El 16 de noviembre de cada año se conmemora el Día Internacional para la Tolerancia, una iniciativa promovida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) desde 1995. Esta fecha tiene como objetivo fomentar el respeto, la aceptación y el entendimiento mutuo entre personas de diferentes culturas, creencias y formas de vida. La tolerancia, entendida como un reconocimiento de la diversidad y la capacidad de convivir en paz con el otro, es fundamental para el bienestar social y la estabilidad de las naciones.
México Social / redacción
La importancia de la tolerancia en la democracia
La tolerancia es un principio básico de toda democracia. Una sociedad democrática debe garantizar la igualdad de derechos y la dignidad de todas las personas, independientemente de sus creencias, etnias, géneros o ideas políticas. En el caso de México, un país marcado por su diversidad cultural y social, la tolerancia es especialmente relevante para garantizar la cohesión social y el fortalecimiento de las instituciones democráticas.
La Declaración de Principios sobre la Tolerancia de la ONU señala que “la tolerancia es el cimiento de la paz y la democracia” (ONU, 1995). Este documento destaca que las sociedades que la fomentan son más incluyentes y capaces de resolver pacíficamente sus diferencias, lo cual es esencial en una democracia. En el contexto mexicano, donde históricamente han existido desigualdades y tensiones sociales, su promoción es clave para la construcción de un Estado democrático más justo y equitativo.
Tolerancia y democracia en México
México ha atravesado un largo proceso de construcción democrática, con avances importantes en la protección de derechos humanos y la participación ciudadana. Sin embargo, el país enfrenta desafíos en términos de inclusión y respeto a la diversidad. La intolerancia hacia ciertos grupos, ya sea por motivos de género, etnicidad, orientación sexual o ideología política, sigue siendo un obstáculo para consolidar una democracia plena.
Uno de los ejemplos más visibles de este desafío es la violencia y la discriminación que aún sufren las comunidades indígenas en México. Aunque la Constitución garantiza sus derechos, muchas comunidades indígenas continúan enfrentando marginación y exclusión. La tolerancia, en este sentido, no debe entenderse solo como una actitud pasiva de respeto, sino como un compromiso activo para eliminar las barreras que impiden la plena inclusión de todos los grupos en la vida política y social del país.
Además, en el contexto de polarización política que ha vivido México en los últimos años, la tolerancia hacia las diferencias ideológicas se ha vuelto un tema central. El diálogo abierto y respetuoso es fundamental para resolver los conflictos en una sociedad diversa, y sin tolerancia, el sistema democrático se debilita, dando lugar a la violencia y la desconfianza en las instituciones.
El papel de la ONU en la promoción de la tolerancia
La ONU ha sido una de las principales impulsoras de la tolerancia a nivel global. La Declaración Universal de los Derechos Humanos, adoptada en 1948, ya subrayaba la importancia de la igualdad y el respeto por la dignidad humana como elementos esenciales para la paz y la justicia. Posteriormente, en 1995, con motivo del 50º aniversario de la ONU, se adoptó la Declaración de Principios sobre la Tolerancia, que reafirma el compromiso de los Estados miembros con la promoción de una cultura de paz y no violencia.
Según la UNESCO, “la tolerancia es la virtud que hace posible la paz y contribuye a reemplazar la cultura de guerra por una cultura de paz” (UNESCO, 1995). Este enfoque es vital para países como México, donde la violencia, la desigualdad y la discriminación siguen afectando a grandes sectores de la población. La promoción de la tolerancia no solo implica la creación de leyes y políticas inclusivas, sino también la educación de la ciudadanía en valores como el respeto y la solidaridad.
La educación para la tolerancia
Una de las principales estrategias para promover la tolerancia en cualquier sociedad es la educación. En este sentido, la ONU y la UNESCO han subrayado repetidamente la necesidad de que los sistemas educativos fomenten el respeto por la diversidad y los derechos humanos desde una edad temprana. En México, aunque se han implementado reformas educativas enfocadas en la inclusión y el respeto a los derechos, es necesario seguir fortaleciendo los programas educativos que promuevan la convivencia pacífica y el diálogo.
La educación para la tolerancia es particularmente importante en el contexto de los desafíos actuales, como la migración, la discriminación y la polarización política. La tolerancia no es una cualidad innata, sino una habilidad que se desarrolla a través del conocimiento, el entendimiento y el respeto hacia el otro. Como destaca la UNESCO, “la intolerancia es a menudo fruto de la ignorancia y el miedo” (UNESCO, 1995), por lo que la educación tiene el poder de transformar actitudes y construir una sociedad más justa y equitativa.
Conclusión
El Día Internacional para la Tolerancia nos invita a reflexionar sobre el papel central que juega este valor en la construcción de una democracia plena. En México, la tolerancia es clave para superar las barreras que impiden una verdadera inclusión social y política. A través de la promoción de la tolerancia, tanto en las políticas públicas como en la educación, se puede fortalecer la democracia, reducir las tensiones sociales y construir una sociedad más pacífica y justa.
Referencias
- ONU. (1995). Declaración de Principios sobre la Tolerancia. Nueva York: Organización de las Naciones Unidas.
- UNESCO. (1995). La Tolerancia: Una Responsabilidad Global. París: Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.