por Rosario Cárdenas
Varios atributos hacen de la información sobre mortalidad un elemento de gran importancia para el diseño y seguimiento de acciones de política pública. La intensidad de la mortalidad y las características sociodemográficas y económicas de la población que fallece evidencian algunos aspectos de las condiciones de vida de la sociedad, en general, y de salud, en particular, así como las posibles desigualdades entre subgrupos y los rezagos presentes en éstos
Adicionalmente, al ser la mortalidad uno de los tres componentes cuyo comportamiento determina los cambios en el volumen de la población, la dinámica de ésta es necesariamente incorporada como un insumo para la generación de estimaciones y proyecciones demográficas. En el caso de México, el sistema de estadísticas vitales registra las defunciones y la información es compilada y divulgada, para periodos anuales, tanto por la Secretaría de Salud como por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Ello significa que la base de datos da cuenta de la mayor parte del fenómeno y que su análisis permite describir el comportamiento de éste y sus cambios y diferenciales.
A la luz de la relevancia que revisten los datos sobre mortalidad para la producción de estimaciones demográficas, el monitoreo de los avances en el desarrollo de la sociedad y la planeación de políticas públicas, el objetivo de este documento es contrastar los datos sobre mortalidad incorporados en las proyecciones de población recientemente actualizadas por el Consejo Nacional de Población (CONAPO) con los reportados por INEGI y discutir acerca del efecto que estas diferencias podrían conllevar para la planeación gubernamental.
Cabe señalar que INEGI y la Secretaría de Salud llevan a cabo un ejercicio de cotejo de la información sobre mortalidad que de forma paralela han compilado, con el propósito de identificar diferencias y, en su caso, subsanar la fuente de variación de tal manera que las cifras sobre mortalidad que ambas instituciones difunden de manera independiente sean iguales. El ejercicio de coordinación entre INEGI y la Secretaría de Salud redunda en contar con una base de datos que de manera anual refleja la experiencia sobre mortalidad registrada en el país.
Si bien, como se mencionó con anterioridad, los datos observados pueden estar sujetos a distintos tipos de errores de cobertura o de declaración de variables sociodemográficas o causa de muerte, constituyen un punto de referencia esencial para conocer y examinar la dinámica de la mortalidad mexicana. En este documento se ha privilegiado al INEGI como fuente de la información oficial y no a la Secretaría de Salud debido a su papel de instancia rectora y coordinadora de la generación de información estadística en México.
En adición a la trascendencia que tiene la mortalidad como uno de los componentes que junto con la fecundidad y la migración definen la dinámica demográfica, ésta es también fundamental para la estimación de algunos de los indicadores de mayor relevancia para el monitoreo de las condiciones de salud y de desarrollo de la población.
Las tasas de mortalidad infantil, en la infancia y materna son índices que, además de formar parte de los compromisos internacionales asumidos por el país en términos de su reducción, dan cuenta, en cierta medida, de la eficiencia de los sistemas de salud y del mejoramiento promedio de la calidad de vida.
La esperanza de vida al nacimiento es una de las cifras que de manera más adecuada reflejan el devenir de una sociedad. Los procedimientos que subyacen a su cálculo garantizan la incorporación del total de la historia de mortalidad para el momento temporal al cual corresponde. En su estimación intervienen como elemento central la información sobre defunciones y los volúmenes de población, ambos por edad. En este sentido, la inclusión como insumo en las proyecciones de población de cifras sobre mortalidad con un patrón tan distante del registrado por el sistema de estadísticas vitales tiene un efecto tanto sobre el monto de la población y su estructura por edad, como sobre los elementos base para la estimación de componentes fundamentales para la evaluación y monitoreo de los avances de los programas y acciones de política pública, tales como la esperanza de vida al nacimiento.
Los cambios recientes en la razón de mortalidad materna (RMM) ilustran la importancia de conocer los argumentos que sustentan con una lógica de dinámica demográfica las proyecciones de población. Por ejemplo, la utilización de las cifras sobre nacimientos modificadas por CONAPO se traduce, para 2010, en una disminución de 7.4 puntos en la RMM general (51.1 vs 43.7) (Secretaría de Salud, 2013, Cuadro 8) y de 11.2 puntos al considerar exclusivamente a las mujeres de 15 a 19 años (41.0 vs. 29.8) (Secretaría de Salud, 2013, Cuadro 9).•
Referencias:
I. Cárdenas R, 2013. Mortalidad: niveles, cambios y necesidades en materia de política pública, en: Los mexicanos: un balance del cambio demográfico (título provisional), Cecilia Rabell (coordinadora), Fondo de Cultura Económica, (en prensa).
II. CONAPO, proyecciones de población actualizadas, disponibles en www.conapo.gob.mx
III. INEGI, base de datos de defunciones, disponibles en www.inegi.gob.mx
IV. Secretaría de Salud, bases de datos sobre defunciones, SINAIS, disponible en www.sinais.salud.gob.mx
V. Secretaría de Salud, 2013. Boletín Epidemiológico, Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica, Sistema Único de Información, vol. 20, núm. 30, semana 20, 12 al 18 de mayo de 2013.