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Los bodegones: arte y ciencia

Bodegón de Fede Galizia

Las mujeres artistas se enfrentaron desde hace tiempo a la jerarquía de los gremios pictóricos, gracias a normativas de las academias, lo que las mantuvo postergadas al silencio durante siglos. Es por eso que, durante el siglo XVII, los bodegones fueron considerados una temática menor desde el punto de vista del canon masculino. Los bodegones eran las obras de menor valor, después seguían las pinturas de paisajes, luego las pinturas de animales, los retratos, y las que más valor tenían eran las pinturas de historia pues reflejaban la acción de uno o de varios seres humanos, y podían ser de tema mitológico, religioso, etc. Estableciéndose así las jerarquías de género. Eso hizo que muchas mujeres artistas se dedicaran a pintar bodegones. Y por supuesto, muchas de ellas fueron exitosas y pudieron vivir de su arte.

Escrito por:   Mónica Muñoz

Durante el Barroco el cual fue un movimiento artístico cultural que correspondió a una época muy compleja de la Edad Moderna, las formas artísticas debían ser impactantes y convencer, pues su principal objetivo era transmitir mensajes y suscitar emociones. En este periodo se daba la lucha entre católicos y protestantes, el absolutismo monárquico que pretendía dominar políticamente en Europa, así como los intereses y la sensibilidad de los distintos grupos sociales que producían y recibían los mensajes artísticos. Fue una época de tensiones, de guerras, hambre, peste, en la que esa sensación del miedo a morir y la angustia que sentían ante tanta penuria, los hacía buscar en esa incesante sociedad moderna, la salvación. Sólo a través de la religiosidad se les prometía una vida eterna como la esperanza y compensación a sus míseras vidas terrenales; se recordaba el “carpe diem” y el “memento mori”.

Ciencia y Arte

Recordemos que la ciencia moderna nació junto con la Universidad, en la que el conocimiento se adquiría dentro del ámbito universitario, y la innovación era algo que se practicaba al margen de todo esto. Unos años más tarde, la publicación del Discurso del método de René Descartes en 1637, y los Principia de Isaac Newton en 1687 lo cambiarán todo (Nicolás Copérnico, Johannes Kepler, Galileo Galilei e incluso Isaac Newton siguieron siendo devotos en su fe).

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De esta manera, el bodegón fue también un elemento del que se sirvió el artista para dar forma a las últimas innovaciones que se estaban produciendo científicamente con el entusiasmo de la invención y desarrollo de nuevos sistemas ópticos de visión como el microscopio y el telescopio, que presentaban por primera vez, una realidad distinta y novedosa. El microscopio o también llamado “magnificador” surge en 1590 y fue fabricado por el óptico holandés Zacharias Janssens; incluso el ilustrador J. Hoefnagel lo utilizó para observar estructuras de insectos imperceptibles a simple vista. Galileo Galilei también contribuyó al desarrollo de este campo, estudiando las facetas de los ojos compuestos de los insectos con sus propios microscopios. Marcelo Malpighi (1628-1694) también lo utilizó y observó por primera vez células vivas y tejidos de embriones animales y vegetales, confirmando en 1675 la existencia de células en tejidos vegetales. Mientras que Anton van Leeuwenhoek (1632- 1723) perfeccionó el microscopio y desarrolló la microbiología.

Fede Galizia (1578-1630)

Fue una excelente artista que aprendió el arte de la pintura gracias a su padre, pintor de miniaturas. A la edad de 12 años ya era considerada una gran artista del pincel. Con el tiempo recibió encargos de miniaturas, retratos y pinturas religiosas; sin embargo, destacó por sus retratos y sus bodegones, los cuales sobresalen por su gran detalle y minuciosidad. Fede fue coetánea de Caravaggio. Una de sus obras titulada: “Salvilla de plata con cerezas y mariposas”, introduce a la escena pictórica un insecto como es la mariposa; en otra de sus obras “Salvilla de cristal con frutos invernales y jazmín” (1607-1610) aparecerá un saltamontes. Todo esto, lo que nos refleja es que el bodegón no es nada más la representación de algo muerto, vano, sino que también es una especie de documento científico. No era por casualidad el representar al insecto así porque sí, sino que en esa época todas estas innovaciones despertaban el interés de los artistas. Desde luego, con el tiempo se desarrollaría la entomología, el estudio de los insectos.

Giovanna Garzoni (1600- 1670)

Una excelente artista italiana, nacida en Roma, que en sus obras combinó objetos exóticos y de diversa procedencia como las porcelanas chinas que en su momento despertaban fascinación y todos querían tener al menos un cuadro con alguna de ellas representadas, también pintó moluscos, calabazas y flores (tanto flores existentes como otras creadas por ella misma). Viajó, y se cultivó. Garzoni representaba una realidad que escondía una invención y también muchas veces una ensoñación. Tenemos por ejemplo su obra “Bodegón con limones” (1640) en la que nos muestra de manera precisa una avispa, y por supuesto debió utilizar el microscopio para poder ver los detalles de sus insectos.

Muchas mujeres artistas durante este periodo barroco hicieron magníficas obras. Tenemos a Clara Peeters (c. 1580- 1621) pintora flamenca que además de firmar ya sus cuadros defendiendo su autoría, también se autorrepresentó así misma pintando, y si nos fijamos bien podemos captarla en el reflejo de sus jarras o copas en la superficie convexa, y superficies cóncavas, mostrándonos esa realidad que no vemos, como lo puedes apreciar en su obra: “Bodegón con flores, copa de plata dorada, frutos secos, dulces, panecillo, vino y jarra de peltre” (1611).

Otras más como Margarita Caffi (1648- 1710) pintora italiana especializada en flores; Catarina Ykens (1635- 1688) quien aprendió en el taller de su padre, y creó unos bellísimos cuadros de flores, sin embargo, lo novedoso que incluía Caffi eran los racimos de uvas las cuales eran muy difíciles de pintar, no solamente porque las uvas son esféricas, sino también porque son translúcidas y al reflejar en ellas la luz del sol, van desdibujando la forma de una al lado de la otra; incluso la academia de Francia denominaba a esto: “las uvas de Tiziano”; además, también incluyó insectos; Rachel Ruysch (1664- 1750), artista neerlandesa fascinante también, con sus muchas obras como “Bodegón con flores e insectos”.

Por supuesto no puedo dejar de mencionar a la pintora alemana Maria Sibylla Merian (1647-1717) quien fue científica precursora de la entomología, naturalista, exploradora, e ilustradora. Ella desarrolló la teoría de la metamorfosis y desterró la idea de la generación espontánea. Viajó, y pasó doce años en Surinam estudiando la flora y fauna del lugar dejando cuadernos con el resultado de su notable investigación. Sus obras además de ser hermosas artísticamente tienen una intención científica. En esa época los científicos necesitaban a los artistas para poder dar forma a todos sus avances. Sibylla publicó tres importantes libros a lo largo de su vida: “Nuevo libro de flores” (1675), “La oruga, maravillosa transformación y extraña alimentación floral” (1677) y “Metamorfosis de los insectos del Surinam” (1679). Fue todo un referente para científicos como Carlos Linneo, padre de la nomenclatura botánica y zoológica moderna, que se basó en sus ilustraciones para dar nombre a 4,400 especies.

Reflexión final

Tanto el arte como la ciencia, cuidan y toman en cuenta la observación de su entorno, recopilando información a través de los sentidos. El arte nunca es ajeno a su época. De igual manera, arte y ciencia proponen cambios o mejoras. El arte va más allá de lo que creemos que es la realidad: es una forma de pensamiento que despliega situaciones complejas, hace preguntas y plantea problemas. Igual que la tecnología, el arte transforma lo que hay a nuestro alrededor y lo vuelve otra cosa.

Hoy en día tenemos exceso de información y proliferan infinidad de imágenes. Ya estamos tan acostumbrados a deslizar el dedo pasando de una a otra, que no nos fijamos en los detalles. El ritmo de vida y lo inmediato nos hace no poner atención en esas pequeñas grandes cosas que hay a nuestro alrededor. Estas mujeres artistas de las que hoy te cuento se esmeraban en poner atención a los detalles, enriquecían sus obras con minuciosidad, e incluso investigaban. Destacan por su gran talento, audacia y valentía, sin embargo, no son conocidas aun por mucha gente, por lo que los museos desde hace algunos años han estado reivindicándolas en diversas exposiciones.

¿Qué idea tenemos de la ciencia asociada a las mujeres? Sin duda hay que seguir reflexionando sobre los estereotipos sociales actuales. Hace falta promover la participación de las jóvenes y mujeres en los campos de ciencia, tecnología e investigación. Aún existe una gran brecha social entre hombres y mujeres y ni se diga en el terreno científico. Las expectativas hacia los niños y niñas continúan impactando enormemente en las disciplinas hacia las que se decantan y la calidad de educación que reciben. ¡Promovamos la ciencia y la investigación! Viajemos, cultivémonos, estudiemos así como estas mujeres artistas.

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