Olivier De Schutter, relator especial de las Naciones Unidas sobre la extrema pobreza y los derechos humanos, publicó recientemente un informe en el que da a conocer que las 1,400 medidas de protección social que se han adoptado desde el inicio de la pandemia han resultado insuficientes.
“Estas medidas son generalmente cortoplacistas, la financiación resulta insuficiente y muchas personas inevitablemente han quedado en el olvido”, asegura el experto.
Además, a pesar de que se han destinado 589 mil millones de dólares a la protección social en 113 países, de acuerdo con cifras del Banco Mundial, De Schutter asegura en su informe que se trata de iniciativas que no evitarán que la pobreza incremente y que no incluyen a todas las personas que lo necesitan.
Se excluye a los más vulnerables
Entre otros factores en contra, esta exclusión se debe a que hay solicitudes que deben completarse a través de internet, lo que afecta a millones de personas que no tienen acceso a esta tecnología.
De acuerdo con el relator, las peores consecuencias de la pobreza apenas están por llegar para las familias en pobreza que ya han agotado todas las reservas que tenían.
Aunado a ello, la recesión económica podría provocar que 176 millones de personas caigan en la pobreza, una cifra que no se veía desde la Gran Depresión. Esto significaría un incremento de 2.3 puntos porcentuales en la tasa de pobreza.
También llamó a pensar en las personas migrantes, así como en los 1,600 millones de trabajadores informales que hay en el mundo y en los 400 millones en la precariedad: un 61% de la fuerza laboral global.
En este sentido, destacó que existen medidas que imponen “condiciones impracticables para las personas en condiciones laborales precarias o sin una residencia fija”.
De Schutter instó a los países a establecer niveles sólidos de protección social basados en los principios de derechos humanos para que sean más eficaces en la erradicación de la pobreza y en la reducción de las desigualdades.
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