La recuperación desigual en los estados

El año inició no solo con el ascenso vertiginoso de casos confirmados de Covid, sino también con un cambio negativo en las expectativas de recuperación. Esta se desaceleró desde mediados de 2021, y la información reciente de INEGI señala ya una tendencia hacia un desempeño económico muy mediocre, e incluso hacia un posible estancamiento.  Más allá del agregado nacional, ¿qué está ocurriendo en los estados y en las regiones?

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Las entidades se estaban comportanto de forma muy diferenciada antes de la crisis de 2020, la padecieron de maneras distintas y luego se empezaron a reactivar también de modos muy desiguales. Es lo que viene pasando desde hace muchas décadas y lo más probable es que eso continúe así en el futuro. Importa mucho, sin embargo, que las regiones más rezagadas no se sigan atrasando más en relación a las que van mejor, pues, de lo contrario, se acentuarán las brechas de bienestar entre las poblaciones de los estados.

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Hasta la crisis del Covid-19 había una tendencia muy clara entre los estados de menor y mayor crecimiento productivo. Este cuadro lo ilustra en sus dos primeras columnas. En la tercera columna se identifica el nivel de impacto de la crisis de 2020, sobre lo cual se comenta más adelante.

Si se mira desde 2001 hasta el 2020, se ven ocho estados que crecieron al doble del promedio nacional. En esta lista se encuentran los que han fincado su expansión en la industria, los servicios y  las exportaciones, como Aguascalientes, Querétaro, Nuevo León, Guanajuato y San Luis Potosí, o las que tuvieron un crecimiento acelerado por el turismo y la atracción migratoria, como Baja California Sur y Querétaro.

Las entidades que menos han crecido durante el siglo tienen también una composición heterogénea, pues están las más afectadas por la crisis petrolera y la de su industria asociada, destacadamente Campeche, pero también Tabasco y Veracruz; las que tradicionalmente han tenido menor dinamismo por sus condiciones estructurales, como Chiapas, Oaxaca y Guerrero, y otras por razones más variadas, como Tlaxcala y Morelos.

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Esta agrupación puede simplificar las cosas, pero en términos más generales, los estados de mejor desempeño son los más vinculados al empuje externo, sea de exportaciones manufactureras o de servicios, y los más rezagados son los que se siguen basando en actividades petroleras y tradicionales. Es una imagen muy general, pues dentro de todas las entidades hay ciudades o microregiones que escapan a descripción tan amplia.

La crisis de 2020 fue la más intensa desde la Gran Depresión, y afectó a todos los estados, con la excepción de Tabasco, que incluso tuvo un crecimiento de 3.5 por ciento anual, por la recuperación petrolera de ese año, principalmente. Todos los demás estados vivieron un retroceso, pero con muchas diferencias entre sí. Los casos extremos fueron Quintana Roo y Baja California Sur, con un desplome de 24.1 y 23.5 por ciento, respectivamente, que les llevará años superar, sobre todo se si prolonga la afectación al turismo por el Covid.

Además del intenso efecto en las entidades con mayor peso turístico, la crisis se ensañó con las que tienen más industria exportadora, pero también con las que dependen más de los servicios, como la Ciudad de México. Sin embargo, varios de los estados que ya venían desempeñándose por debajo de la tendencia nacional, también tuvieron un alto impacto en 2020, como Campeche, Tlaxcala, Guerrero, Veracruz y Morelos, lo que les está afectando en la incipiente recuperación y puede agravar su condición de de rezago en los próximos años.

¿Cómo venía la recuperación en 2021? Hasta antes de que empezara la desaceleración, sobre todo en el último trimestre, también había un comportamiento diferenciado. Se estima que para todo 2021, estados como Baja California Sur, Quintana Roo, Nayarit, Guerrero, Tabasco, Baja California, Nuevo León y Yucatán, hayan crecido por encima del promedio nacional. Estados como Campeche, Michoacán, Morelos, Sonora, Tamaulipas y Veracruz no habrían llegado ni a la mitad de ese promedio.

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Viendo las grandes regiones, según el Banco de México el Norte y Centro Norte se recuperaron mejor hasta el tercer trimestre de 2021, y el Sur y el Centro lo lograron en menor medida, y además fueron más afectadas por la desaceleración que inició el tercer trimestre . Si se toma como referencia el inicio de la pandemia, solo la región Norte había regresado a ese nivel para el tercer trimestre de 2021, el Centro Norte estaba a punto de lograrlo, y la que estaba más lejos del nivel prepandemia era el Centro.

¿Qué puede esperarse para los próximos años? Ya teniendo en cuenta que para 2022 y los años siguientes se regrese al comportamiento tendencial de las dos décadas recientes, es probable que no todos los estados recuperen su pujanza, los que la tenían, pues habrá efectos diferidos que les afectarán en su desempeño, sobre todo en los que el turismo y los viajes tienen mayor peso relativo. Todo dependerá de la duración de la pandemia y de la recuperación de Estados Unidos, pero es previsible que las entidades de mayor diversificación y orientación hacia las exportaciones y la industria, recuperen un dinamismo mayor que el resto del país. Esto puede ampliar las brechas que ya antes de la pandemia separaban a los estados.

Este problema no está en el debate nacional ni en el horizonte de la política económica y social. La crisis de la pandemia se vive de formas muy diferentes en los estados, la recuperación está siendo muy desigual y para los próximos años nos podríamos encontrar un México más separado las diferencias territoriales. Es un aspecto que merece más atención.

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