al primer trimestre de 2010.

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