Las mujeres artistas de La Bauhaus

La Bauhaus, que en alemán significa “casa en construcción”, fue una escuela de arquitectura y diseño alemana, novedosa, y revolucionaria. Fue fundada por el arquitecto Walter Gropius en Weimar en 1919. Su gran aportación fue que de allí surgieron las bases normativas y los fundamentos académicos del diseño industrial y el diseño gráfico tal y como los conocemos. También ofreció una metodología de estudio muy atractiva con nuevos métodos de enseñanza. Gropius creía que la base del arte estaba en la artesanía, por lo que fue muy importante implementar en los estudios que los artistas tenían que volver al trabajo manual. Buscó que importantes artistas fueran los maestros como Paul Klee, y Wassily Kandinsky.

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La Bauhaus no fue la primera escuela de diseño, pero sí fue la que se distinguió de todas las demás por la formación que otorgó a sus alumnos, aceptando mujeres. Tuvo profesores preparados (artistas reconocidos), destacando además por la evolución que tuvo comenzando como una escuela de artes aplicadas muy a la vanguardia, y posteriormente fortaleciendo su metodología en la manera de enseñar (materias novedosas), culminando como una escuela de arquitectura.

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Eran los años 20, había terminado la Primera Guerra Mundial. El panorama era difícil. De hecho, cambió de sede en tres ocasiones, primero comenzó en Weimar, luego se traslada a Dessau, y por último a Berlín. Ya en su última etapa el arquitecto Ludwig Mies van der Rohe asumió la dirección de la escuela hasta la llegada de los nazis al poder, lo que derivó en su cierre y confirmó el divorcio entre las ideologías totalitarias y los proyectos de vanguardia de la escuela.

Las mujeres en los años 20

En esa época, la Bauhaus fue novedosa en aceptar mujeres como estudiantes, y en sus folletos promocionales se podía leer: “¿Estás buscando la verdadera igualdad como mujer estudiante?” lo cual fue bastante tentador para todas esas chicas inquietas y con ideas artísticas y modernas que querían estudiar y vivir libremente. Una idea que hoy en día nos parece muy normal. En la década 1920-1930 se hizo familiar el lenguaje de la “feminidad emancipada”; muchas mujeres deseaban su vida independiente. Incluso empiezan a experimentar con tener pareja en lo que se denominaba companionate marriage, que alude a vivir juntos, ser amigos y amantes antes de dar el paso al matrimonio.

Sin embargo, las mujeres podían independizarse y ser autosuficientes sólo cuando podían tener trabajo y un sueldo que les permitiera escapar de la necesidad económica de casarse. No obstante, las mujeres heterosexuales, apelaban al matrimonio como una necesidad sexual para la satisfacción “normal”. Tanto la literatura profesional como la popular y la de ficción describían en esta época como un peligro social a las mujeres que no encontraban un hombre: irracionales, enfermizas, marimachos o frígidas. (Duby, 2019)

Pese a que La Bauhaus alardeó de igualdad entre hombres y mujeres, no fue así. No les gustó la idea cuando vieron que muchas mujeres iban a matricularse pues entre el profesorado y la dirección, no querían dar una imagen de escuela femenina de artes aplicadas, porque ellos en lo que sí querían destacar era como una escuela superior de arquitectura. El propio Gropius argumentó que ellas no estaban capacitadas para la visión tridimensional, y que mejor, habría que irlas empujando sutilmente después de terminar el curso común, hacia los “talleres femeninos” —como el textil o el de cerámica—, mientras que los de metal o carpintería seguirían reservados mayoritariamente para los hombres.

Mujeres destacadas de La Bauhaus

Pese a todo, nada impidió que destacaran esas brillantes alumnas que marcarían historia, llegando muy lejos y logrando trascender por su trabajo artístico y sus diseños.

Marianne Brandt (1893- 1983)

fue pintora, fotógrafa, profesora y creó decenas de objetos cotidianos inspirados en el arte, desde lámparas a ceniceros, cafeteras, entre otros. Su gran logro fue justamente vincular el arte, el diseño, y lo industrial. Sus piezas nos remiten al constructivismo y la abstracción geométrica. Rompió paradigmas, pues fue la primera mujer en ser asignada como profesora en el Taller de Metales de la Bauhaus. Se casó y se divorció. Hasta su muerte a los más de 80 años se dedicó a la enseñanza en las Escuelas de Artes Aplicadas de Dresde y Berlín, y organizó también exposiciones para el gobierno de su país. Su trabajo estuvo centrado siempre en el diseño industrial, siendo una de las primeras mujeres en sobresalir en este campo. Muchas de sus obras se encuentran en el MoMA de Nueva York.

Lucia Moholy

(1894 – 1989), fue una gran fotógrafa que logró captar la esencia de la Bauhaus, reflejó la estética y la filosofía de la escuela. Tomó fotografías de sus interiores, exteriores, de las piezas de diseño, y de la vida cotidiana de la Bauhaus en las que podemos ver a los alumnos y maestros. Sus obras más importantes de esta época incluyen una serie completa de fotos sobre el nuevo Edificio Bauhaus y las casas de los maestros en Dessau. Se casó y se divorció. Huyó de Alemania debido al nazismo y se va a Londres donde se especializó en fotografía de retratos, directora de documentales o crítica de arte. Creó un lenguaje fotográfico que plasmó en su libro Cien Años de Fotografía (1939). Además de desarrollar su labor en el mundo editorial también lo hizo colaborando para la ONU.

Guta Stölzl

(1897- 1983) pintora y tejedora, fue maestra de la Bauhaus, y una de las pocas mujeres, junto a Mariane Brandt, que ejercieron la docencia en la institución alemana y alcanzaron una destacada proyección internacional. Mientras fue estudiante recibió clases de Johannes Itten y de Paul Klee. Utilizó las técnicas de la tejeduría, el tapiz o los gobelinos para realizar piezas que fueron muy apreciadas por los arquitectos más vanguardistas y premiadas en múltiples certámenes artísticos internacionales, a la vez que recibió muchos encargos para las sedes de instituciones internacionales.

Anni Albers

(1899-1994) se formó en la Bauhaus, y ha pasado a la historia por la originalidad de su trabajo y por su gran conocimiento de los materiales y técnicas de la tejeduría trabajando de un modo artesanal. Se casó con el pintor Josef Albers. Destacó en el campo textil, considerado durante mucho tiempo “menor” y propio del género femenino. Sin embargo, Anni convirtió en arte la tradición artesana de la tejeduría, y los denominó “tejidos pictóricos”. Cuando cerraron la Bauhaus se fue junto con su esposo a Carolina del Norte, EE. UU., y allí fueron contratados en el Black Mountain College como profesores (con el tiempo esa escuela se convertiría en referente de la modernidad norteamericana).

Reflexiones finales

Por supuesto, que hubo más mujeres artistas sobresalientes egresadas de la Bauhaus como Lilly Reich, Gertrud Arndt, Alma Siedhoff-Buscher. Después de todo, un total de 462 mujeres formaron parte del movimiento de la Bauhaus, o sea, un tercio de los estudiantes. Asimismo, hay una película muy recomendable: “Bauhaus” (Lotte am Bauhaus), que precisamente está inspirada en la vida de Alma Siedhoff-Buscher, creadora del popular e icónico juego de construcción de madera, aunque la película también incorpora otras anécdotas y situaciones del movimiento.

En general a ellas les tocó romper paradigmas, vencer obstáculos, inclusive vivir situaciones feas como la Primera y la Segunda Guerra Mundial, y trabajar de lo que amaban hacer. Les tocó vivir épocas convulsas, y de grandes cambios. Son ejemplos de mujeres transgresoras, valientes y con gran talento. Esto lo podemos aterrizar al reflexionar sobre el papel de la mujer actual, y que tantos atavismos sigue rompiendo. Pensar en los obstáculos que todavía tenemos que sortear para lograr la equidad, o el reconocimiento sin estar a la sombra de algún hombre; o reflexionar también sobre cómo se vincula el mundo doméstico y el ámbito laboral, y si hay igualdad de oportunidades. Interesante, ¿no crees?.

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