Escrito por 5:00 am Andrea Rodríguez, Notas

La prepa en línea … siempre SI funciona

Durante el 2019 surgieron fuertes rumores que la prepa en línea SEP desaparecería. Esta idea estaba sostenida por el retraso de pago de por más de 6 meses a los facilitadores, además de la amenaza por parte de la Secretaría de no pagar aguinaldos ni otras prestaciones de ley[i]. Esta noticia les cayó como agua helada a muchos estudiantes que sólo tenían esta opción para cubrir el bachillerato.

“El saber en la actualidad se extrae de un individuo en permanente circulación”

Deleuze

Por Andrea Rodríguez. Síguela en Twitter: @AndreaRodrguez2

La pregunta resulta necesaria, ¿por qué tanto desprecio a la educación a distancia?

La precaria situación de la prepa en línea, la mediocre producción de contenido educativo, el modelo a distancia emergente para salvar el año escolar, la poca inversión en hardware y software educativo sostienen esta interrogante.

Por si faltaba algo más, el recorte del 97.6% al bachillerato on line y la propuesta de contratar a los profesores vía outsourcing (una práctica neoliberal) y con contratos que omitían prestaciones de ley[ii], hecho que no es nuevo e incluso es recurrente en instituciones educativas como el ILCE (Instituto Latinoamericano de Comunicación Educativa o Televisión Educativa (antes DGTVE).

Sin embargo, el denunciar la realidad únicamente es el primer paso para transformarla. Y para ello habría que poner mucha atención en lo que sucede en el entorno social. Vygotsky, pedagogo ruso afirmaba que el desarrollo cognitivo proviene de la sociedad. El aprendizaje de un individuo está determinado por el entorno sociocultural, en donde los padres y la familia tienen un rol determinante.  

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La teoría de Lev Vygotsky puede aplicarse en este atípico regreso a clase si se tienen las siguientes consideraciones; los padres como principales operadores de las herramientas culturales de adaptación están obligados a conocer y entender el modelo de educación a distancia; los profesores tendrían que visibilizarse en pantalla, no un actor, un docente desde su aula, que sería su mejor escenografía para trabajar la empatía con los alumnos.

El aprendizaje es un acto social, y la televisión es un medio masivo de comunicación, y el corazón de un programa educativo tendría que ser un lenguaje que active funciones mentales elementales, como la atención, las sensación o emociones, la percepción y la memoria. Es deseable un contenido atractivo y útil, además de una producción de alta calidad tecnológica, pero lo más importante es un niño o niña motivada a aprender. Y eso no se logra sólo. Es una meta que surge de lo social, de los moldes culturales, de un patrón a seguir. 

Por lo anterior, el fin educativo no lo hace el sistema por el que se aprende sino el deseo mismo por lograrlo, el cual probablemente esté motivado por una imagen exterior. De ahí la importancia de los ejemplos, punto peligroso. Vygotsky señala que también hay implementación de herramienta de adaptación intelectual en las creencias, valores y moral que afectan el proceso cognitivo de un individuo. No es una cuestión menor que los niños observen conductas inapropiadas o acciones de doble moral que les implique confusión. También se aprenden los actos que dañan y perjudican a otros, y por la consolidación de la adaptación intelectual dichas acciones se normalizan.

De esta manera se conoce el mundo, al socializar con los otros, por eso la relevancia del juego, del recreo, incluso del trabajo en equipo, lo recurrente en las escuelas. Ahora los niños deberán encontrar a esos amigos entre sus familiares y crear esos espacios, entre cuatro paredes, los de su casa.

Como dice Gilles Deleuze, una persona sabe más de acuerdo con la magnitud de sus movimientos, de sus alcances y búsquedas. Ahora en este nuevo contexto pedagógico, las familias, en particular los progenitores deberán aprender tareas tan básicas como reprogramar sus televisores para ver los canales educativos que se transmitirán en las señales espejo de los medios privados, (gracias a la multiprogramación que permite la TV digital), hasta convertirse en facilitadores educativos.

Al igual que en la prepa en línea, se requiere de un profesor que acompañe al alumno en el proceso de aprendizaje. Así funciona el modelo de educación a distancia, y así funciona el alumno mexicano necesita un guía. El autodidactismo todavía es lejano para la mayoría. Posiblemente poco efectivo desde la teoría sociocultural de Vygotsky, en donde el conocimiento se obtiene por la vía colectiva.

En este sentido fantasear no cuesta nada, la transmisión en vivo de las clases sin duda causaría una emoción distinta para los alumnos. Ver a cuadro a sus verdaderos profesores sería emular una realidad parecida a sus aulas. La experiencia acercaría a los implicados en la clase al provocar curiosidad del contenido de la lección.

Sin duda, se construye una relación distinta con el alumno si su profesor es quien le habla a través de la televisión, no sería osado que las televisoras destinaran recursos para lograr la bidireccionalidad de la producción educativa. Los profesores lograrían tener comunicación con sus alumnos en tiempo real a través de las redes sociales. Esto le daría a una clase interactividad, tendría otro matiz didáctico. Lo anterior es posible, si en efecto existe un verdadero compromiso de las televisoras privadas con la educación del Estado.

 Al igual que para los matriculados de la prepa en línea, para millones de niños de educación básica la preparación que brinda en Estado es la única salida para sobrevivir en un entorno económico adverso que demanda la profesionalización o especialización. Habría que tener en cuenta que la educación si hace la diferencia en un mundo de contrastes socioculturales tan marcados.

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[i] Recuperado de https://www.animalpolitico.com

[ii] Recuperado de https://www.animalpolitico.com/2019/10/recorte-presupuesto

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