En 2018 hubo 934,019 hogares donde alguna niña o niño comió una sola vez al día o dejó de comer todo un día debido a la falta de recursos económicos. Asimismo, en 3.79 millones de hogares alguna persona adulta experimentó la misma situación crítica del hambre. Se trata auténticamente de una locura, pues, considerando los recursos de que dispone el país, resulta un absoluto despropósito.
El derecho a la alimentación es una garantía reconocida en el Artículo 4º Constitucional. Se trata de uno de los derechos humanos más relevantes, porque de una adecuada y sana alimentación depende el adecuado desarrollo y salud de las personas a lo largo de todos los ciclos de la vida.
En México, el cumplimiento de este derecho se encuentra fracturado, y hay millones de personas que todos los días enfrentan dificultades para satisfacer sus necesidades alimentarias mínimas. Así lo revelan los resultados de la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto en los Hogares, (ENIGH, 2018), publicados el pasado 31 de julio por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
La magnitud
De acuerdo con el INEGI, en el año 2018 se estima que había 34.74 millones de hogares en todo el país; de esta cantidad, en 14.27 millones se registró entre sus integrantes “preocupación de que la comida se acabara”, cifra que representó el 41.1% del total de los hogares del país.
Frente a esa expectativa, hubo 4.29 millones de hogares, es decir, el 12.4% del total, donde efectivamente se quedaron sin comida, al menos una vez en los últimos tres meses previos a la encuesta.
A lo anterior se agrega el hecho de que en 10.97 millones de hogares (31.6% del total), se carece de una alimentación sana y variada; y que en 11.07 millones se tuvo una alimentación de la población adulta de los hogares, basada en muy poca variedad de los alimentos.
El hambre acecha
Por otro lado, el #INEGI estima en 4.93 millones (14.2% del total), el número de hogares donde sus integrantes adultos dejaron de desayunar, comer o cenar debido a la falta de recursos económicos para adquirir los alimentos; mientras que en 8.17 millones de hogares los adultos comieron menos de lo que piensan que deberían comer.
En resumen, el INEGI estima que hay 16.27 millones de hogares (46.8% del total), es decir, prácticamente la mitad de los hogares mexicanos, en los que se experimentó, en los tres meses previos a la encuesta, al menos una vez, dificultades para satisfacer sus necesidades alimentarias.
Ahora bien; entre los 16.25 millones de hogares que manifestaron haber tenido efectivamente dificultades económicas para satisfacer sus necesidades de alimentación, hubo 5.22 millones en los cuales “algún adulto sintió hambre, pero no comió; en 3.79 millones, algún adulto comió solo una vez al día o dejó de comer todo un día; mientras que en 1.063 millones de hogares se tuvo que hacer algo, que se hubiera preferido no tener que hacer, para conseguir comida (mendigar, mandar a las niñas y niños a trabajar o recurrir a prácticas socialmente no aceptadas).
El hambre y la desprotección de la niñez
El INEGI desagrega en la ENIGH, información sobre las condiciones alimentarias de los hogares, considerando las dificultades para acceder a una adecuada alimentación, así como las carencias alimentarias efectivas que tiene la niñez.
En efecto, de los más de 30 millones de hogares que hay en México, en 10.36 millones se tuvieron dificultades para satisfacer las necesidades alimentarias de las y los menores de edad. De esa suma, en 3.66 millones, hubo al menos algún menor que, por dificultades económicas dejó de tener una alimentación sana o variada; en 4.53 millones de hogares hubo al menos algún menor con una alimentación basada en muy poca variedad de alimentos.
Se estima además que hay 2.97 millones de hogares donde al menos un menor comió menos delo que debería comer; y en 2.93 millones de hogares, a algún menor se le tuvo que disminuir, por falta de recursos económicos, la cantidad de alimentos servidos en la comida.
Lo más dramático
Quizá lo más dramático del hambre se encuentra en el indicador relativo a que en 1.31 millones de hogares, alguna niña o niño sintió hambre, pero no comió; igualmente, en 1.3 millones de hogares se identificó que algún menor de 18 años se acostó a dormir con hambre; mientras que en 934,019 hogares hubo al menos una niña o niño que comió una sola vez al día o dejó de comer todo el día.
Lo más inaceptable de este indicador es que se registró un incremento respecto de lo registrado en el año 2016, cuando el INEGI estimó en 881,621 el número de hogares donde alguna niña o niño comió una sola vez al día o dejó de comer todo el día. Y visto en términos relativos, el indicador pasó del 8.2% de hogares en esa condición (respecto de los hogares con dificultades para alimentarse en el 2016), a 9% estimado en el 2018.
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Sigue a los autores en Twitter: @MarioLFuentes1 / @saularellano
Para un estilo de vida y calidad,se deve llevar una alimentacion adecuada,el alimento es el sustento de la vida ningun ser humano deve de quasars sin comer o con hambre,como es posible que todavia exista este problema,comunidades,cercanas,pueden desarollar cuerpos alimentisios,comida,donaciones,meals on wheels,es un programa que a sido todo un exito.