En México, desde hace varios años, hay un evidente malestar ciudadano respecto de los resultados que tenemos en prácticamente todas las áreas y órdenes del gobierno. Al respecto, expertos como el doctor Juan Ramón de la Fuente afirman que «el malestar ciudadano viene de la inconformidad, del hartazgo de la gente en respuesta a la injusticia derivada de un modelo de desarrollo global que, sin dejar de tener algunas ventajas, al menos potenciales, ha abierto más la brecha entre los que tienen y los que no, entre aquellas pocas vidas que los gobiernos han decidido proteger en relación a aquellas que han decidido abandonar»
En efecto, en nuestro país la insatisfacción y demandas de los ciudadanos tienen que ver con la falta de inclusión, las profundas desigualdades, la corrupción, la violencia y la impunidad, los cuales se constituyen como los fenómenos más potentes que retienen el crecimiento de nuestra democracia.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental del Inegi, en 2017, 91 de cada cien ciudadanos afirmó que la corrupción es frecuente o muy frecuente en el país y en sus estados. Asimismo, el Índice de Percepción de la Corrupción 2017, de Transparencia Internacional, evidencia que el año pasado, México empeoró su posición en la medición, pues pasó del lugar 30 en 2016 al 29 en 2017.
Como correlato de la corrupción, se encuentra la impunidad, la cual, según lo revela el Índice Global de Impunidad, 2018, aumentó tanto en el ámbito global como en el de los estados de la República. Nuestro país ocupa el 4to lugar del Índice Global de Impunidad y encabeza la lista de países del continente americano con el índice más alto.
Mientras tanto, otros conflictos se han agravado, entre ellos, la violencia colectiva. De acuerdo con el secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, entre 2014 y 2017 se cometieron un total de 88,173 homicidios dolosos y se denunciaron 22,690 casos de extorsión. Además se tiene un registro de más de 30 mil personas no localizadas. Se trata de una violencia desbordada que ha llenado de luto y tristeza al país.
En palabras del doctor de la Fuente, la «sociedad mexicana se encuentra dolida porque se le ha sometido a tensiones muy fuertes. Por una parte, como resultado de la violencia y la inseguridad que cotidianamente nos agobia, pero también que ha sido agraviada porque no conoce la verdad».
En el marco del proceso electoral actual, es necesario que el próximo gobierno asuma el reto de generar y procesar un diálogo responsable sobre cómo resolver estos y los problemas que arrastramos desde hace varias décadas.
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