Atención candidatas y candidatos a la presidencia, al Congreso y a cualquier otro cargo de elección: aprovechen las propuestas que se derivan de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición Continua (ENSANUT) 2022: están basadas en evidencias, son pertinentes y muy oportunas, y dan en el corazón de algunas de las patologías que más nos están enfermando y matando.
Escrito por: Enrique Provencio D.
La ENSANUT es uno de los esfuerzos sistemáticos más robustos de generación de información que se realizan en México, a cargo de la Dra. Tere Shamah, directora del Centro de Evaluación y Encuestas del Instituto Nacional de Salud Pública. La más reciente fue el 7º levantamiento en su nueva serie, iniciada en 2006, pero tiene antecedentes desde fines de los ochenta con las primeras encuestas de nutrición. Desde sus versiones iniciales, esta iniciativa ha permitido emitir alertas sobre las graves tendencias, por ejemplo del sobre peso y la obesidad, el consumo de alimentos y bebidas insanas, y sobre los crecientes padecimientos asociados.
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En esta ocasión, a partir de la ENSANUT 2022 la Revista Salud Pública de México https://saludpublica.mx/index.php/spm/issue/view/543 publicó un suplemento con 32 artículos muy valiosos, que profundizan en el análisis de los temas más destacados de tal encuesta. El suplemento cierra con un trabajo de Eduardo C. Lazcano-Ponce y Tere Shamah-Levy que sintetiza las principales recomendaciones de política pública acerca de los servicios de salud, la nutrición, la salud de niños y adolescentes, los factores de riesgo, la salud mental, las enfermedades crónicas y otras propuestas, todas derivadas del conocimiento derivado de este formidable ejercicio institucional, que es un ejemplo de lo que debería hacerse para conocer más a fondo otros grandes problemas nacionales, como la educación, la seguridad pública, los servicios urbanos y otros.
Las 58 recomendaciones que resumen Lazcano-Ponce y Shama-Levy son de urgente adopción y suponen una gran reforma institucional y de política en el sistema de salud de México. Abundan en argumentos para dejar atrás la fragmentación del acceso a la salud y su condicionamiento a las circunstancias laborales, avanzando hacia un sistema universal que no segmente el acceso a los servicios, la calidad de la atención, los medicamentos y todos los demás componentes de la atención, en grupos según tengan o no seguridad social.
Eliminar las disparidades de disponibilidad y de acceso requiere, y así lo recomiendan, ampliar la formación de recursos humanos y concretar la gratuidad de medicinas, consolidar la infraestructura y el equipamiento, afinar los métodos y tiempos de atención. El alejamiento de la población de los servicios públicos, y su creciente uso de los privados, entre los que están los consultorios adjuntos a las farmacias, dicen los autores, se debe a la distancia que tienen que transitar los usuarios, y a la prolongada espera para atenderse.
Las implicaciones de los cambios sugeridos suponen ejercer bien los presupuestos de salud, y los autores son precavidos al decir que hay que “generar evidencia” para aumentar el gasto público. Llaman a “reconocer la importancia de la detección oportuna, del diagnóstico y del tratamiento de enfermedades crónicas, las cuales son uno de los problemas más urgentes de atender en el país” (p. S 270). Extienden sus consideraciones a las campañas de vacunación, al cuidado en el uso de los antibióticos, el control de la ingesta de alimentos altamente calóricos, a la diversificación de los patrones alimentarios, al ejercicio físico, la atención a la salud mental, la educación temprana y el trato a los niños, la intoxicación por plomo y la prevención del suicidio, entre muchas otras medidas urgentes. Además, en esta ocasión la ENSANUT abrió una sección especial sobre el agua potable en los hogares, que arroja resultados preocupantes y suma evidencia a la necesidad de emprender toda una cruzada nacional para la seguridad hídrica y el cumplimiento del derecho al agua.
En la tradición de este formidable ejercicio, merece atención especial la desnutrición, el sobrepeso y la obesidad, entre niños y adolescentes y entre los adultos, la hipertensión arterial, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares, padecimientos de tan elevada prevalencia en México. El énfasis en los enfoques preventivos, el cuidado de los modos de vida, la atención prioritaria a los factores de riesgos, entre otras áreas de reforma, aparecen sin duda como prioridades en este trabajo que con tanto entusiasmo dirige y difunde Tere Shamah. Como mencioné en el primer párrafo, aquí tenemos, una propuesta de reformas a la salud en México, basada en evidencias y fundada en conocimientos riguroso generados por una institución pública y por un amplio grupo de personas dedicadas a la investigación en uno de los temas fundamentales para nuestro desarrollo. Hay que aprovechar las recomendaciones, sin duda.
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