por Mario Luis Fuentes
De acuerdo con el INEGI, entre los años 2010 y 2015 han fallecido 78,312 mujeres por accidentes, homicidios y suicidios. Asimismo, la prevalencia de violencia en general en su contra registró en 2016 prácticamente el mismo indicador que en 2005: 66.1% de las mujeres ha vivido al menos un episodio de violencia en la vida. El camino es largo y urge andarlo con mucho mayor celeridad
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El diseño de políticas públicas integrales y eficaces exige de un sistema de información que permita la generación de diagnósticos que den cuenta de la complejidad. En ese sentido es importante destacar la persistente violencia contra las mujeres, la cual, lejos de haberse resuelto, muestra estadísticas diferenciadas por entidad federativa, en las cuales se han presentado cambios irregulares que permiten sostener que en el país la violencia que se ejerce contra las mujeres sigue siendo generalizada y que no se ha conseguido disminuirla de manera estructural. En efecto, a pesar de los esfuerzos de instituciones como Inmujeres y la CNDH, el diseño de las políticas públicas y de los presupuestos, sobre todo en los estados, sigue llevándose a cabo sin incorporar plenamente la perspectiva de género, a la par de la perspectiva de los derechos de las niñas, niños y adolescentes. En ese sentido, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en alianza precisamente con la Secretaría de Salud, con el Inmujeres y con otras instancias del gobierno federal, diseñaron y han puesto en línea el Sistema Integrado de Estadísticas sobre Violencia contra las Mujeres (Siesvi), el cual contiene un conjunto de más de 200 indicadores que debieran permitir avanzar mucho más rápido en el análisis y mejora de las políticas y programas en la materia en todo el país.
DATOS ALARMANTES
Uno de los módulos del citado Siesvi contiene los datos relativos a la prevalencia de la violencia en general contra las mujeres. Estos datos provienen de la Encuesta Nacional de la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh), en sus ediciones 2006, 2011 y 2016.
Los datos muestran que en los últimos 10 años la violencia contra las mujeres no ha disminuido: en 2006 se estimó en 67% el porcentaje de mujeres que han vivido algún episodio de violencia a lo largo de sus vidas; en 2011 el indicador fue de 62.8%, pero en 2016 se registró un nuevo incremento para ubicarse en 66.1%, dato que se encuentra en el intervalo de confianza, por lo que se puede asumir que es prácticamente similar al indicador de 2006.
De acuerdo con el Inegi, sólo hay nueve entidades del país en las que se registró una reducción en la prevalencia general de la violencia contra las mujeres: Nayarit, donde hubo una reducción de 9.3 puntos porcentuales, al haber pasado de 64.7% en el año 2011, a 58.1% en 2016. En segundo lugar se encuentra Sonora, con una disminución de siete puntos porcentuales, pasando de 68.1% a 61.1% en el periodo señalado. La tercera entidad con mayor reducción es Campeche, en donde se registró una disminución de menos 5.5 puntos porcentuales, al haber pasado de 59.1% a 53.6% entre las fechas referidas. Los otros estados en los que se registró alguna disminución fueron: Nuevo León, San Luis Potosí, Colima, Veracruz, Tlaxcala y Baja California Sur; aunque en las dos últimas la reducción fue menor a un punto porcentual.
Asimismo, los estados de Baja California y Chihuahua se mantuvieron sin cambios; en Tabasco y Tamaulipas se registraron incrementos por debajo de un punto porcentual; y en el resto de los estados se tuvieron diferentes rangos de variación; es decir, en 24 entidades no hubo avances en la reducción de la prevalencia general de la violencia contra las mujeres.
LAS DEFUNCIONES VIOLENTAS
El Inegi incluye en la categoría de las “defunciones accidentales y violentas” tres variables: 1) homicidios, 2) suicidios y 3) accidentes. Por esas tres causas, que en otros análisis se denominan también como “causas externas de mortalidad”, han perdido la vida, entre los años 2010 y 2015, una suma de 426 mil 378 personas; de ellas, 78 mil 312 eran mujeres, cifra que equivale al 18.4% del total señalado.
Este indicador llama la atención porque, a diferencia de tomar como referencia sólo a los homicidios, entre los cuales el promedio es de 11.8% del total, con esta categoría se puede dimensionar de mejor manera el contexto general de violencia que rodea a las mujeres, al incluir a los accidentes y, sobre todo, los suicidios.
Al respecto es importante destacar que en el periodo señalado el indicador presenta una tendencia al alza. En efecto, en el año 2010 el indicador fue de 17.7%; en 2011, de 17.3%; en 2012 subió a 18.2%; en 2012 a 18.5%; en 2014 subió a 19.4%; mientras que en 2015 se mantuvo prácticamente igual, al registrarse un 19.3%. De acuerdo con los datos del Inegi, el promedio anual es de 13 mil 51 defunciones accidentales y violentas de mujeres; es decir, prácticamente 36 casos al día.
ALGUNAS DE LAS CONSECUENCIAS
Según el Inegi, hay un preocupante crecimiento en el porcentaje de mujeres que acude a recibir atención médica debido a la violencia familiar. Así, en el año 2010, del total de las mujeres que acudieron a servicios médicos por lesiones, 83.2% reportó haber sufrido el daño por accidente; en 2011 el porcentaje fue de 80.6%; en 2012, de 77.2%; en 2013 fue de 73.5%; en 2014 de 72.1%, y en 2015 de 69.1%.
En contraste, en 2010 el 12% reportó lesiones por violencia familiar; en 2011 creció a 14.4%; en 2012 subió a 18.2%; en 2013 se ubicó en 20%; en 2014 creció nuevamente a 22.9%, mientras que en 2015 el indicador llegó a 26%; es decir, una de cada cuatro mujeres que recibió atención médica por lesiones lo hizo como resultado de la violencia familiar.
*Columna publicada con el mismo nombre en el periódico Excélsior, 07-noviembre-2017, p.14.
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